domingo, 18 de marzo de 2012

Entrevista a María Sáenz Quesada - archivo

foto: María Sáenz Quesada

(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Realicé esta entrevista a la escritora e historiadora argentina María Sáenz Quesada cuando apareció su libro "Isabel Perón - La Argentina en los años de María Estela Martínez". Dado que este año la revista Archivos del Sur cumple su décimo aniversario estoy publicando en este blog las entrevistas más relevantes que hice  en  estos diez años.

-------------
Introducción




(Buenos Aires)


A raíz de la reciente publicación del libro “Isabel Perón- La Argentina en los años de María Estela Martínez” entrevisté a María Sáenz Quesada, escritora e historiadora argentina. El libro fue presentado en una librería de Buenos Aires por el historiador argentino Félix Luna y por Julio Bárbaro, en ese momento interventor del Comfer.
 Además de libros de historia, Sáenz Quesada ha escrito novelas y es también directora de la revista "Todo es historia". Ha ocupado cargos como el de Secretaria de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y directora del Museo de la Casa de Gobierno  entre otros. Es miembro de la Academia Nacional de Educación.


"Este libro tiene una virtud, es que quien lo lea con sinceridad para tratar de saber algo más y de entender mejor, puede, en el caso de que haya vivido esa época, reconstruir su historia personal alrededor de lo que narra el libro, sea esta persona alguien político, alguien que haya tenido una militancia activa o simplemente un ciudadano que vio cómo los acontecimientos se desataban a su alrededor y en su momento los entendió de una manera y ahora quiera entenderlos mejor. Para la gente joven representa realmente una apertura a un pasado que no se enseña, porque mientras se enseña detalladamente el proceso militar, los gobiernos de Cámpora, o la vuelta de Perón, Isabel permanece oculta."

Entrevista a María Sáenz Quesada por Araceli Otamendi

¿Cómo se te ocurrió la idea de este libro?



La idea de este libro se me ocurrió cuando yo dirigía el Museo de la Casa de Gobierno, en el año 1988. Y para reabrir el Museo tuve la idea de poner algunos objetos de Perón. Le escribí a Isabel a través de su abogado y ella me autorizó a retirar objetos personales de Perón que estaban en la Quinta de San Vicente. Entonces fuimos con la comisión del museo y además de dichos objetos ví muchísimas cosas de Isabel, sobre todo los uniformes que ella había usado cuando ejercía la presidencia.



¿De las tres fuerzas?


Sí, de las tres fuerzas. Entonces pensé qué buena idea, qué buen tema, pero la idea quedó ahí. En los años 90 escribí biografías de mujeres, como “Mujeres de Rosas” y “ Mariquita Sánchez “ y postergué el proyecto de escribir un libro sobre Isabel. También tuve un cargo político y creo que todo eso me sirvió, me dio más experiencia para abordar este tema. No sé cómo hubiera resultado si lo hubiera abordado en los 80. Finalmente lo retomé después de escribir una “Historia argentina” en el año 2001 y me llevó un poquito más de dos años de investigación.



¿Hay documentos sobre los años que duró la presidencia de Isabel Perón?



Yo encontré pocos. Es decir hay desde luego toda la información oficial, hay algunas causas judiciales importantes, hay mucho oculto, aspectos que nadie quiere recordar y que se guardan en cajas fuertes, fuera del país, pienso yo. No digo que no haya documentos, sino que yo tuve acceso a pocos. Y entonces lo que hice como tarea primordial fue tomar testimonios, más de setenta entrevistas, todas en forma personal a un espectro muy variado: militares de las tres armas, sacerdotes, obispos, fui a Roma a entrevistar al Cardenal Pío Laghi, que fue nuncio en aquélla época. Creo que debo haber sido la última que entrevistó al ex almirante Massera, unas semanas antes de que se enfermara. También entrevisté a sindicalistas, dirigentes del peronismo, dirigentes del radicalismo, gente común que por algún motivo u otro había tenido que ver con esta historia, ministros de ese gobierno, personas allegadas a Isabel, Dolores Ayerbe, su secretaria privada – ya fallecida – , otras de la confianza de Perón y con estos elementos fui reconstruyendo el relato de cada uno de ellos. Yo no digo que todos estos testimonios sean absolutamente veraces, pero sí representan un punto de vista, una lectura interna de los acontecimientos porque cada uno responde a sus intereses, a su forma de encarar la realidad. De modo que hay muchas contradicciones. Mi tarea fue la de hilar los testimonios con los otros documentos; realicé asimismo una lectura muy minuciosa de periódicos y revistas, siempre dentro de las posibilidades del trabajo unipersonal. Sobre todo eso, fui reconstruyendo la historia. Pero es bueno advertir una característica de la historia contemporánea: terminado el trabajo todos los días se encuentra a alguien que le agrega alguna pequeña cosa más. Mi gran preocupación, imaginando que esto iba a suceder, porque hasta en el momento de las pruebas de imprenta yo estaba ahí recibiendo nuevas informaciones, era tratar de dar una versión que pudiera sumar los otros testimonios sin que lo esencial quedara distorsionado. Y hasta ahora creo que eso no ocurrió, he encontrado más datos pero no algo que invalide lo que ya está expuesto.



¿Este libro podría aumentarse con más testimonios o documentos, por ejemplo?



Podrían profundizarse los aspectos que necesitan una prueba documental, por ejemplo el tema de cómo llegó realmente Isabel a conocer a Perón.



Es interesante esto último porque en el libro se dice que Isabel es una enviada o parece ser una enviada desde la Argentina para conectarse con Perón.



La persona que me dio esta versión, Landajo había sido secretario de Perón en Panamá. De modo que es un testigo de aquella época. Desde luego es alguien que no la quiere a Isabel y que me dio esta versión que creo yo que hay que seguir trabajando porque parece verosímil que los servicios del gobierno argentino en colaboración o no con servicios del gobierno de los Estados Unidos siguieran la actividad del ex presidente Perón cuya capacidad de movilización de las masas era muy grande - que hubiera sido derrotado no significaba que fuera una persona muerta y en política eso se sabe-. Y que buscaran a alguien que no era realmente una copera como se dijo tantas veces sino una muchacha independiente, bastante rebelde, de clase media que quiso hacer su vida y que seguramente le pudo haber ido mal en esa gira artística que emprendió. Lo que sí está claro es que Perón rápidamente aceptó a esta persona, a esta joven que era tan necesaria para un hogar donde había hombres, suboficiales, y gente que realmente necesitaba una presencia femenina y que valorara su lealtad en circunstancias muy difíciles, cuando Perón estaba exiliado en Caracas y hubo desde un atentado del gobierno argentino antiperonista, de la “Revolución libertadora” y luego cuando la caída del dictador Pérez Jiménez que lo había protegido hasta entonces. Isabel estaba con Perón y no lo abandonó. Ella fue leal y Perón, ya sabemos, eso es lo que realmente valoraba.



Pasando a otro tema, vos decís en el libro que hay períodos de la historia que se quieren olvidar, que la conciencia colectiva quiere ignorar porque son muy dolorosos.



Este libro tiene una virtud, es que quien lo lea con sinceridad para tratar de saber algo más y de entender mejor puede, en el caso de que haya vivido esa época, reconstruir su historia personal alrededor de lo que narra el libro, sea esta persona alguien político, alguien que haya tenido una militancia activa o simplemente un ciudadano que vio cómo los acontecimientos se desataban a su alrededor y en su momento los entendió de una manera y ahora quiera entenderlos mejor. Para la gente joven representa realmente una apertura a un pasado que no se enseña, porque mientras se enseña detalladamente el proceso militar, los gobiernos de Cámpora, o la vuelta de Perón, Isabel permanece oculta.A la mayoría no le gusta recordarla. Es muy odiada por lo que entonces era la izquierda peronista, es muy desvalorizada por el sindicalismo peronista aunque éste resultó sin embargo su último apoyo, en los meses finales de su gestión presidencial, y solamente una parte del peronismo político, sobre todo en las provincias, mantiene una actitud más respetuosa hacia la señora de Perón. De todos modos ella queda siempre aureolada por ser la viuda de Perón y eso le ha evitado que se le pasen facturas por los aspectos más negros de su gobierno, como es el caso de la Triple A..



Vos decís que en el interior del país, en las provincias respetan más a Isabel Perón, ha quedado un recuerdo más benévolo de ella ¿a qué lo atribuís que esto ocurra así? ¿Será porque Isabel recorría las provincias?



Quizás porque en las provincias hay un peronismo más sencillo, más atento a lo que decía el General y por lo tanto si su mujer iba como enviada, en aquella famosa gira de 1965 o como candidata a vicepresidente en 1973. Entonces, como Perón ya estaba enfermo y no podía realizar una gira, Isabel recorría las provincias. Yo recuerdo haberla visto, en ese entonces yo trabajaba en Catamarca. Ella estaba en un palco, no era una figura descollante pero cumplía su papel. La gente peronista común no tenía tantas exigencias en cuanto a que Isabel compitiera con Evita ni le cuestionaba a Perón nada de lo que hacía.



En el libro queda claro quien firma el decreto donde se establece que había que aniquilar a la subversión, los “elementos subversivos”.



Isabel firma el primer decreto secreto relativo al área de Tucumán donde el Operativo Independencia se lanza en febrero de 1975. Lo firma aparentemente estando en Mar del Plata, en la Base Naval . Pero en octubre de ese mismo año el que lo firma es Luder. En ese decreto, la palabra aniquilar es lo que más ha sido cuestionado; Luder ha explicado qué sentido se le daba, que aniquilar era exterminar al enemigo pero no personalmente uno a uno. Alguno de los que estuvo en la discusión directa, un brigadier que no quiso revelar su nombre, dijo que él también lo había cuestionado al término pero que se argumentó que estaba en la terminología del Ejército.Y lo que también es doloroso ver es que desde Montoneros también se hablaba de la necesidad de aniquilar al enemigo que en este caso eran las Fuerzas Armadas. Es un lenguaje que revela el clima de odio entre argentinos que era verdaderamente doloroso, y del que participaban, no vamos a decir todos pero sí una mayoría política que hacía muy difícil esa vuelta a la democracia. La falseaba, era una vuelta a la democracia donde valía todo. Eso no es realmente democrático.



¿A qué atribuís como historiadora esa tendencia de decir “hay que aniquilar al enemigo”? , ¿de dónde viene eso en la historia de la Argentina?



Yo creo que la tendencia de aniquilar al enemigo es una tendencia feroz de las personas y en la historia argentina existe también. Está en aquél lema de Facundo Quiroga “religión o muerte” o la frase de Sarmiento sobre la sangre de gauchos, todo esto es de una gran ferocidad en nuestras luchas civiles. Pero también se encuentra a lo largo de la historia el intento, la voluntad de instaurar leyes, una constitución y formas legales de dirimir las luchas. Creo que en ese sentido el 73 y en el 76 mucho más fueron retrocesos francos en el sentido de buscar formas, consensos verdaderamente democráticos, donde gobiernan las mayorías y las minorías tiene también oportunidad de participar y la justicia es para todos. La Argentina como tantos otros países ha iniciado y ha retrocedido muchas veces en el camino de la ley pero al mismo tiempo en el período 1973- 76 también hay aspectos positivos, es decir que funcionan las cámaras, el funcionamiento de la justicia es mejor que lo que va a ser después - se ve por ejemplo que muchas veces los presos cuando caen en manos de la justicia se les sigue un proceso judicial, no es lo mismo que el otro lado feroz, la acción de la triple A o la represión sistemática desde las Fuerzas Armadas; por cierto que a mediados del 75 empezaron las desapariciones. En cuanto a la lógica de la guerrilla, tanto la guerrilla peronista como la del ERP, piensan también en aniquilar al enemigo, en hacer atentados, en el secuestro como método; terminaron ocupando cuarteles, matando conscriptos, etc.



Volviendo al tema de Isabel ¿ella tenía vocación de poder, tenía coraje o las dos cosas juntas?


Yo creo que Isabel tenía vocación de ir ascendiendo, como suele suceder con este tipo de personalidades, creo que jamás se había planteado llegar a la presidencia pero sí fue escalando posiciones en el entorno personal de Perón y todo lo que sea caudillismo personalista lleva a que las personas del círculo íntimo tengan un acceso a todo, podríamos decir así. No sólo en las dictaduras, también ocurre en los regímenes democráticos donde hay un poco esta distorsión , donde el “palacio” tiene preeminencia sobre las instituciones. Yo analizo lo más posible un momento clave que es cuando Cámpora renuncia y se discute quién va a acompañar a Perón, lo que resulta claro es que Perón mismo no propone nombres viables dentro de su propio partido. Había gente tan capacitada como Angel Robledo, podía haber también militares peronistas que podían acceder a este cargo, se hablaba mucho de Balbín, cosa que era bastante absurda porque unir a los dos partidos era una especie de unanimidad poco recomendable para el funcionamiento republicano. Pero los radicales no alfonsinistas también se habían enganchado con esa idea. Finalmente todo eso se va diluyendo y queda el nombre de la esposa de Perón para acompañar la fórmula. Eso es algo que no había conseguido Evita en su momento. Isabel no sólo lo lograría sino también va la presidencia a raíz del fallecimiento de su marido y esto se va a convertir en una carga desdichada. Porque yo creo que Isabel pasa por su momento más feliz en el ejercicio del poder cuando hace ese viaje como vicepresidente a Europa, cuando su marido está a punto de enfermarse, en sus días finales. Isabel habla en Ginebra, es recibida por el presidente de Italia, le hacen una gran recepción en el Palacio Barberini, en Roma también la recibe Franco. A los dos días de volver muere su marido y ella se convierte en presidente y se desencadena después todo el drama..



En el libro se evidencia la soledad en que queda Isabel después de la muerte de Perón, se narra una reunión con los ministros donde les pide que la visiten los fines de semana con sus familias.



Ella se aferra a López Rega y al grupo formado asimismo por el canciller Alberto Vignes y los hermanos Villone; cuando López Rega se va, en julio del 75, ella se queda muy sola ; además ha roto con su familia muchos años antes. Tampoco mantiene relaciones de amistad. Esa soledad, consecuencia de encandilarse demasiado con el poder, se prolonga hasta hoy. Isabel vive en Madrid , tiene sí relaciones con gente del franquismo, tiene algunas amistades con quienes se reúne a jugar a las cartas, pero está bastante aislada.



¿Intentaste entrevistarla para el libro?



Sí, hablé con su secretario privado, Martínez, y todo quedó en evasivas. Creo que hubiera sido interesante, que opinara sobre algunos aspectos por ejemplo de su relación con Massera, o sobre su acceso a la candidatura de vicepresidente.



Tampoco pudiste entrevistar a Luder



Luder directamente por teléfono me dijo que no, que ya había hablado sobre este tema con otros. El tema de Luder no solamente pasa por el decreto de aniquilamiento por el que tuvo que responder ante la justicia sino en entender por qué se negó a suceder a Isabel en una maniobra constitucional, legal, que no sé si hubiera impedido el golpe militar pero sí lo podría haber demorado o deslegitimado. Porque ante la sociedad el gobierno de Isabel se había deteriorado a tal punto que la ciudadanía recibió con los brazos caídos el golpe, muchos se alegraron, inclusive gente que había estado presa en el gobierno de Isabel pensó que a partir del golpe podía llegar una etapa con mayor justicia y por supuesto se equivocaron. Luder se ha justificó diciendo que no podía traicionar a la mujer de Perón. Otros estiman que el golpe militar igual hubiera llegado. Creo, por mi parte, que la clase política siempre tiene que buscar soluciones dentro de ella misma.



Desde el punto de vista de la biografía de Isabel, cuando a ella la apresan, la llevan al Aeroparque y la detienen ahí hay un general que le dice que ha sido destituida y ella le responde que va a hacer lo que le digan, no se resiste. ¿A qué atribuís este modo de responder de Isabel en un momento tan grave?



Yo creo que Isabel tenía una idea muy mesiánica de su gobierno, se sentía realmente con derecho a suceder a Perón, sentía la legitimidad de esa herencia, no en forma republicana, sino en forma casi monárquica. Ella tenía un sentido muy monárquico del poder. Cuando la apresan también demostró su personalidad y por qué Perón la había elegido, cumplió hasta el final ese papel con mucho valor porque la verdad es que un grupo militar lo ponga a uno preso y no se sabe dónde lo van a llevar, qué van a hacer... hay que tener valor para afrontar eso.



Pasando a otro tema en el libro dice que hay un músico, Christopher Moore que compuso una ópera sobre Isabel y de esto no se habla



Lo único que leí en su momento fueron sus declaraciones en el año 1999 donde Christopher Moore dice que tiene la ópera lista. El personaje de Isabel le había fascinado siempre, desde que era chico, en Ohio. Pero que en la Argentina funciona el olvido deliberado del gobierno de Isabel y que ese gobierno, por el contrario, debe ser recordado, admitido y reinsertado en la memoria colectiva. Me gustó ver esto desde un extranjero, desde un artista, porque también ese es el objeto de mi libro, presentar desde la biografía de una mujer y su vínculo con el poder la historia de la Argentina reciente, la historia que es mi historia también y la de los que sin vivirla heredaron sus efectos.



Hay un tema que no mencionamos y es el de López Rega, “el Brujo”. ¿Cómo llega López Rega a conectarse con Perón y con Isabel?



Hay dos versiones, la versión más creíble es la de que a fines del viaje de 1965, López Rega se presenta al mayor Alberte, un referente luego de la izquierda peronista y se ofrece para ayudarlo a imprimir boletas en la contienda electoral en la cual el peronismo de Perón va a competir con el vandorismo y a custodiar a la señora de Perón en el viaje que va a iniciar por las provincias. Y a partir de allí, seguramente por la inclinación espiritista de ambos, de Isabel y de López Rega, ella dice que le parece bien que este hombre la acompañe a Madrid para solucionar algunas cosas que se necesitan en Puerta de Hierro. El viaje se hace con el apoyo de la logia Anael. López Rega no vuelve. Se instala en Puerta de Hierro y luego va escalando posiciones. Se vuelve cada vez más util a Perón y a su esposa.



¿Tuviste algún comentario del libro desde la izquierda peronista?



Algunos sí, me han dicho que entendieron la parte que ellos no conocían la conocieron a través de mi libro.

El militante de aquellos años estaba muy centrado en su lucha entonces por ahí no sabía ni los nombres de los ministros, ni qué pasaba. No tenía mucha información. Y un ex ministro del último gabinete de Isabel me ha dicho que ahora que leyó mi libro entendió mucho mejor lo que fue la “Triple A” que antes, de modo que el libro también sirve para gente que estaba en el gobierno y que quizás no quería ver mucho de una realidad demasiado dolorosa.


Es que no hay una historia escrita de esos años.



Hay historias parciales sobre temas puntuales. La biografía de Gelbard de María Seoane, ahora se publicó una biografía de López Rega, hay libros sobre la economía en esa época, sobre Montoneros hay muchos trabajos y libros como el de Martín Caparrós. Pero en este libro he tratado de ser lo más respetuosa posible con todos los actores políticos a fin de dar una visión amplia.



Vos decís que la historia no es un tribunal ni el historiador es un juez.



Creo que eso de estar adjudicando buenos y malos es un poco ridículo.



Por otra parte ¿qué diferencia hay entre un libro de historia escrito por un historiador y uno escrito por un periodista?



Creo que este último es más una crónica. El periodista por lo general y por lo que veo no es muy cuidadoso en cuanto a decir cuáles son sus fuentes, en general si la versión le parece verosímil la relata, tiene que preservar en muchos casos nombres, entonces su relato tiene que ver con el día a día, con la noticia. Desde ya que hay periodismo de investigación excelente y muy cuidadoso y que el historiador usa. El historiador tiene que ser doblemente cuidadoso, tiene que tratar de ver todas las versiones, todas las posibilidades, para estar un poco por encima de los partidismos, de las prevenciones. Desde luego que uno siempre escribe con lo que es, con lo que vive, con lo que siente, pero hay que tratar de superar eso.



Para finalizar, ¿qué pasaba con el panorama internacional durante los años setenta?



Por un lado estaba la crisis de Estados Unidos que retira las tropas de Vietnam, esto provoca un gran cambio en las relaciones internacionales. Por otro lado el surgimiento de la democracia en Portugal y en Grecia y el surgimiento de la democracia en España con la muerte de Franco. En Grecia se estaba juzgando a los coroneles griegos responsables de la dictadura y responsables también del fracaso de la guerra con Turquía. Este juicio coincide con el momento en que los militares argentinos inician el Operativo Independencia, sin imaginarse que en algún momento ellos también podrían verse sometidos a un juicio, como en Grecia, luego de la derrota en la guerra del Atlántico Sur. Son ejemplos que ayudan a pensar nuestra historia y su evolución.



Los militares argentinos por un lado tenían la ambición de tener todo el poder y por el otro terminar con la guerrilla. Según lo último que mencionás no miraban el panorama internacional.



Yo creo que los militares pensaban más en el éxito que en esa misma época Pinochet tenía en Chile y en los militares que estaban en Brasil, en Uruguay, en Bolivia y en Perú. Había una serie de ejemplos que los ayudaban. Era difícil asimismo entender que a partir de la crisis mundial del petróleo, el primer mundo empieza a organizarse de otra manera, con nuevas tecnologías y que los argentinos, envueltos en nuestras querellas nos quedábamos al margen.



¿Es necesaria la historia?



No es que sea la panacea, creo que la historia enseña a comparar, a medir, a mitigar la euforia, a evitar la desesperación, es una maestra de sabiduría de la vida.



© Araceli Otamendi – Todos los derechos reservados

fotografía: archivo.

viernes, 16 de marzo de 2012

Entrevista al escritor boliviano Víctor Montoya

                                                    foto: Víctor Montoya

(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Conocí al escritor boliviano Víctor Montoya a través de internet, hace diez años. Hacía poco tiempo que había fundado la revista Archivos del Sur y recuerdo que encontré en la Biblioteca Cervantes Virtual un pequeño anuncio de una antología de escritores que él había preparado en Suecia y le escribí para pedirle un cuento. Enseguida me contestó y amablemente me dijo que eligiera uno de sus textos. Por entonces Víctor Montoya vivía en Estocolmo, donde estaba exiliado por razones políticas. Había sido dirigente estudiantil hasta mediados de 1976, cuando la dictadura militar de Hugo Banzer lo persiguió y liberado de la prisión por una campaña de Amnistía Internacional debió exiliarse en Suecia en 1977.
Durante varios años nos escribimos, Víctor siempre me envió las colaboraciones que le pedí  para la revista Archivos del Sur y para la revista infantil Barco de papel.
También lo entrevisté, la entrevista está publicada la revista Archivos del Sur y fue publicada en Bolivian Studies Journal, una edición especial dedicada a Víctor Montoya por la University of Illinois. A través de los años Víctor Montoya me fue enviando  sus libros por correo ya que resultaba  imposible conseguirlos en las librerías de Buenos Aires y yo los leía y los comentaba. Así fue que pude leer su novela El laberinto del pecado, el libro Cuentos de la mina, su ensayo El niño en el cuento boliviano.
El profundo compromiso social, la denuncia de las injusticias, las agudas observaciones del escritor se ven reflejadas en la literatura del escritor boliviano.
En la precitada entrevista le pregunté a Víctor Montoya si volvería a vivir en Latinoamérica, y en caso afirmativo, seguiría siendo escritor y él me contestó: "A estas alturas de mi vida, y después de haber vivido en Suecia durante más de dos décadas, es difícil plantearme un retorno definitivo, pero me seduce la idea y el corazón me palpita aceleradamente cada vez que la idea cruza por mi cabeza. Al fin y al cabo, soy un boliviano más de la diáspora, que abriga la esperanza de retornar algún día a la cuna de su nacimiento. De cumplirse este anhelado sueño, seguiría escribiendo como hasta ahora. Es una de las pocas cosas que sé hacer o, por mejor decir, una de las cosas que mejor sé hacer...".

Durante un tiempo no tuve noticias de Víctor Montoya hasta que hace pocos días, reiniciada la comunicación con el escritor, me dijo que está viviendo nuevamente en Bolivia, en la ciudad de La Paz.
Víctor Montoya siempre mantuvo una gran calidad literaria en sus textos, tanto en los cuentos, como en las
crónicas y ensayos. Además, es un escritor latinoamericano que ha mantenido sus ideales y su compromiso social  y su literatura lo refleja.
Es por eso que decidí entrevistarlo nuevamente para la revista Archivos del Sur.

Entrevista al escritor boliviano Víctor Montoya

(Buenos Aires/La Paz)



A.O.- Estás viviendo en tu país natal, Bolivia, nuevamente, después de más de treinta años de exilio en Suecia, ¿qué significado tiene en tu vida esta nueva situación y cómo ha cambiado tu visión de las cosas como persona y como escritor?

V.M.- Retornar a la tierra que a uno lo vio nacer, con un mundo de ilusiones y otro mundo de expectativas, es como el retorno del hijo pródigo que un día se marcha de casa y otro día decide volver a los brazos de su madre, con las esperanzas de quedarse para siempre allí donde están los familiares, los amigos de la infancia y los compañeros de lucha. Después de tantos de ausencia, provocada por un exilio que comenzó en 1977, uno tiene la sensación de parecerse a Ulises, quien retornó a Ítaca tras una larga odisea, que algunas veces lo llevó a perder el timón de su nave y otras veces lo arrastró hacia los peligros que lo acechan cada vez, hasta que al final, armado de coraje y de paciencia, retornó por alta mar a su amada tierra.
Debo confesar que mi nueva situación, aunque no es exactamente la misma de hace treinta cuatro años, no ha cambiado en absoluto la visión que siempre tuve del país y su problemática, como no me ha cambiado a mí en lo personal ni en lo literario, probablemente, porque siempre viví vinculado a la realidad ancestral a pesar de la distancia y porque nunca tuve razones, ni internas ni externas, para dejar de ser lo siempre he sido: un hijo de entrañas mineras que luchó -y sigue luchando- por la libertad y la justicia; un fenómeno social que se refleja, incluso de manera descarnada, en gran parte de mi literatura.

A.O.- ¿Cuál es tu visión de la nueva situación social, cultural y política que se vive en Latinoamérica y especialmente en Bolivia y en los países de América del Sur?

V.M. - En América Latina, a diferencia de lo que se experimentó durante los regímenes dictatoriales de la segunda mitad del siglo XX, se está viviendo una situación de democratización del Estado de derecho, con gobiernos de consenso, elegidos democráticamente por un pueblo que, además de pedir el respeto a los derechos humanos, está exigiendo que se defiendan las recursos naturales del saqueo imperialista. De modo que la nueva situación social, política, económica y cultural, en cada uno de los países del Cono Sur, nos está demostrando que es posible construir sociedades más libres y equitativas, donde todos podamos convivir en paz y armonía, indistintamente de las diferencias raciales y culturales que se manifiestan en este enorme mosaico, complejo y contradictorio, que es el continente latinoamericano.

A.O.- ¿Qué influencia ha tenido en tu literatura el hecho de vivir nuevamente en La Paz? y ahora, desde ese lugar ¿cuál es tu visión de la Europa actual?

V.M.-Creo que ninguna, pues, como te comentaba en un principio, siempre he escrito como si estuviese viviendo en La Paz o en Llallagua, aunque físicamente me encontraba en Estocolmo. Es decir, mi literatura, en lugar de alejarme del país, fue un puente que me permitió mantenerme en contacto permanente con mi gente y su destino. Es como si nunca me hubiese alejado de sus montañas, sus valles y sus selvas. En mi literatura aparecen retratados, de un modo o de otro, los mil rostros de Bolivia; de esa Bolivia que dejé y de esta Bolivia a la cual retorné después de más de tres décadas de ausencia.
Pienso que la visión que ahora tengo de Europa, contemplada a la distancia, es más difusa que la visión que tengo de Bolivia. No olvidemos que Europa es un continente en la que cada país parece formar una islita en un inmenso archipiélago, con idiomas y culturas que se diferencian de manera abismal. Sin embargo, desde que se constituyó la Comunidad Europea, varios países han sido afectados por la crisis económica del sistema capitalista y se han dado bruscos virajes hacia los gobiernos de derecha -en algunos casos de ultraderecha-, que ponen en peligro no sólo la democracia participativa, sino también la existencia de millones de inmigrantes que viven una situación insoportable, como si tuvieran encima de la cabeza pendiente la espada de Damocles. La xenofobia contra los extranjeros crece y crece, y los gobiernos son cada vez más y más reaccionarios.

A.O.- ¿Podrías decirme algo acerca de la literatura que se está escribiendo actualmente en Bolivia? ¿Qué características tiene? ¿Refleja el tema del empoderamiento de los indígenas?, por ejemplo

V.M.-  La literatura boliviana, en la actualidad, está viviendo su mejor momento, con escritores que están trabajando seriamente con la palabra escrita. Hay una pléyade de nuevos valores, tanto en verso como en prosa, que se están abriendo espacios considerables no sólo a nivel nacional, sino también a nivel latinoamericano y mundial. Éste es un hecho casi insólito en un país que siempre se mantuvo a la zaga de otras corrientes literarias del continente. Recordemos que hasta finales del siglo pasado eran muy pocos los escritores bolivianos tomados en cuenta en antologías, estudios o compendios de literatura hispanoamericana. Hoy en día, sin embargo, contamos con escritores y escritoras que, tanto por su talento como por la calidad su obra, están a la altura de los mejores narradores y poetas del continente.
La literatura de los escritores más jóvenes, como es natural, está acorde con lo que se está escribiendo en otros países. De ahí que no es extraño que aborden temáticas que antes no estaban contempladas en la literatura nacional, como el erotismo, la ciencia ficción o el género policiaco. Otro fenómeno interesante es que existe una nueva corriente de escritores, de ascendencia indígena, dispuestos a escribir o reescribir su historia desde su propia perspectiva; es más, el Ministerio de Culturas y las instituciones pertinentes están auspiciando concursos literarios en quechua y aymara, como una forma de fomentar la creación literaria entre los escritores originarios y como una parte de las políticas de descolonización del actual gobierno.

A.O.- ¿Cuál es tu visión acerca de la situación de las mujeres en Bolivia? ¿Están actualmente cerca de la igualdad con los hombres?

V.M.- La situación de la mujer no ha cambiado mucho, debido a la sólida estructura patriarcal existente desde la época de la colonia. No obstante, se nota que hay ciertos avances en algunos sectores, donde las mujeres participan activamente en la vida política, social y cultural. Aunque no ocupan puestos importantes en las esferas gubernamentales, son voces que se escuchan con más fuerza que antes. Por ejemplo, tenemos a escritoras que, además de tener una gran integridad personal y capacidad intelectual, hacen prevalecer sus derechos por sobre todas las cosas. Lo mismo ocurre entre las mujeres que representan a organizaciones o instituciones que luchan por la igual de géneros. Pienso que el legado de Domitila Barrios de Chungara, que fue una legendaria dirigente de las amas de casa de las minas, está generando efectos positivos entre las mujeres más conscientes y politizadas. Si bien es cierto que las mujeres no han alcanzado todavía los mismos derechos que el hombre en la vida laboral y familiar, es cierto también que estás desigualdades obedecen a factores socioeconómicos, que tienen que ver con el subdesarrollo del país y la mentalidad retrógrada y conservadora de algunas instituciones como la Iglesia, que concibe que la mujer debe estar subordinada al hombre por mandato divino.

A.O.-  Reconsiderando lo que ha sido tu vida entera, ¿qué destacarías más en tus luchas: las luchas sociales en tu juventud, tu lucha permanente con la escritura, la consecuencia con tus ideales?
¿En qué forma estás más satisfecho?, si es que lo estás de alguna manera.

V.M.- De mi vida rescato todo, incluso las etapas más sombrías que me tocaron vivir, porque todas esas experiencias juntas forjaron mis ideales y mi personalidad. Mi infancia, por ejemplo, ha sido un periodo que ha dejado una impronta imprescindible en mi vida, lo mismo que las luchas sociales en las que participé activamente en mi adolescencia. Mi relación con los sindicatos mineros, la persecución política durante la “Operación Cóndor”, la cárcel, las torturas y el exilio, han sido también factores que han determinado mi modo de ver el mundo y el contenido de mi literatura; es más, mi primer libro de testimonio, que gira en torno a la huelga minera de 1976, lo escribí en las celdas húmedas del Panóptico de San Pedro y en la prisión de Viacha. De ahí que mi lucha social se funde, como en una fragua, con la lucha permanente que sostengo con mi escritura, porque ambas luchas reflejan, de una manera consciente o inconsciente, las ganas de expresarse libremente, las ganas de crear un nuevo mundo con la fuerza de la imaginación y las ganas de vencer a lo imposible. Con todo, a estas alturas de mi vida, me siento plenamente satisfecho con los logros alcanzados, muy modestos pero profundamente significativos en la vida de un hombre que nunca puso precio a sus ideales.

A.O. -¿Qué repercusión está teniendo tu obra literaria en Europa, ahora que te han traducido al francés?

V.M. -Pienso que el hecho de haber vivido tantos años en Europa, aparte de haberme dado ventajas, me ha permitido conocer a gente que trabaja en el ámbito literario. Es bueno recalcar, además, que mi obra no sólo está traducida al francés, sino también al inglés, sueco, alemán e italiano. En realidad, y sin la menor intención de sobreestimarme, se puede aseverar que debo ser uno de los pocos escritores bolivianos cuya obra está siendo traducida a otras lenguas y uno de los pocos escritores que tiene ya un espacio ganado en exterior. Abrigo las esperanzas en que lo mejor de mi obra, que no es mucha pero sí significativa, siga siendo traducida a otros idiomas, porque lo que me interesa, entre otras cosas, es que los lectores de Europa, África, Asia o Estados Unidos, conozcan los crímenes de lesa humanidad que cometieron las dictaduras militares durante la “Operación Cóndor” o se introduzcan en el realismo mágico y la realidad tragedia de las minas a través de mi obra. Espero que así sea algún día.

A.O. -¿Qué repercusión está teniendo tu obra literaria en Bolivia?

V.M.- En Bolivia, donde la gente me conocía más por mis artículos de prensa que por mi obra literaria, se están reeditando mis libros, que fueron publicados en Suecia, España o México. Tuve la suerte de participar en un evento de escritores bolivianos, auspiciado por el Centro Cultural y Pedagógico Simón I. Patiño de Cochabamba, que se llevó a cabo en julio del 2011, donde conocí al director del grupo editorial Kipus, quien se interesó y comprometió a reeditar toda mi obra para su circulación en el país, así que ahora, con el tercer libro ya publicado, estoy en plena campaña de promoción de mi literatura. Si todo sale como el editor lo tiene previsto, tengo la certeza de que mi obra se establecerá muy pronto entre los lectores bolivianos.

(c)Araceli Otamendi - Archivos del Sur

Acerca de Víctor Montoya:
Víctor Montoya nació en La Paz, Bolivia, en 1958. Escritor, periodista cultural y pedagogo. Vivió desde su infancia en las poblaciones de Siglo XX y Llallagua, al norte de Potosí, donde conoció el sufrimiento humano y compartió la lucha de los trabajadores mineros. En 1976, como consecuencia de sus actividades políticas, fue perseguido, torturado y encarcelado durante la dictadura militar de Hugo Banzer Suárez. Estando en el Panóptico Nacional de San Pedro y en la cárcel de mayor seguridad de Chonchocoro-Viacha, escribió su libro de testimonio Huelga y represión (1979).

En su extensa obra, que abarca el género de la novela, el cuento, el ensayo y la crónica periodística, destacan: Días y noches de angustia (1982), Cuentos Violentos (1991), El laberinto del pecado (1993), El eco de la conciencia (1994), Antología del cuento latinoamericano en Suecia (1995), Palabra encendida (1996), El niño en el cuento boliviano (1999), Cuentos de la mina (2000), Entre tumbas y pesadillas (2002), Fugas y socavones (2002), Literatura infantil: Lenguaje y fantasía (2003), Poesía boliviana en Suecia (2005), Retratos (2006) y Cuentos en el exilio (2008).
Liberado de la prisión por una campaña de Amnistía Internacional, llegó exiliado a Suecia en 1977. Cursó estudios de especialización en el Instituto Superior de Pedagogía en Estocolmo y ejerció la docencia durante varios años. Dirigió las revistas literarias PuertAbierta y Contraluz. Es miembro de la Sociedad de Escritores Suecos y del PEN-Club Internacional. Su obra está traducida a varios idiomas y tiene cuentos en antologías internacionales. Está considerado por la crítica especializada como uno de los mejores narradores latinoamericanos en Suecia y como uno de los principales impulsores de la moderna literatura boliviana. Obtuvo el primer Premio Nacional de Cuento, UTO, 1984; el Premio de Cuento Breve del Semanario Liberación, Suecia, 1988; el primer premio de Cuento de Escritores de la Escania, Suecia, 1993; fue uno de los ganadores del Concurso Internacional ‘Sexto Continente del Relato Erótico’, convocado por Radio Exterior de España (2010). Escribe en publicaciones de América Latina, Europa y Estados Unidos.


notas relacionadas:


http://revistaarchivosdelsur-entrevistas.blogspot.com.ar/2010/07/entrevista-al-escritor-boliviano-victor.htm

http://www.rodelu.net/montoya/montoy5a.htm

http://www.rodelu.net/montoya/montoy7a.htm

viernes, 10 de febrero de 2012

Entrevista a Luis Gregorich* por Araceli Otamendi (archivo)



(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Luis Gregorich es escritor y periodista. Ha tenido una extensa actuación en el ámbito editorial y en la función pública. Entre sus libros hay que mencionar: "Cómo leer un libro", "El Cordobazo", "Tierra de nadie", "Literatura y homosexualidad", "Escritores del futuro", "La utopía democrática", ensayos sobre estado, política y literatura. Recientemente ha publicado "La excentricidad de Borges y Perón", que reúne notas sobre política, literatura y música. Escribió el guión del largometraje documental "La república perdida". Tradujo y adaptó Hamlet y Rey Lear de Shakespeare y Danza macabra de Strindberg representados por el elenco del Teatro San Martín de Buenos Aires. Ha ejercido la crítica por largos años en diarios y revistas de la Argentina y del exterior. Como periodista fue director del Suplemento Cultural del diario La Opinión, editorialista del diario Clarín, director del Semanario Argumento político, y columnista de las revistas Medios & Comunicación y Vigencia y Humor. Dirigió colecciones de libros y fascículos en el Centro Editor y fue Director Gerente General de Eudeba - Editorial Universitaria de Buenos Aires-. En 1988 ocupó la Subsecretaría de Cultura de la Nación, fue Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Escritores e integró el Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.



Araceli Otamendi:-¿Cuándo empieza tu vocación por la literatura?

Una vez te escuché decir, cuando te condecoraron en la Embajada de Croacia, que habías perdido tu biblioteca, la de tu infancia. Quisiera saber cómo influyó esta pérdida en tu relación con la lectura y la escritura.

Luis Gregorich:- Lo que empezó muy temprano fue mi vocación de lector. Aprendí a leer a los cuatro años (mi madre decía que a los tres, pero creo que exageraba un poco), en parte por iniciativa e interés propios, y en parte por estímulo materno. Pronto leer –y leer libros- se convirtió en mi afición principal, aun bastante antes de ir a la escuela. Por supuesto que lo primero fueron colecciones juveniles, obras de divulgación sobre mitología y ciencias naturales (curioso contraste temático), y especialmente versiones abreviadas o adaptadas de la literatura universal, de Cervantes y Shakespeare a Dickens y Alejandro Dumas. Debo aclarar que vivíamos en Zagreb, la capital de Croacia, mi ciudad natal, y que estábamos en plena Segunda Guerra Mundial, y que yo me preocupaba mucho más por mi biblioteca que por las bombas que caían, las sirenas de alarma y las huellas de la guerra (como ejecuciones públicas) en las calles. Al fin de la guerra yo tenía 6 años, y aunque no había ido a la escuela me había convertido en una especie de loro sabio que había memorizado una gran cantidad de datos y conocimientos (en su mayoría inútiles), y había desarrollado un gusto por la ficción (empezando por la narrativa de aventuras y siguiendo por el folletín social) que seguramente me dejó sus marcas. En 1947 mis padres, por diversos motivos –principalmente económicos-, decidieron emigrar de Croacia. Hubo que salir prácticamente con lo puesto, y yo tuve que dejar mi biblioteca, de 400 ó 500 ejemplares. Fue la primera gran sensación de pérdida que experimenté, y es probable que, de una forma u otra, haya tratado de reparar ese desgarramiento en toda mi vida posterior. En 1948 llegamos a la Argentina, donde empezó una nueva vida, entreverada y ardua. Me fui reinstalando en la nueva lengua, que terminó convirtiéndose en mi residencia definitiva. Y mi vocación literaria, ya más madura y consciente, se reafirmó a mediados de la escuela secundaria, a los 12 ó 13 años, con mis primeros escritos y con mi gradual descubrimiento de la poesía y la narrativa de los siglos XIX y XX. Debo reconocer, sin embargo, que no he podido revivir todavía, al menos no con plenitud, aquellos momentos de serenidad y perfección de la infancia (que para mí es lo mismo que decir mi biblioteca) en que hojeaba textos e imágenes con los personajes shakespearianos, o bien descubría coloridos cuadros de pájaros o insectos en colecciones populares de ornitología o en las obras entomológicas de Fabre.



A.O.:- En tu último libro que reúne ensayos, mencionás al escritor chileno Roberto Bolaño y al guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, como notables ejemplos de escritores latinoamericanos. ¿Por qué elegiste precisamente a ellos dos?

En cuanto a Rodrigo Rey Rosa, decís: "Ojalá las mesas de las librerías le perdonen su difícil destino de escritor latinoamericano, incómodo compatriota y nos permitan encontrarlo en el primer recorrido".

Parecería que esta frase se estuviera refiriendo a un karma: ser un escritor latinoamericano. ¿En caso de ser así, qué reside exactamente este karma?



L.G.:- No es que sean los únicos. La lengua española (en sus diversas variantes, desde Castilla hasta el Río de la Plata, desde Andalucía hasta Colombia o México) es una maravillosa cantera de talentos literarios, que hoy por hoy, según me parece, no tiene rivales, por cantidad y calidad, en ningún otro idioma del mundo. Pero quise mencionar a dos de una generación claramente posterior al "boom", y que a la vez son diferentes entre sí, tanto por su estilo como por las características de su recepción. Mientras Bolaño, prematuramente desaparecido, ya ha superado largamente la categoría de escritor de "culto", Rey Rosa, en plena actividad, todavía no la ha podido abandonar, y sufre las consecuencias del relativo aislamiento e incomunicación de muchos creadores latinoamericanos. Pero ninguna de las dos formas de clasificarlos importa más que su compartida calidad literaria. Simplemente, en este libro de notas y ensayos, quise ocuparme más de Rey Rosa porque –en nuestro país- es menos conocido y menos difundido, y en esto sí hay una especie de karma, que ni siquiera las excelentes cátedras especializadas de nuestras facultades de Letras pueden mitigar El mercado, es decir, las grandes editoriales transnacionales, dictamina acerca de qué hay que leer (y no digo que siempre se equivoque, porque a menudo promueve a muy buenos escritores), y tiene une enorme capacidad de ninguneo y ocultamiento. Por mi parte –y seguramente en esto desconozco más de lo que conozco- me gustaría mencionar también a otros escritores ya que no pude hacerlo en mi libro: por ejemplo, el colombiano Fernando Vallejo, o el mexicano Juan Villoro, o el chileno Pedro Lemebel, o el hondureño/salvadoreño Horacio Castellanos Moya. Y permítaseme también la mención de dos nombres argentinos, pertenecientes a nuestra notabilísima literatura escrita por mujeres: Hebe Uhart y María Moreno.



A.O.:- Al leer el mismo libro, cuando hablás del debate acerca de la literatura hispanoamericana que ha girado en torno a las crisis y las transformaciones del realismo, de los desplazamientos del canon, de las reivindicaciones generales del postboom y de los conflictos entre academia y mercado, más que de la pugna – más tácita que nunca -del compromiso político con la independencia estética-, hacés alusiones a las "mafias universitarias transnacionales, que escudadas en periodistas y críticos comprensivos, usaron tácticas de autodefensa e inventaron prestigios impensados".

¿Podrías aclararlo un poco más?



L.G.:- Hablo de mafias no con una significación delictiva, sino en el sentido de grupos de autoprotección, con lealtades endógenas y rechazo instintivo de los que les es ajeno. A veces los impulsos de la crítica universitaria, sostenida también por comentaristas de los suplementos literarios y las revistas culturales, contienen tanta arbitrariedad como las imposiciones del mercado. Pero es comprensible. Muy pocas veces el éxito de venta coincide con el succès d’estime. García Márquez hay pocos. El resultado es una compartimentación de la literatura en la que, por un lado (desde el mercado), vemos auspiciar meros objetos de consumo sin interés formal, y por el otro (desde la Universidad), sufrimos la exaltación de productos de seudovanguardia, vacíos de contenido.

A.O.:- Siguiendo con el tema, también decís que hay algo de rigidez en el deslizamiento entre mercado y universidad y que falta la capacidad de parodiarse a sí mismo. ¿Este último sería el caso del escritor chileno Roberto Bolaño? Él utilizaba el humor para referirse al mundo de los escritores, al mismo mundo al que él pertenecía.

L.G.:- Esa es, efectivamente, una de las carencias que advierto en el rico panorama literario hispanoamericano, incluyendo a la Argentina: la dificultad para tomarse a sí mismo (es decir, al mundo de los escritores e intelectuales, con sus prejuicios y endiosamientos) no demasiado en serio, visión crítica que ha ejercido notoriamente la narrativa inglesa. Y desde ese punto de vista, es efectivamente Roberto Bolaño quien más se ha arriesgado en una visión poco piadosa de sus congéneres (y con ello, tácitamente, de sí mismo).

A.O.:- Entre los escritores latinoamericanos destacás a Roberto Bolaño y a Rodrigo Rey Rosa. Creo que la escritura de cada uno de ellos es muy distinta. Se dice que Bolaño es un heredero de Borges, en cambio Rey Rosa, creo que tiene un lenguaje más independiente y más ligado en los temas a su país de origen, Guatemala. ¿De quien sería heredero Rey Rosa?

L.G.:- Rey Rosa, además de ser un escritor con un tono propio, es heredero también de Borges y, por lo mismo, de la narrativa y el ensayo de lengua inglesa, con su búsqueda de concisión, precisión y falta de sentimentalismo.

A.O.:- Pasando a otro tema del libro, la música, ¿qué ocurre con los espectáculos musicales después de John Cage y 4´33´´? ¿John Cage caerá en el olvido y Mozart se seguirá escuchando dentro de doscientos años?

L.G.:- En realidad, una de las tesis centrales de mi último libro, visible o escondida en muchas de sus páginas, es que la cultura humana –y dentro de ella, la literatura- obra por acumulación y no por exclusión. De tal modo, las obras de Mozart se seguirán escuchando, pero también el silencio que propone Cage en 4´33´´. Somos omnicreadores y omniconsumidores. A lo sumo podrá haber, como lo hubo siempre, arte de mayorías y arte de minorías. Pero aun este último conservará su aspiración a expandirse, y aun el arte de mayorías reivindicará sus ingredientes aristocráticos.

A.O.:- También mencionás a Rimbaud, "muere sin saber que era Rimbaud", según afirma Alain Borer. ¿Crees que esto era realmente así? ¿O Rimbaud eligió otra vida, para olvidarse de que era Rimbaud?

L.G..- Rimbaud, como les ocurre a tantos otros chicos con sospechas de vocación literaria, me hizo descubrir, como en una iluminación, el sentido de la lengua poética. Por eso es uno de mis invulnerables modelos, aunque creo que él mismo no se habría interesado en un papel así. En este último libro mío que vos comentás aparecen también otras lenguas, otras voces -fácilmente discernibles-, que fui incorporando a lo largo de los años, y que me enriquecieron y dieron placer, además de mejorar –tengo la esperanza- mi percepción del mundo y de los otros. Por eso suelo decir a los amigos que se trata de un libro que, pese a su dispersión y variedad algo confusa, me representa acabadamente. Y si te contesto así, indirectamente, la pregunta acerca de Rimbaud, es porque creo que muy pocos, a excepción de unos pocos elegidos que lo saben desde un comienzo, sabemos lo que somos realmente, y creo que Rimbaud no lo supo o no lo quiso saber. Lo mismo da.


*Entrevista originalmente publicada en la revista Archivos del Sur
(c) Araceli Otamendi- Archivos del Sur- Todos los derechos reservados.

domingo, 29 de enero de 2012

Entrevista al Doctor Julio Alak, actual Ministro de Justicia (archivo)

                                              Foto: Ministro Julio Alak


(Buenos Aires) Araceli Otamendi


En el año 2000 entrevisté al Doctor Julio Alak, actual Ministro de Justicia. En el momento de realizarse la entrevista, Julio Alak era Intendente electo de la ciudad de La Plata, capital de la Provincia
de Buenos Aires. El abogado peronista Julio Alak, acababa de iniciar su tercer mandato al frente de esa Municipalidad. Tenía entonces 42 años.

La entrevista fue publicada en la revista Cultura segunda época, en marzo de 2000.

Las preguntas de la entrevista fueron consensuadas antes entre el director de esa revista Patricio Lóizaga y yo.

La entrevista, sobre el tema Ciudad y democracia, se realizó en la Intendencia Municipal de la Plata.

Dado que la revista Archivos del Sur cumple su décimo aniversario este año, iré publicando entrevistas que realicé a políticos argentinos.

Esta es la segunda entrevista de esa serie. La primera fue al Ingeniero Mario Barletta, actual Presidente de la Unión Cívica Radical.


Entrevista con Julio Alak por Araceli Otamendi




J.A. -"El siglo XXI va a estar signado por la jerarquización de las ciudades en el mundo y del rol de los municipios dentro de la estructura institucional argentina y latinoamericana fundamentalmente. Esto es así porque hay dos ideas que recorren el mundo en lo que se refiere a la organización política de los estados y de la gente, que son las ideas de la descentralización y de participación ciudadana. Estas dos ideas fundamentales van a llevar a nuestro país a un fuerte proceso de transformación de las estructuras institucionales tal como hoy las concebimos.
Creo que vamos a pasar de una democracia representativa, como la que hoy vivimos, a una democracia participativa en donde la transformación se va a dar fundamentalmente por la descentralización del Estado nacional hacia los estados provinciales, y desde los estados provinciales hacia los estados municipales. Nosotros tenemos desafíos muy importantes en la Argentina para los próximos tiempos. En la Argentina el proceso de descentralización comenzó de atrás para adelante. Aquí el Estado nacional hoy concentra el 70% de las facultades para recaudar, 24 provincias el 22%, y los municipios, que somos 1.700 gobiernos locales, solamente tenemos el 8% de participación en los recursos fiscales de la Argentina. Cuando analizamos la estructura del gasto también vemos una fuertísima centralización.
El Estado nacional gasta aproximadamente un 45% del gasto público, los estados provinciales están gastando un 46% aproximadamente, y los municipios estamos gastando solamente el 9%. Es decir que hay una gran concentración de la recaudación y el gasto en el Estado nacional y los 24 estados provinciales, y hay una indiscutible poca cantidad de recursos públicos en manos de los municipios, que somos los que estamos muy  cerca de los problemas y de la gente. Esta estructura fiscal hace que nos alejemos de las posibilidades de resolución y pone en crisis al sistema.
"Estoy convencido de que la Argentina va a entrar rápidamente en un proceso de descentralización, más allá de la clase política. Creo que vamos a ir hacia una república democrática participativa de acuerdo a lo que la gente quiere, y pienso que vamos en ese sentido. Cuando digo que el proceso de descentralizacíón en la Argentina comenzó con la década del noventa pero empezó de atrás para adelante, es porque éste se originó en una descentralización del Estado al sector privado que se dio, en el marco de la reforma del Estado, con la privatización de los servicios públicos y de las empresas del Estado. Pero aquí falta hacer la descentralización institucional, es decir, del Estado nacional al provincial, y falta como otro desafíio, la descentralización política, es decir, del Estado a la sociedad.
 "La descentralización intrainstitucional o administrativa va a fortalecer fuertemente a los Estados municipales, con transferencia de responsabilidades tanto tributarias como políticas públicas,
fundamentalmente políticas de desarrollo urbano, culturales y sociales. El segundo eje (yo hablaba de dos ejes, la descentralización y la participación ciudadana), se va a dar fuertemente en el ámbito del municipio, porque la participación ciudadana es casi abstracta a nivel de gobierno federal, es bastante lejana en el gobierno provincial, y es muy viva en el gobierno municipal. Nosotros comenzamos este proceso de descentralización política hacia la comunidad de La Plata; fuimos el primer municipio en la Argentina que conformó, por norma-ordenanza, juntas comunales, es decir, pequeños consejos deliberantes en los diferentes núcleos urbanos de la ciudad, que están integrados por representantes de las instituciones, es decir, por la misma comunidad que se organiza en forma libre. A esas juntas comunales, que fueron creadas por ordenanza y tienen sus autoridades, se les dieron las facultades para realizar planes de desarrollo local conjuntamente con las facultades de Arquitectura y Urbanismo, las cuales les dieron asistencia técnica como urbanistas para que cada Junta Comunal desarrolle su plan de desarrollo local, y de Humanidades, que aportaron psicólogos sociales que actuaron como animadores de grupo, para que todos tuvieran la posibilidad de expresarse en un plano de igualdad".



A.O. -¿Esto cuando comenzó?

J.A. - En el año ´98. Y dimos un segundo gran paso, porque en la Argentina no había antecedentes: nuestro presupuesto es participativo, es decir que el plan de desarrollo local, luego de una etapa de nivelación de demanda hecha por el gobierno - porque se dieron cosas extrañas, como que las zonas de mayor nivel socioeconómico eran las de mayor demanda de costos, y las más humildes eran las de menor demanda-, los planes de desarrollo local se insertaron en el presupuesto participativo y cada núcleo urbano de la ciudad, localidades como Villa Elisa, City Bell, Gonnet, Tolosa, Olmos, Los Hornos, pudo hacer el seguimiento del plan de desarrollo local elaborado libremente y con asistencia técnica de la universidad en la ejecución del presupuesto municipal. Es decir que es un sistema de control de la ejecución.

A.O. - Este sistema, que funciona ya en la ciudad de La Plata, se perfila como para desarrollarse en todo el  país a corto plazo.

J.A. - Hemos recibido pedidos de la Ciudad de Buenos Aires,, en relación a esto.

A.O. - La democracia participativa funciona. ¿Qué pasa con la juventud, que en lugar de manifestar una vocación de participación en la cosa pública está más estimulada por la cultura del consumo y del espectáculo?

J.A. -   Nosotros, los argentinos, cuando hablamos de juventud hacemos una comparación de la época actual con la década del ´70, la cual fue una década muy especial. Creo que la juventud tuvo, en la
década del ´70, un nivel de protagonismo altísimo, muy por arriba de todos los otros segmentos generacionales y muy por arriba de la media histórica. Hoy la juventud tiene el mismo protagonismo que tuvo en todo el siglo pasado, excepto en la década del setenta. Creo que los ejes de la juventud pasan hoy por cuestiones culturales, como son la música, el arte, e incluso el deporte; ahí sí hay niveles de participación importantes.
Como desafíos y como objetivos está la búsqueda de una profesión para estudiar y de un trabajo.
Creo que en ese marco hay que ver en qué andan los jóvenes. Y para eso hay que meterse en la habitación de ellos. En la década del ´70 tenían las fotos de los grandes emblemas revolucionarios, los grandes mitos de la revolución, las fotos de Mao, el Che, Evita ...En la década del socialismo mundial los grandes ídolos, los grandes mitos estaban en la habitación de los jóvenes. Si ahora uno entra en la habitación de un joven no va a encontrar fotos de grandes líderes politicos, sino de grandes artistas, fundamentalmente de rock, y deportistas. Están en ésa. A nosotros nos fue muy bien con los jóvenes en la ciudad, nos votan mayoritariamente. El 60% de ellos nos votó.

A.O. - García Canclini dijo, en un estudio que tiene sobre la Ciudad de México, que allí conviven cuatro ciudades. En La Plata podríamos hablar de varias ciudades que conviven. Una de ellas sería la universitaria.
J.A.   -  Yo díría tres. Está la ciudad más importante, que es la ciudad universitaria, la cual tiene casi 80.000 alumnos en una población de seiscientos mil habitantes: el peso relativo de la universidad en la ciudad es tremendamente alto. La segunda ciudad es la burocrática, por ser sede del gobierno de la Provincia de Buenos Aires; hay una estructura burocrática muy grande, que tiene un peso también
importante en la ciudad. Y la tercera ciudad es la de los vecinos. La del vecino de carne y hueso. Más allá de que no sea estudiante universitario, más allá de que esté o no vinculado a la estructura burocrática, este vecino tiene en La Plata a su ciudad.


A.O.  -   Recién usted dijo que se notaron más requerimientos en la población socioeconómicamente alta que en los sectores más humildes. ¿Cómo se puede ejemplificar esto?

J.A.   -   Este fue el dato que más me llamó la atención. Por ejemplo, el plan de inversión de desarrollo local para City Bell contenía, por pedido de los vecinos, un monto de inversión que casi superaba los doce millones de dólares para esa localidad.

A.O.   - ¿Qué pedían?
J.A.    - Puentes, equipamiento urbano carísimo. Y en Villa Elvira pedían cruces de calles; es decir,
ese sector socioeconómico más obrero-trabajador pedía que les pavimentáramos la calle, que pusiéramos adoquines para que no se embarren. El nivel de demanda de los sectores más humildes, paradójicamente, era muy inferior en relación al costo que representaba la demanda de los sectores medios y altos. Por eso, el tema de la participación hay que trabajarlo bien: si no, uno puede cometer una gran injusticia.


A.O. - ¿Y eso se equilibró desde la política?


J.A. - Sí, la política, nosotros, como instrumentos, digamos el gobierno popular, tenemos que trabajar en equilibrar esto. Es más: tratar de favorecer más a los sectores más postergados. Creo que el movimiento de las ciudades va a ser la característica más especial de la política nacional en los próximos treinta o cuarenta años. Acá hay un proceso de fusión de los estados nacionales en bloque supranacional, como la Unión Europea o el Mercosur, donde por un lado los estados nacionales delegan facultades a los bloques supranacionales en cuanto a los acuerdos arancelarios, los acuerdos monetarios y, por otro lado, hay una transferencia, que es inevitable, hacia las provincias y hacia los municipios.
Lo interesante de la descentralización y de la participación política es que no hay discusión ideológica, yo siempre digo esta frase: desde el anarquismo basista hasta el Fondo Monetario Internacional, todos estamos de acuerdo en que hay que lograr la descentralización político-administrativa y la participación ciudadana. Creo que en el arco ideológico, el máximo nivel de tensión y extensión coincide en que son dos procesos irreversibles. Y el rol de las ciudades va a ir aumentando de una manera espectacular, porque ya la competencia entre estados está muy acotada por los organismos internacionales y supranacionales. Ahora se va a venir la competencia entre las ciudades. Y así como el que vaya dentro de poco de París a Berlín no se va a dar cuenta de que cruzó de Francia a Alemania, sí se va a dar cuenta cuando salga de París y cuando entre en Berlín. Borges recordaba siempre: "Mi padre me decía, mirá esas banderas que después no las vamos a ver más, esos ejércitos...,". Yo veo eso que alguna soñó el padre de Borges: un mundo sin fronteras, un mundo sin ejércitos y sin banderas. Creo que los hechos y la realidad lo van a ir demostrando; nadie se va a dar cuenta dentro de poco cuando cruce una frontera, porque prácticamente no va a haber países vecinos, y sí se va  a dar cuenta cuando entre y salga de una ciudad. Nos va a pasar a nosotros cuando crucemos la cordillera para ir de Mendoza a Santiago de Chile.

A.O. -   Usted me decía que a corto plazo el proceso de la participación ciudadana se va a dar en todo el país.

J.A. -     Se dará a corto plazo. Ya se da en La Plata. Y vamos a dar un paso más. Nosotros hicimos descentralización institucional, descentralización administrativa - al darles a las juntas comunales la posibilidad de la planificación urbana-, descentralización financiera - al darles la posibilidad de incluir sus proyectos en el presupuesto municipal-, y ahora vamos a hacer una descentralización política: le vamos a permitir a cada comunidad que elija su administrador comunal, su intendente de localidad. Es un hecho, estamos más avanzados de lo que la ley permite; la ley, hoy por hoy, lo prohíbe. Pero nosotros lo vamos a hacer como una suerte de consulta popular, para que designemos nuestro delegado municipal o administrador comunal, en cada una de las localidades, no por decreto del intendente, como dice la ley, sino por voto popular.


A.O. - Más participativo todavía.



J.A. - Más.


A.O. - ¿Podría nombrar algunas ciudades donde estas experiencias se están llevando a cabo?


J.A. - No conocemos muchas experiencias; hemos visto algo en Barcelona, también hemos visto algo en Sevilla. En Latinoamérica, la que ha trabajado bastante el tema de la participación comunitaria ha sido Porto Alegre, y creo que es el mejor modelo brasileño en cuanto a descentralización política. En el país, creo que nosotros somos los mejores, sin jactancias.

A.0.- ¿Cuál es su experiencia en relación a las organizaciones no gubernamentales?


J.A. - Es muy positiva, porque creo que lo positivo es crear ámbitos permanentes, pues ahí se da un proceso de crecimiento en conjunto, crecemos todos; crecen las entidades porque el dirigente de la entidad ya asume un tercer rol: tiene el rol personal de su trabajo, de su familia, el segundo rol de ciudadano intersectorial de la institución que representa, y ya se le pide un tercer rol, que es pensar la comunidad. Es decir, uno está frente a una persona que tiene un gran sentido solidario pero que también lo hace en forma honoraria; le cuesta mucho esfuerzo hacerlo, nuestros talleres duraban en algunos barrios hasta las dos, tres de la mañana.


A.O.- Talleres sobre la problemática de la ciudad.

J.A. - Talleres de trabajo para, por ejemplo, definir qué obras traer para el desarrollo local; definir qué servicios culturales nuevos se pueden abrir, o qué servicios sociales. Los vecinos trabajaban hasta muy tarde.

A.O. - Toda gente con vocación de participación.

J.A. -   Sí, yo creo que los vecinos crecen mucho porque tienen la posibilidad de aprender a planificar,
a interactuar con el estado municipal, a incorporar sus demandas y medirlas en relación al costo de inversión. Y nosotros, fundamentalmente, aprendemos a desprendernos de facultades que nos otorgan las normas pero que la realidad viene determinando que las tenemos que compartir. Y algo muy importante: aprendemos a que nos cuestionen, lo cual es algo poco frecuente en los funcionarios.
Estamos acostumbrados a que nos cuestionen pocas veces, la oposición y los medios de comunicación,
pero no en la práctica participativa y permanente, de la gente.


A.O. - En La Plata hay más participación de los ciudadanos que en otras ciudades más grandes....

J.A. -   Acá hay una participación real, es una ciudad que tiene muchísimas instituciones, lo cual es parte de su riqueza: tenemos casi mil instituciones de todo tipo. Y hacen un trabajo impresionante.
Y además de los consejos de participación territorial que son estas juntas comunales, tenemos los
consejos de participación sectorial. Tenemos los consejos municipales del menor, consejos municipales del discapacitado, consejos de la mujer, consejos de la producción, consejos del trabajo, consejos del desarrollo social. Vertical le llamamos a los sectoriales y horizontal a los territoriales. Entonces, la gente puede participar en un consejo de acuerdo con su pertenencia o su vocación, y puede participar en otro de acuerdo con el barrio donde vive, para mejorarlo.

A.O.- ¿La Plata ha tenido o tiene problemas de recibir población rural en forma masiva, o población marginal de otros países?

J.A. - Sí, creció mucho la inmigración. La ciudad está creciendo a un ritmo de 15.000 habitantes por año, de los cuales la mitad es de afuera.

A.O. - ¿Cómo consigue trabajo esta población?

J.A. - Hubo un crecimiento económico fuerte en la ciudad, lo cual provocó que, pese a la gran cantidad de personas que vienen de afuera, hubiera una generación de trabajo bastante mayor a la media nacional,  casi el doble, producto de la inversión pública, de las grandes obras públicas. Eso nos permitió tener una tasa de desocupación del 12%. Mar del Plata está en el 20%, Rosario en el
22%. La tasa es baja, pero estamos preocupados por la recesión económica.

A.O. - ¿Están previendo recesión?

J.A. -  Sí. Nosotros la notamos porque autorizamos los metros cuadrados de construcción mensualmente, y vemos que ha caído muchísimo la solicitud de metros cuadrados por parte de los particulares para  construir. Es un indicador muy fuerte.



A.O. - Eso plantea también el problema de la seguridad.

J.A.- Sí, hoy la seguridad es un problema prioritario en la ciudad.

A.O.    - ¿Cómo se instrumenta la seguridad?

J.A.     - La mayor parte de los problemas son de inseguridad y de desocupación y el resto está muy
atomizado. Es como que a la gente le preocupan esos dos problemas: inseguridad y desocupación. Nosotros creamos la primera patrulla urbana municipal. Es una patrulla importante que tiene veinte móviles y 200 policías municipales que ayudan mucho a la Provincia. El Municipio contribuye con la Provincia pagándole el combustible y las reparaciones de todos los móviles policiales.
Todos los móviles policiales funcionan con nafta municipal, pagada con recursos propios. La jurisdicción es de la Provincia, con la cual hay una gran colaboración. Ahora, me parece que la situación está mejorando, según las estadísticas locales.

A.O. - ¿Cómo funciona el tema de la seguridad con las juntas comunales?

J.A.   - Cada junta comunal tiene un secretario de seguridad. También tiene un secretario de cultura,
de desarrollo social, de obras públicas. Cada junta comunal replica en su estructura los problemas del barrio. Es un esquema que funciona. La junta comunal cuestiona al comisario, y el comisario tiene la obligación de ir a la junta comunal a informar cuál es la situación de la comisaría, cómo están los móviles, por qué los móviles recorren, por qué no recorren... Es muy interesante el mecanismo.



(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur

jueves, 26 de enero de 2012

Entrevista a Ernesto Escobar Ulloa, director de Canal L www.canal-l.com/

foto: Ernesto Escobar Ulloa junto a Antonio Muñoz Molina
(c) Elena Blanco

"Hay algunos a los que les encantaría que solo se publicaran obras maestras, presidir la Santa Inquisición de la Cultura, los que se indignan por las malas novelas que salen a diario y que tanto venden. Que la gente se dedique a escribir me parece sanísimo, quizá no muy útil socialmente pero eso ya se arreglará..."

(Buenos Aires/Barcelona)

Ernesto Escobar Ulloa es el director de Canal L, el canal de los libros en internet http://www.canal-l.com/ . Lo entrevisté vía correo electrónico para la revista Archivos del Sur.

Ernesto Escobar Ulloa (Lima, 1971) Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza, más tarde hizo un Máster de enseñanza de español a extranjeros en la Universidad de Alcalá de Henares. Se trasladó a Barcelona en el 2002. Ha sido colaborador de las revistas Lateral, Cuadernos Cervantes, entre otras, y editor de The Barcelona Review. Actualmente dirige Canal-L. http://www.canal-l.com/

Entrevista


Acerca de Canal L

-  ¿Cómo fue el inicio de Canal L? ¿Qué fue lo que lo motivó fundar el Canal de los libros en internet?

- Me motivó salir a la calle, se puede llevar una revista literaria desde casa y ahora es cada vez más fácil. Para hacer Canal-L hace falta contacto personal, hay que sentarse delante de los escritores, asistir a eventos, y eso te lleva a conocer escritores, editores, libreros, jefes de prensa, y tener una visión más rica de la industria. Internet está muy bien pero es necesario combinar la experiencia real con la virtual, Canal-L es un poco como la Primavera Arabe, no podría existir sin Internet pero tampoco sin la calle.

- Usted ya viene del periodismo escrito, de Barcelona Review, qué diferencias, ventajas y desventajas encuentra entre aquél y las entrevistas en video que realiza para Canal L?

- La que te acabo de mencionar es la diferencia más grande, Barcelona Review se puede hacer íntegramente desde casa. Las ventajas de la entrevista en vídeo es que son más fidedignas que las escritas, la imagen es parte del lenguaje. Algunos se jactan de ser defensores de la letra sobre la imagen, lo cual además de una falacia es una hipocresía, nuestra cultura es una cultura audiovisual y eso no tiene nada de empobrecedor. Tengo una formación audiovisual a la que debo casi tanto como a los libros, mi gusto musical se forjó con un programa de vídeos que se llamaba Disco Club, que era incluso anterior a MTV, mi interés por la ciencia se remonta al programa Cosmos de Carl Sagan, también veía La torre de Babel, de Vargas Llosa, que para mí por mucho tiempo fue solo un señor con un micrófono en un río de la selva amazónica, y todo eso no estaba reñido con Ultra Siete, Combate o Monstruos del espacio. Creo que la literatura y la cultura en general tienen cabida en el periodismo audiovisual. Los programas que tratan la literatura en la televisión presuponen que es aburrida, y entonces cambian constantemente las tomas, ponen la cámara en lugares insospechados, si hay que poner música será jazz, o tango si el escritor es argentino, acuden a una serie de esterotipos que en realidad demuestran que la literatura les es muy ajena. En las entrevistas de Canal-L no hay nada preparado, se graba y nada se vuelve a repetir. Es prácticamente una performance, y a veces sale bien y otras no tanto; es el riesgo de la espontaneidad.

¿Cómo se eligen los entrevistados? ¿Casi todos los escritores que entrevista son españoles y latinoamericanos?

Casi todos sí, pero esto no es una regla, pero sí que los escritores de habla hispana tienen prioridad. Creo que tenemos que reivindicarnos como cultura, tenemos un velado complejo de inferioridad cultural frente a la cultura anglosajona. No quiero sumarme a esa actitud, eso no significa que no me guste lo que viene de ahí solo que hay que valorarlo en su justa medida. Si bien es cierto que la calidad técnica de las series y el cine nos pone dificil competir, en la literatura las condiciones están dadas para sentirnos a la par. Los entrevistados los elijo por los libros, no por las personas, escojo los libros de los que me interesa hablar porque sus temas, literarios, sociales, culturales, etc, me parecen de actualidad, dignos de debate, de reflexión.

¿En qué piensa cuando entrevista a un escritor, qué es lo que le interesa más?

Cuando entrevisto sólo pienso en hacerlo bien, es un plano fijo, no se repite nada, y para que todo salga como esperado lo más importante es la preparación, hay que haberse leido el libro, conocerlo, conocer el tema, básicamente para llevar la entrevista de manera fluida y tener las réplicas a mano. No hay que olvidar que el protagonista es el invitado, a la gente no le importa lo que piense yo, mi papel es que la entrevista alcance una especie de clímax, momentos álgidos, en los que la información sea valiosa. Siempre tengo en mente a un joven escritor, espero que le sirva lo que se ha dicho.

¿A quién le gustaría entrevistar y todavía no pudo hacerlo?

A varios, Mario Vargas Llosa, Inés Bortagaray, Mario Bellatin, Ray Loriga, en fin, mucha gente...

Acerca de Ernesto Escobar Ulloa

Usted es de origen peruano, ¿Cuándo se instala en Barcelona? ¿Qué es lo que lo motiva a vivir y a trabajar en España?

Vine a Barcelona en el 2002. Enseguida me adapté rápido, Barcelona es una ciudad que acoge muy bien a un limeño. Al llegar entablé contacto con los medios para los que había empezado a colaborar, Barcelona Review y la desaparecida revista Lateral, en ese entonces Internet no era lo que es ahora. Supongo que de Barcelona me motivó su actividad editorial, esa dinámica ahora es tan abrumadora que a mucha gente le provoca apearse más bien.


¿Cómo ve a la literatura peruana actual? ¿Qué autores peruanos prefiere? ¿Y de los españoles, y de otros países latinoamericanos y otros?

La verdad no estoy muy al tanto de la literatura peruana acutal, salvo de lo que se ha publicado fuera como Carlos Yushumito, Diego Trelles, Gabriela Wiener, Sergio Galarza, y tengo buenas referencias de otros autores. Pero más que la literatura lo que debe interesarnos es lo literario y que haya un marco donde esto germine, terminar con lo que queda de analfabetismo, mejorar el acceso a los libros, programas de bibliotecas públicas, unas políticas culturales modernas, decididas, llevar la literatura al barrio, crear un clima de eventos, concursos, becas, incentivos, etc. todo eso es lo que verdaderamente importa, la literatura vendrá como una consecuencia natural. En Barcelona hay muchos escritores porque hay una biblioteca pública en cada barrio, librerías, universidades, entidades culturales, revistas, editoriales etc. Sé por experiencia que se han hecho cosas en el Perú, que mucha gente trabaja anónimamente y con responsaibilidad pero por supuesto aún nos queda mucho.

-¿Cuáles son sus lecturas preferidas? ¿acerca de qué temas? ¿y autores?

- Mis lecturas preferidas no responden a unos temas concretos, pero sí diría que hay unas exigencias, me gusta la literatura que te hace ver el otro lado de las cosas, que no pretende revelarte una verdad, que no te dice cómo fue o qué pasó con precisión sino que te lleva a interpretar, a leer entrelíneas, a sacar tus propias conclusiones. Me disgusta mucho la literalidad en literatura, me parece no haber entendido que lo interesante del lenguaje es justamente su carácter ambiguo, polisémico, interpretativo etc. Es crucial trabajar el lenguaje hasta el punto de dominarlo. Hace poco leí la última novela de Ignacio Martinez de Pisón, y me pareció sensacional, podría dar la impresión de que el lenguaje es el normal, pero en realidad es un lenguaje oral practicamente resucitado, que aunque no conozcamos parece que tengamos de él una memoria, lo cierto es que es una invención, y gracias ello el lector de pronto lo suprime y comienza a ver todo lo que se le narra. Otras veces en cambio el lenguaje es casi el protagonista, como en el último libro de Mercedes Cebrián, que me encantó, dos nouvelles que son un disparate increíble y que, justamente por eso, si no se narran con un lenguaje que es una ficción en sí mismo, no se sostienen como historias. Es decir, sea para suprimirlo o para darle relieve, en ambos casos, el lenguaje ha sido muy trabajado, la literatura debe dominar el lenguaje y no al revés, debido a ello los temas casi no importan, lo importante es que te haga reflexionar, cuestionar el mundo, cuestionarte a ti mismo...

- ¿Encuentra algunos puntos de conexión entre los temas de los libros de autores actuales?

-Claro, se nos ha venido un nuevo mundo encima y su presencia abarca casi todos los campos de la vida, las nuevas tecnologías, la cultura audiovisual, la globalización, el capitalismo neoliberal, etc. pero todo ello es importante en la medida en que en muchos aspectos hemos cambiado nuestra manera de percibir la realidad o de concebir la vida, el arte, la cultura. Vivimos una época de agnosticismo radical, de fin de las ideologías, las etiquetas se desmoronan, ha surgido un nuevo tipo de familia, de relaciones, el conocimiento se ha extendido, el acceso a la información, en fin. Y creo que la ausencia de convicciones está generando una literatura quizá por un lado menos activista en el sentido puramente ideológico pero más dinámica en el sentido puramente crítico, de cuestionamiento, de indagación, de búsqueda y que tal vez está en un periodo de transición. De todos modos, es difícil tener una percepción acertada porque es imposible seguirle el ritmo a lo que se hace aquí, allá, Chile, Argentina, México, Bolivia, en fin, solo hablo de lo que he leído, y eso podría reducirse al archivo de Canal-L y unas cuantas cosas más. De todos modos hay más escritores, más editoriales, más lectores, más medios, revistas, webs, y eso me parece bien, hay algunos a los que les encantaría que solo se publicaran obras maestras, presidir la Santa Inquisición de la Cultura, los que se indignan por las malas novelas que salen a diario y que tanto venden. Que la gente se dedique a escribir me parece sanísimo, quizá no muy útil socialmente pero eso ya se arreglará, que lo haga bien o mal me parece lo de menos, lo importante es que cree, el ser humano está aquí para dar rienda suelta a su creatividad, para expresarse, tener la mente ocupada en el arte te da una mejor calidad de vida, te hace más consciente del bienestar. Solo espero que se acabe la cultura caduca que te decía que si el perro de tu dibujo no era idéntico al perro de la realidad, entonces dibujabas mal, y seguidamente te decía que el cubismo era arte. A Hitler lo rechazaron de la escuela de arte y mira.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur

lunes, 16 de enero de 2012

Entrevista a Félix Aberasturi, artista y arquitecto

Foto: Félix Aberasturi (c) Lucie Yeung
                                                            



           Félix Aberasturi, Fundación Mítica de Buenos Aires
 (muestra Laberinto de Espejos,
Embajada Argentina en París, enero de 2012)


"...Ser artista es despertar recuerdos de otras vidas, es emocionar y conmocionar. Es elevar al espectador a otras esferas, pasearlo por otros universos, donde pueda reconocerse aun sin haber estado jamás. Es ser un mago, un hada y un hechicero. Es recordar a otros y recordarnos a nosotros mismos lo que significa Ser Humano".




(Buenos Aires/París) Araceli Otamendi

Félix Aberasturi es un artista plástico y arquitecto argentino radicado en París desde hace diez años. Actualmente  presenta en la Embajada Argentina en París, durante el mes de enero, hasta el día 20 una muestra titulada Laberinto de Espejos, inspirada en la obra de Jorge Luis Borges. A raíz de esta muestra, le envié a Aberasturi unas preguntas vía correo electrónico y las respondió para la revista Archivos del Sur por el mismo medio.


¿Cuándo descubre su vocación por la pintura? ¿fue antes o después de iniciar sus estudios de arquitectura? ¿Qué artistas argentinos y de otros países influyeron en usted?

Creo que nacemos con ciertas condiciones y que adquirimos otras con el aprendizaje, pero siempre todo está relacionado de algún modo con esa llama interior que nació con nosotros. A veces la vida nos aleja de nuestro “primer amor” y nos confunde con los espejitos de colores de lo que “debemos” ser. Esa es un poco mi historia como artista: desde chico destacándome en dibujo, cuando era adolescente participé en talleres de pintura y más adelante en algunos concursos y tímidas exposiciones de lo que debía ser como un “hobbie”. En el incosnciente colectivo está anclado que del arte no se vive ... Después mi carrera universitaria terminó canalizando mi creatividad,  encuadrándola en una actividad más seria, más útil en apariencia. Recibido con el mejor promedio de mi promoción en la Universidad de Buenos Aires, parecía que mi futuro estaba escrito. Pero por suerte la vida a veces nos da una segunda oportunidad, y esa nueva opción me llegó estando ya instalado en Paris y trabajando como arquitecto. En realidad no fue una opción: fue un profundo cuestionamiento sobre quién soy, una verdadera crisis existencial, que permitió finalmente salir a plena luz mi naturaleza más profunda. Desde hace cinco años dejé de ser el arquitecto que pinta y me volví el artista plástico que tiene una formación de arquitecto.

Enumerar artistas que me influyen seria imposible.

Primero porque soy absolutamente ecléctico en mis gustos, incluso dentro de la obra de un mismo artista, asi que sería dificil marcar un nombre y un período.

Segundo porque me considero fruto de una sociedad, de una cultura que se mezcla cada vez más y siento que todo me influye: mis orígenes, mis viajes, mis experiencias de vida, lo que he visto, lo que he probado, los olores, la luz diferente que tiene cada país y que marca el alma, las miles de obras de maestros que marcaron la historia del arte y que tuve el placer de ver en directo, y ni hablar de mi vida ¡en una ciudad mágica como Paris! Todo eso me hace ser quien soy y es la fuente de mi inspiracion.

¿Qué motivó que se instalara a vivir en Francia? ¿Cómo se desarrolla su actividad artística en París? ¿Qué dificultades encontró? ¿y posibilidades?


Podría decir que mi mudanza a París fue como tomar uno de los muchisimos futuros posibles en “El Jardin de senderos que se bifurcan".

Un amor, un sueño, un proyecto de a dos y la increíble certeza de que en Paris estaría mi “lugar en el mundo”. No es que reniege de mi país, en absoluto, sólo que evidentemente los cromosomas de mis abuelos que cruzaron el Atlántico buscando un futuro diferente siguen latentes. De todos modos cada vez que vuelvo a la Argentina es una sensación inexplicable y maravillosa. Amo a mi país y al mismo tiempo la experiencia de vivir lejos hace que uno se vuelva menos regional y más abierto a la diferencia.

En Francia trabajo de una manera bastante independiente.

Tengo una galería que me representa con mis pequeños formatos (hasta 30 x 30 cm) en la zona de Montmartre, aqui en París, y en Aix-en-Provence, en el sur. El resto de las exposiciones, que debo decir son bastante en el año, vienen por invitación en diferentes galerías y salones.

Aquí se ha puesto muy de moda la exposición paga, es decir: la galería “alquila” sus paredes y el artista se encarga de todo (promoción, invitados, etc). Yo no participo de ninguna manera de ese tipo de manifestaciones y de hecho soy militante entre mis colegas para evitar la propagación de ese tipo de prestaciones. Estamos viendo últimamente demasiadas exposiciones sin ningún interés, sólo porque es gente que tiene los medios para pagársela. Además la galería no cumple su rol de representar a los artistas en quienes cree y ponerlos en relación con su agenda de clientes, es decir, no cumple la función final de un galerista. Es una pena, pero corresponde un poco a la realidad del mercado: mientras haya gente dispuesta a pagar por exponer seguiremos viendo muchas exposiciones ¡completamente olvidables!

El medio artistico es complejo en todas partes, la dificultad básica en París es que somos muchos artistas (mas de 25 000 en la región parisina) así que todo se vuelve más lento y más complicado de obtener: lugares de exposición, mecenas, ventas, etc. Ni hablar de la competencia que eso genera también en la mayoría de los artistas y no entraré en el detalle de como actúan muchos artistas argentinos respecto al trabajo de sus compatriotas ... ¡Es tan tonto y mezquino pensar que uno compite con los otros! Yo jamás entré en ese terreno, aunque inevitablemente he recibido alguna zancadilla, sobre todo en mis inicios. Creo que la verdadera competencia es con uno mismo y yo sé todo el camino que me queda por delante para trabajar y superarme. Me alegro sinceramente de los éxitos ajenos y jamás gastaría mi energía en medirme con los otros.

¿Posibilidades en París? Infinitas. Toda “la crème” del arte pasa por París, así que nunca se sabe con quién uno va a encontrarse en una salida, y a veces se viven momentos increibles con gente muy importante que uno jamás hubiese imaginado conocer: Vernissages, muestras, Salones y cientos de galerias a disposicion ¡son un buen terreno de juego para un artista!

La muestra que presenta actualmente en la Embajada Argentina en Francia se puede considerar arte figurativo. ¿Incursionó en el arte abstracto, en el arte conceptual?


En esta exposición hay una serie de laberintos más gráficos, sobre fotos en monocromo, pero la generalidad de mi obra es absolutamente figurativa.

El arte abstracto me interesa, lo he practicado hace años y seguramente volveré a él en algun momento. De todos modos mi manera de trabajar actual abarca dos etapas bien diferenciadas: el trabajo de la foto con imágenes reconocibles y un trabajo posterior de pintura, por momentos y según la serie, con un concepto más abstracto.
Por otra parte en mi obra la idea que quiero transmitir es tan importante como el objeto mismo, así que podría decirse que sin ser conceptual completamente, utilizo ciertos ingredientes. El arte conceptual es tan basto y difícil de encasillar que mi manera de exhibir mi obra y la importancia capital de los textos que la acompañan la posicionarían como una suerte de híbrido en un universo artístico que cada vez se complejiza más.
En mi obra existen básicamente dos niveles de lectura: la imagen que yo llamo “superficial”, que es ésa que uno percibe a primera vista: un personaje o varios en situación en medio de una escena, punto. El espectador puede quedarse ahí y no está mal. Pero para quien quiere tomarse el tiempo e indagar está la segunda lectura que yo llamo “espiritual”, que corresponde al alma de la obra, a lo que pasa en segundo plano, al texto que acompaña y suma, a las palabras y signos camuflados. La dualidad en estado puro.

¿Cuál es su visión acerca del arte conceptual que se practica en la actualidad?

¿Le parece una moda?

Como bien decía antes, el panorama artístico mundial se complejiza y se escapa de los rótulos, y ¡está bien que asi sea!
El problema frente a la enorme oferta que el “business-art” nos ofrece en esta época, utilizando nombres famosos y lanzando eventos planetarios, es que el común de los mortales se pierde completamente y el rol del arte se desvirtúa. La obra de arte se reduce a un objeto más de consumo, acorde a la época en que vivimos. Muchísimos amateurs de arte compran sin confiar en su gusto personal, en su propia sensibilidad, sólo lo hacen porque alguien le dijo que es ahí donde hay que invertir. Y es más complejo aún porque hay más factores que influyen en esa decisión: la opinión del grupo social donde se quiere pertenecer, los intereses creados alrededor de ciertos artistas internacionales, etc.
Como en la pequeña escala pasa con las galerias que alquilan sus paredes, en la gran escala hemos visto exposiciones donde todo el mundo pasa pero que son completamente banales, en mi humilde opinión. He participado en vernissages de galerías de renombre, con artistas reconocidos, y la noche del vernissage la mitad de la exposición estaba ya vendida, a precios increíbles y hablo de obras que sinceramente eran completamente vacías. El snobismo en estado puro...

Por suerte queda mucha gente bien posicionada que valora otras cosas y un buen número de artistas importantes y realmente interesantes se mantiene vigente en el contexto mundial.

Quisiera que me diera su visión, si es posible, acerca del arte que realizan los siguientes artistas: Sophie Calle, Damien Hirst, Jeff Koons


Pienso que cada uno de los tres es un buen ejemplo de la cultura  de donde vienen:

-Sophie Calle, francesa, juega, se ridiculiza, se expone sin pudor, rompe los códigos (fue la primera en exponer una serie de obras que no realizó ella misma) y todo eso realizado con un método y una precisión cientifica en el proceso, pero sorprendiendo siempre con nuevos soportes, con diferentes medios expresivos. Interesante.

-Damien Hirst, el pragmático inglés, un verdadero hombre de negocios que dirige una verdadera “fábrica de arte” donde otros realizan sus proyectos. Con respecto a esa idea de producción en serie y por pedido no logro posicionarme aún, y no intento juzgarlo, ni siquiera por los malabares hechos en los remates (aparentemente varias de sus obras fueron compradas por una compañia de la cual él es principal accionario, para mantener su cota). Su obra me interesa menos y no dejan de sorprenderme las cifras que se manejan en sus subastas.

-Jeff Koons es quien menos me interesa de los tres. Representa todo lo que no me atrae de los EEUU. Su intervencion en Versailles con las esculturas gigantes en 2008: non coments!

¿Cuáles son los puntos de contacto que acercan su pintura a la obra de Jorge Luis Borges?

Maria Kodama visitó una de mis muestras hace dos años, acompañada por Eduardo Carballido de la Embajada Argentina en Paris. Se tomó su tiempo, miró cada obra, leyó los textos que a modo de títulos acompañaban mi serie “La subjetividad de la memoria”. Realmente me sorprendió y me halagó tambien, la concentración y la atención que puso en esa visita. Al final me preguntó si yo había escrito cada texto, ante mi afirmación me felicitó por la calidad de la escritura y me dijo “Es un universo completamente borgeano! ¿Nunca pensó en crear una serie inspirada en la obra de Borges?” Ese encuentro fue el germen que generó esta muestra.
En mi obra siempre están muy presentes la idea de dualidad, las múltiples interpretaciones, los espejos y los espejismos, los reflejos, los personajes ambiguos ... Por otra parte la forma de escribir de Borges me envuelve, me transporta, me hace sentir increiblemente próximo a él como si fuese un amigo entrañable. Además pienso que algunas gotas de su pluma tiñen mis textos, sin casi darme cuenta.

¿Cómo va componiendo sus obras, las que participan de la muestra actual en la Embajada Argentina? ¿Primero toma las fotografías y después las interviene con óleo?

La originalidad de mi trabajo es que parto de una enorme búsqueda de imágenes antiguas que luego compongo digitalmente, disolviendo el límite entre lo real y lo imaginario. Lo que más sorprende a los espectadores es ver una foto antigua, completamente creible, y saber que fue retrabajada totalmente. Pasa algo muy particular con las imágenes de ese tipo: creo que en el insconciente colectivo la foto antigua está relacionada con el viejo álbum familiar, con las fotos que hemos visto desde chicos, y eso les da algo de sagrado, de intocable...saberse “engañados” por mi manipulación digital de la imagen sorprende y genera reacciones diversas. En el caso de esta serie hay un personaje, que yo llamo “el lector” que se pasea por diferentes obras, por las historias de Borges, tomando el rol del protagonista, u observando la escena discretamente. Es la imagen de los más de 150 millones de personas que han leído su obra en el mundo y el concepto de mi serie: un universo borgeano donde uno puede entrar y salir a voluntad y vivir otras vidas, otras realidades... Las fotos de ese personaje por ejemplo son tomadas en estudio e insertadas en paisajes trabajados a partir de fotos antiguas.
Esa primera etapa de composición, la más larga y ardua, yo la relaciono con mi parte consciente: la imagen reconocible, comprensible y evidente. El respeto de las proporciones, de la perspectiva, de lo que llamamos “real” para dar un resultado completamente creible.
En la segunda etapa que viene luego de la impresión fotográfica, en este caso hecha directamente sobre Dibon (un material sintético a base de aluminio) es el momento más complejo para mí, más visceral, donde el óleo comienza intervenir con su materia, con sus transparencias, con el aroma de la trementina, pero sobre todo con la conexión con esa parte profunda de mí, difícil de definir, que viene a completar el trabajo intelectual por la destrucción y la re-creación. Es ahí donde considero que mi obra es más abstracta. Por eso siempre digo que en realidad son dos obras superpuestas: la imagen fotográfica modificada es una obra en sí misma, que en la segunda etapa es destruida y deja de ser lo que era para transformarse en una nueva obra por la superposición de un trabajo de manchas, de trazos, de “grattages”, de signos, de palabras escritas o borradas... Y a la vez siento que es ahí cuando la obra completa cobra vida, en esa especie de dolor que me produce destruir algo para generar algo nuevo.

¿Qué tipo de arquitectura le interesa? ¿Cuáles son los arquitectos actuales de renombre mundial que le parecen mejores?

Aqui está la direccion de mi blog de arquitectura con un resumen de mi trabajo en Paris. Las imágenes del “antes y despues” de mis remodelaciones hablarán mejor de mi estilo.



http://felixaberasturi.blogspot.com/

Arquitectos preferidos, muchos y como en todo completamente ecléctico en mis gustos: Richard Meier, Santiago Calatrava, Zaha Hadid, Rem Koolhaas, Frank Gehry (un escultor del espacio), sin olvidar a nuestro Cesar Pelli nacional.

¿Qué significa para usted ser un artista?


Es dar, compartir, abrir las manos y tocar las almas. Ser artista es despertar recuerdos de otras vidas, es emocionar y conmocionar. Es elevar al espectador a otras esferas, pasearlo por otros universos, donde pueda reconocerse aun sin haber estado jamás. Es ser un mago, un hada y un hechicero. Es recordar a otros y recordarnos a nosotros mismos lo que significa Ser Humano.



Contacto: felixaberasturi@hotmail.com

Sitio web: www.felixaberasturi.com


Muestra de Félix Aberasturi en la Embajada Argentina en París, leer nota en el blog de muestras/arte

http://revistaarchivosdelsur-muestrasarte.blogspot.com/2012/01/laberinto-de-espejos-muestra-de-felix.html

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur - Todos los derechos reservados