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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Entrevista a Rodrigo Rey Rosa


(Buenos Aires) Araceli Otamendi 

El 5 de noviembre entrevisté al escritor   Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1958) en el piso 14 de la editorial Santillana en Buenos Aires, a raíz de su novela Los sordos publicada por Alfaguara.
Rodrigo Rey Rosa nació en Guatemala en 1958. Después de abandonar la carrera de Medicina en su país, residió en Nueva York (donde estudió Cine) y en Tánger. En su primer viaje a Marruecos, en 1980, conoció a Paul Bowles, quien tradujo sus tres primeras obras al inglés. En su obra, traducida a varios idiomas, destacan los libros de relatos El cuchillo del mendigo (1985), El agua quieta (1989), Cárcel de árboles (1991), Lo que soñó Sebastián (1994, cuya adaptación cinematográfica dirigida por él mismo se presentó en el Festival de Sundance del 2004) y Ningún lugar sagrado (1998), y las novelas El cojo bueno (Alfaguara, 1995), Que me maten si… (1996), La orilla africana (1999), Piedras encantadas (2001), Caballeriza (2006), El material humano (2009), Severina (Alfaguara, 2011) y Los sordos (2012). Ha sido traductor de autores como Paul Bowles, Norman Lewis, Paul Léautaud y François Augiéras. Su obra le ha valido el reconocimiento unánime de la crítica internacional y el Premio Nacional de Literatura de Guatemala Miguel Ángel Asturias en el 2004.
En una entrevista que le hice al ensayista y crítico literario Luis Gregorich, publicada en este blog de entrevistas, hablando de Rodrigo Rey Rosa, dijo:
"...Rey Rosa, además de ser un escritor con un tono propio, es heredero también de Borges y, por lo mismo, de la narrativa y el ensayo de lengua inglesa, con su búsqueda de concisión, precisión y falta de sentimentalismo. ..".

Entrevista a Rodrigo Rey Rosa

(Buenos Aires)

La historia, los personajes, la voz del narrador 

Araceli Otamendi: - En la novela Los sordos, ¿en qué personaje está más usted?
Rodrigo Rey Rosa: - Yo no estoy en ninguno y estoy en todos...
A.O.- ¿En todos?
R.R.R.: - Sí, en los protagonistas... yo me meto en la piel de los personajes, por eso últimamente como he visto eso más claro, no me meto en los personajes de mujeres.
A.O.: - Usted dice que está un poco en todos los personajes...
R.R.R.: - Estoy en los personajes desde los que se cuenta la historia, estoy en la voz narradora...
A.O.:- Entonces usted está en la voz del narrador, pero por ejemplo, en  el personaje de Ignacio...
R.R.R.: - Ah, pero no se cuenta la historia desde él...Ignacio está pintado desde Cayetano, puedo decir qué sentía y qué pensaba Cayetano, Javier y Don Claudio, nadie más.

La cultura maya

A.O.: - Por otro lado, en el libro, creo que la cultura maya está muy imbricada con la otra cultura...
R.R.R.: - Sí, Guatemala está atravesada por la cosa maya, de norte a sur y de este a oeste.
A.O.: - Y lo de la justicia maya, que usted cuenta en el libro...
R.R.R.: - Eso es verdad...
A.O.: - Hay dos justicias...
R.R.R.: - Hay un puñado de países que firmaron un tratado internacional de foros indígenas, donde se les permite a sus territorios regirse por su propia ley, en caso de los mayas es precolombina ¿verdad?

La trama de la novela

A.O.: - Esta novela tiene una trama policial...
R.R.R.: - Yo sigo pensando que la novela rompe las reglas, no la quiero vender como un policial porque creo que decepciona a los lectores de policiales clásicos,  insisto, es una novela criminal, pero aquí no hay policías...
A.O.: - Cayetano sería un poco un detective...
R.R.R.: - Pero espontáneo...
A.O.: - Yo lo encuadro como un policial...
R.R.R.: - Todos somos un poco policías...cuando queremos averiguar algo. Pero Guatemala es un país criminal desde la raíz, es un estado fundado sobre crímenes, crímenes y crímenes... contra los índígenas, y luego contra unos y otros. Se ha ejercido la ilegalidad para controlar y si uno profundiza un poco en cualquier sector va a encontrar el crimen ahí abajo.

Las reivindicaciones indígenas, la cultura maya

A.O.: - El tema de las reivindicaciones de los indígenas es un tema de actualidad en toda Latinoamérica...
R.R.R.: - Pero Guatemala es uno de los países más indígenas, o uno de los países indígenas, porque la mitad de la población vive en lenguas mayas. Depende con quien hable uno, puede variar el porcentaje en una relación del sesenta a cuarenta.
A.O.: - ¿Y su relación con las comunidades mayas como es?
R.R.R.: - Casi todos los guatemaltecos se sienten culpables, por mala conciencia porque eso ha sido una cosa de siglos ¿no? Hay una gran curiosidad y respeto, aunque también es cierto que hay como un racismo al revés, porque no es fácil hacerse amigos de los mayas.
A.O.: - ¿Los mayas tienen cierta reticencia a hacerse amigos?
R.R.R.: - Ellos han desarrollado una desconfianza... Yo creo que el único gesto significativo realmente es aprender su cultura, aprender una de sus lenguas...lo he hecho yo y lo he dejado...
A.O.: - ¿Es difícil entender esas lenguas?
R.R.R.: Hay veintidós lenguas distintas, yo estudié una. Puedo saludar, puedo decir ¿cuánto cuesta esto? o cómo llego a tal lugar. Yo creo que aprender lengua maya debería ser algo institucionalizado, por lo menos los rudimentos.

Escritores argentinos, influencias 

A.O.:- Pasando a otro tema, ¿qué escritores argentinos prefiere? ¿con quienes ha tenido más conexión? ¿qué libros de argentinos ha leído?
R.R.R.: - Antes de leer a Borges, uno de los libros que me hipnotizó fue el Martín Fierro. Y luego el escritor que me hizo querer ser escritor fue Borges, también Bioy y entre los más recientes hay uno que se llama Carlos Ríos, que a mí me parece un escritor fabuloso.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur - todos los derechos reservados

nota relacionada:

Entrevista a Luis Gregorich

http://revistaarchivosdelsur-entrevistas.blogspot.com.ar/2012/02/entrevista-luis-gregorich-por-araceli.html






viernes, 10 de febrero de 2012

Entrevista a Luis Gregorich* por Araceli Otamendi (archivo)



(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Luis Gregorich es escritor y periodista. Ha tenido una extensa actuación en el ámbito editorial y en la función pública. Entre sus libros hay que mencionar: "Cómo leer un libro", "El Cordobazo", "Tierra de nadie", "Literatura y homosexualidad", "Escritores del futuro", "La utopía democrática", ensayos sobre estado, política y literatura. Recientemente ha publicado "La excentricidad de Borges y Perón", que reúne notas sobre política, literatura y música. Escribió el guión del largometraje documental "La república perdida". Tradujo y adaptó Hamlet y Rey Lear de Shakespeare y Danza macabra de Strindberg representados por el elenco del Teatro San Martín de Buenos Aires. Ha ejercido la crítica por largos años en diarios y revistas de la Argentina y del exterior. Como periodista fue director del Suplemento Cultural del diario La Opinión, editorialista del diario Clarín, director del Semanario Argumento político, y columnista de las revistas Medios & Comunicación y Vigencia y Humor. Dirigió colecciones de libros y fascículos en el Centro Editor y fue Director Gerente General de Eudeba - Editorial Universitaria de Buenos Aires-. En 1988 ocupó la Subsecretaría de Cultura de la Nación, fue Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Escritores e integró el Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.



Araceli Otamendi:-¿Cuándo empieza tu vocación por la literatura?

Una vez te escuché decir, cuando te condecoraron en la Embajada de Croacia, que habías perdido tu biblioteca, la de tu infancia. Quisiera saber cómo influyó esta pérdida en tu relación con la lectura y la escritura.

Luis Gregorich:- Lo que empezó muy temprano fue mi vocación de lector. Aprendí a leer a los cuatro años (mi madre decía que a los tres, pero creo que exageraba un poco), en parte por iniciativa e interés propios, y en parte por estímulo materno. Pronto leer –y leer libros- se convirtió en mi afición principal, aun bastante antes de ir a la escuela. Por supuesto que lo primero fueron colecciones juveniles, obras de divulgación sobre mitología y ciencias naturales (curioso contraste temático), y especialmente versiones abreviadas o adaptadas de la literatura universal, de Cervantes y Shakespeare a Dickens y Alejandro Dumas. Debo aclarar que vivíamos en Zagreb, la capital de Croacia, mi ciudad natal, y que estábamos en plena Segunda Guerra Mundial, y que yo me preocupaba mucho más por mi biblioteca que por las bombas que caían, las sirenas de alarma y las huellas de la guerra (como ejecuciones públicas) en las calles. Al fin de la guerra yo tenía 6 años, y aunque no había ido a la escuela me había convertido en una especie de loro sabio que había memorizado una gran cantidad de datos y conocimientos (en su mayoría inútiles), y había desarrollado un gusto por la ficción (empezando por la narrativa de aventuras y siguiendo por el folletín social) que seguramente me dejó sus marcas. En 1947 mis padres, por diversos motivos –principalmente económicos-, decidieron emigrar de Croacia. Hubo que salir prácticamente con lo puesto, y yo tuve que dejar mi biblioteca, de 400 ó 500 ejemplares. Fue la primera gran sensación de pérdida que experimenté, y es probable que, de una forma u otra, haya tratado de reparar ese desgarramiento en toda mi vida posterior. En 1948 llegamos a la Argentina, donde empezó una nueva vida, entreverada y ardua. Me fui reinstalando en la nueva lengua, que terminó convirtiéndose en mi residencia definitiva. Y mi vocación literaria, ya más madura y consciente, se reafirmó a mediados de la escuela secundaria, a los 12 ó 13 años, con mis primeros escritos y con mi gradual descubrimiento de la poesía y la narrativa de los siglos XIX y XX. Debo reconocer, sin embargo, que no he podido revivir todavía, al menos no con plenitud, aquellos momentos de serenidad y perfección de la infancia (que para mí es lo mismo que decir mi biblioteca) en que hojeaba textos e imágenes con los personajes shakespearianos, o bien descubría coloridos cuadros de pájaros o insectos en colecciones populares de ornitología o en las obras entomológicas de Fabre.



A.O.:- En tu último libro que reúne ensayos, mencionás al escritor chileno Roberto Bolaño y al guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, como notables ejemplos de escritores latinoamericanos. ¿Por qué elegiste precisamente a ellos dos?

En cuanto a Rodrigo Rey Rosa, decís: "Ojalá las mesas de las librerías le perdonen su difícil destino de escritor latinoamericano, incómodo compatriota y nos permitan encontrarlo en el primer recorrido".

Parecería que esta frase se estuviera refiriendo a un karma: ser un escritor latinoamericano. ¿En caso de ser así, qué reside exactamente este karma?



L.G.:- No es que sean los únicos. La lengua española (en sus diversas variantes, desde Castilla hasta el Río de la Plata, desde Andalucía hasta Colombia o México) es una maravillosa cantera de talentos literarios, que hoy por hoy, según me parece, no tiene rivales, por cantidad y calidad, en ningún otro idioma del mundo. Pero quise mencionar a dos de una generación claramente posterior al "boom", y que a la vez son diferentes entre sí, tanto por su estilo como por las características de su recepción. Mientras Bolaño, prematuramente desaparecido, ya ha superado largamente la categoría de escritor de "culto", Rey Rosa, en plena actividad, todavía no la ha podido abandonar, y sufre las consecuencias del relativo aislamiento e incomunicación de muchos creadores latinoamericanos. Pero ninguna de las dos formas de clasificarlos importa más que su compartida calidad literaria. Simplemente, en este libro de notas y ensayos, quise ocuparme más de Rey Rosa porque –en nuestro país- es menos conocido y menos difundido, y en esto sí hay una especie de karma, que ni siquiera las excelentes cátedras especializadas de nuestras facultades de Letras pueden mitigar El mercado, es decir, las grandes editoriales transnacionales, dictamina acerca de qué hay que leer (y no digo que siempre se equivoque, porque a menudo promueve a muy buenos escritores), y tiene une enorme capacidad de ninguneo y ocultamiento. Por mi parte –y seguramente en esto desconozco más de lo que conozco- me gustaría mencionar también a otros escritores ya que no pude hacerlo en mi libro: por ejemplo, el colombiano Fernando Vallejo, o el mexicano Juan Villoro, o el chileno Pedro Lemebel, o el hondureño/salvadoreño Horacio Castellanos Moya. Y permítaseme también la mención de dos nombres argentinos, pertenecientes a nuestra notabilísima literatura escrita por mujeres: Hebe Uhart y María Moreno.



A.O.:- Al leer el mismo libro, cuando hablás del debate acerca de la literatura hispanoamericana que ha girado en torno a las crisis y las transformaciones del realismo, de los desplazamientos del canon, de las reivindicaciones generales del postboom y de los conflictos entre academia y mercado, más que de la pugna – más tácita que nunca -del compromiso político con la independencia estética-, hacés alusiones a las "mafias universitarias transnacionales, que escudadas en periodistas y críticos comprensivos, usaron tácticas de autodefensa e inventaron prestigios impensados".

¿Podrías aclararlo un poco más?



L.G.:- Hablo de mafias no con una significación delictiva, sino en el sentido de grupos de autoprotección, con lealtades endógenas y rechazo instintivo de los que les es ajeno. A veces los impulsos de la crítica universitaria, sostenida también por comentaristas de los suplementos literarios y las revistas culturales, contienen tanta arbitrariedad como las imposiciones del mercado. Pero es comprensible. Muy pocas veces el éxito de venta coincide con el succès d’estime. García Márquez hay pocos. El resultado es una compartimentación de la literatura en la que, por un lado (desde el mercado), vemos auspiciar meros objetos de consumo sin interés formal, y por el otro (desde la Universidad), sufrimos la exaltación de productos de seudovanguardia, vacíos de contenido.

A.O.:- Siguiendo con el tema, también decís que hay algo de rigidez en el deslizamiento entre mercado y universidad y que falta la capacidad de parodiarse a sí mismo. ¿Este último sería el caso del escritor chileno Roberto Bolaño? Él utilizaba el humor para referirse al mundo de los escritores, al mismo mundo al que él pertenecía.

L.G.:- Esa es, efectivamente, una de las carencias que advierto en el rico panorama literario hispanoamericano, incluyendo a la Argentina: la dificultad para tomarse a sí mismo (es decir, al mundo de los escritores e intelectuales, con sus prejuicios y endiosamientos) no demasiado en serio, visión crítica que ha ejercido notoriamente la narrativa inglesa. Y desde ese punto de vista, es efectivamente Roberto Bolaño quien más se ha arriesgado en una visión poco piadosa de sus congéneres (y con ello, tácitamente, de sí mismo).

A.O.:- Entre los escritores latinoamericanos destacás a Roberto Bolaño y a Rodrigo Rey Rosa. Creo que la escritura de cada uno de ellos es muy distinta. Se dice que Bolaño es un heredero de Borges, en cambio Rey Rosa, creo que tiene un lenguaje más independiente y más ligado en los temas a su país de origen, Guatemala. ¿De quien sería heredero Rey Rosa?

L.G.:- Rey Rosa, además de ser un escritor con un tono propio, es heredero también de Borges y, por lo mismo, de la narrativa y el ensayo de lengua inglesa, con su búsqueda de concisión, precisión y falta de sentimentalismo.

A.O.:- Pasando a otro tema del libro, la música, ¿qué ocurre con los espectáculos musicales después de John Cage y 4´33´´? ¿John Cage caerá en el olvido y Mozart se seguirá escuchando dentro de doscientos años?

L.G.:- En realidad, una de las tesis centrales de mi último libro, visible o escondida en muchas de sus páginas, es que la cultura humana –y dentro de ella, la literatura- obra por acumulación y no por exclusión. De tal modo, las obras de Mozart se seguirán escuchando, pero también el silencio que propone Cage en 4´33´´. Somos omnicreadores y omniconsumidores. A lo sumo podrá haber, como lo hubo siempre, arte de mayorías y arte de minorías. Pero aun este último conservará su aspiración a expandirse, y aun el arte de mayorías reivindicará sus ingredientes aristocráticos.

A.O.:- También mencionás a Rimbaud, "muere sin saber que era Rimbaud", según afirma Alain Borer. ¿Crees que esto era realmente así? ¿O Rimbaud eligió otra vida, para olvidarse de que era Rimbaud?

L.G..- Rimbaud, como les ocurre a tantos otros chicos con sospechas de vocación literaria, me hizo descubrir, como en una iluminación, el sentido de la lengua poética. Por eso es uno de mis invulnerables modelos, aunque creo que él mismo no se habría interesado en un papel así. En este último libro mío que vos comentás aparecen también otras lenguas, otras voces -fácilmente discernibles-, que fui incorporando a lo largo de los años, y que me enriquecieron y dieron placer, además de mejorar –tengo la esperanza- mi percepción del mundo y de los otros. Por eso suelo decir a los amigos que se trata de un libro que, pese a su dispersión y variedad algo confusa, me representa acabadamente. Y si te contesto así, indirectamente, la pregunta acerca de Rimbaud, es porque creo que muy pocos, a excepción de unos pocos elegidos que lo saben desde un comienzo, sabemos lo que somos realmente, y creo que Rimbaud no lo supo o no lo quiso saber. Lo mismo da.


*Entrevista originalmente publicada en la revista Archivos del Sur
(c) Araceli Otamendi- Archivos del Sur- Todos los derechos reservados.

jueves, 13 de enero de 2011

Entrevista a Isabel María Álvarez * por Araceli Otamendi























Entrevista a Isabel María Alvarez*

(Buenos Aires) Araceli Otamendi


Isabel María Alvarez educadora bilingüe (francés –español), investigadora, escritora y poeta argentina, ha escrito junto con Enrique Godoy Durán, educador, escritor y poeta guatemalteco, una novela a cuatro manos: Mi Patagonia para ti, usando además las nuevas tecnologías.



Isabel María Alvarez y Enrique Godoy Durán fueron reconocidos en la Casa Rosada por el Gobierno Nacional en 2007, que a través de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación, a cargo  del Dr. Oscar Parrilli,  hizo entrega a los autores de sendos platos recordatorios por la puesta en valor del patrimonio humano, natural y cultural de la región más austral del mundo. La primera edición de la novela fue auspiciada por el Gobierno de Chubut y presentada por primera vez en un acto presidido por la Ministro de educación de esa provincia, Mirtha Romero y el director de Cultura de la Municipalidad de Trelew, Juan Arcuri.



En Guatemala, donde la novela también fue editada, Mi Patagonia para ti fue presentada en el Congreso Internacional de Literatura Centroamericana por dos especialistas, alcanzando un significativo eco en escritores del mundo entero.



Entrevisté a Isabel María Alvarez para Archivos del Sur.

Pregunta:



¿Cómo surge la idea de escribir este libro y en qué momento? ¿Es un proyecto que tiene un tiempo largo de gestación?



Respuesta:



“Mi Patagonia para ti” se gesta a partir
de la propuesta que, en octubre de 2005, me hiciera Enrique Godoy Durán de escribir una novela a cuatro manos utilizando como canal el correo electrónico y de la iluminación que me llegara  por
una posterior experiencia onírica y que, una vez socializada con él y
sometida  a múltiples  modificaciones,  dejamos
fluir y pasearse  de un monitor al otro para que, luego nueve meses de trabajo redaccional, naciera una “historia de amor entre personas, culturas y continentes”, tal como la definiera Barrie O¨Byrne, Director del Museo Yámana de Ushuaia.



Pregunta:









¿Por qué motivos eligió escribirla con otro autor, el guatemalteco Enrique Godoy Durán?






Respuesta:



Escribir esta novela fue algo insospechado para mí. Durante mucho
tiempo, sin remordimiento alguno, sentí que desde los anaqueles de mi biblioteca, una pléyade de autores me miraba con reproche. Pero entonces me  era imposible pensar en incursionar en la literatura. Otros intereses y desafíos dominaban mi mundo: mi vida estaba  dedicada de lleno a la docencia y a escribir textos de divulgación acerca de temáticas relacionadas con la puesta
en valor de las distintas culturas originarias del continente que habían quedado  en  las márgenes. Toda mi energía intelectual y
espiritual  estaba consagrada a crear conocimiento para difundir la idea de que “ser diferente no significa serinferior” y que todas las culturas son una constante continuidad por lo que es
absurdo pretender mostrar  algunas de ellas como fosilizadas en el pasado, tal como lo hacen la mayoría de los libros con los que los alumnos estudian las Ciencias Sociales en los niveles educativos
obligatorios.



Como soy partidaria del trabajo en equipo, la posibilidad de
escribir con un autor que ya registraba experiencia literaria y con el que compartía muchos intereses temáticos fue un estímulo para aceptar el desafío y lanzarme a la aventura de la narrativa de ficción.



Pregunta:









¿Cuánto hay de usted en el personaje principal femenino de la novela: Elisa Duarte?



Respuesta:



En un alto porcentaje el personaje deElisa es auto-referencial. Los lectores que me  conocen bien me hicieron manifiestas las dificultades que tuvieron para separar el personaje de la co-autora.
Pienso que lo más relevante es que, tanto Elisa como yo, somos dos mujeres que elegimos el camino de lo diverso y que ambas estamos marcadas por la encendida pasión y vocación  de ser y hacer “con los otros”.



Pregunta:



En cuanto a los nombres de los protagonistas de la novela, Elisa Duarte, alude al apellido de soltera de Evita. ¿Por qué eligió ponerle ese apellido a la protagonista del libro?  Elisa Duarte es una antropóloga con compromiso social con las minorías aborígenes yexcluidos  y  el de Emilio Durand, en el personaje
masculino, los dos protagonistas tienen las mismas iniciales. ¿Por qué?



Respuesta:



Efectivamente, es una coincidencia deliberada. Con Enrique acordamos que los personajes principales tendrían inimaginables contrastes y un único  rasgo en común: las iniciales de sus nombres.
Creímos que  ese signo enigmático y, al mismo tiempo premonitorio, sería una baliza para despertar la curiosidad de los lectores. Los testimonios que hemos recibido confirmaron nuestra hipótesis.



Con respecto a la elección del apellido Duarte para el personaje de Elisa cuyo perfil sintetiza el ideal y la praxis social, tal como puede inferirse, existe una evocación-homenaje a Evita que, amada por unos u odiada por otros, jamás podrá ser ignorada por los argentinos
porque es  parte de nuestra memoria colectiva.



Estimo que, en estos tiempos signados por la salvaje globalización económica y cultural que impone modelos de desarrollo inhumano, es importante vivificar la imagen de la mujer contemporánea como
promotora de  la lucha por la transformación de la sociedad.






Pregunta:






¿En su trabajo de educadora trabaja con comunidades aborígenes del sur del país? Puede contarme algo de su relación con estas comunidades? ¿Cómo ve a los aborígenes de América Latina en relación al resto de la población? ¿Están integrados, poco incluidos?



Respuesta:



Mi trabajo como investigadora me permite transitar por las venas de distintas culturas de ese mosaico que es América
Latina y conocerlas desde sus esencias. En ese transitar, me gusta detenerme para observar y escuchar, para descubrir y compartir. Por otra parte, mi tarea de capacitadora en las escuelas insertas en las comunidades de filiación mapuche-tehuelche de Chubut me retroalimenta permanentemente, renueva mi compromiso
con mi hacer yfortalece mi vínculo con quienes comparto la tarea. Sin embargo, emitir un diagnóstico certero de la situación actual de las comunidades indígenas tanto a escala latinoamericana o regional,  presenta dificultades porque, en todos los casos,
depende del contexto geográfico en el que se localizan y de los procesos históricos por los que cada una atravesó. En general, las que viven en lugares aislados e inhóspitos son las que han podido preservar más sus pautas culturales. La migración  a lasperiferias de las ciudades en busca de trabajo o de  un mejor porvenir, con el consecuente desarraigo y transculturación, es una de les una de las causas del enmascaramiento de la identidad etno-cultural.



Como se sabe, el proyecto hegemónicosiempre tuvo a los pueblos originarios  en lista de espera, por eso,  pese a las particularidades y a las necesidades diferenciadas  de cada uno de ellos, los reclamos son comunes.



Actualmente, los pueblos originarios luchan por encontrar espacios para vivir y convivir con la naturaleza, para manifestarse y ser escuchados y respetados por el resto de la sociedad, para
afirmar su cultura y su identidad. Para comprender esta situación actual, deben  conocerse y analizarse los
procesos históricos causantes de la misma y que se enmarcan  en la conquista, la colonización y la formación de los estados nacionales con la particularidad para la región patagónica de lo que se conoce  como la Conquista del “Desierto” (así, entre comillas, porque, paradójicamente, se trata de un “desierto” que estaba habitado por aproximadamente 600 mil personas).



En las últimas décadas y,  sobre todo, a partir del retorno de las
democracias al continente, los pueblos indígenas,  merced al accionar de sus organizaciones, comenzaron a ser más visibilizados y a recuperar algunos de sus derechos. Desde entonces, en todos los países de la región, se multiplicaron acciones para el rescate y
difusión de las lenguas y los saberes culturales tradicionales de nuestros pueblos originarios, la mayoría de ellos,
canalizados a través de programas de atención a la producción y de
promoción de la misma.



En materia educativa, un avance
importante es que la Educación Intercultural Bilingüe (EIB),
ya vigente en muchos países latinoamericanos,
ha sido incluida en  la nueva ley de
educación de nuestro país para ser implementada como modalidad.



Por otra parte, las amenazas que se ciernen sobre la territorialidad que, para los indígenas no es ni el lote ni la parcela
en donde se levanta la vivienda sino que constituye su espacio vital, es decir, la tierra, el agua, el aire, los bosques y los recursos naturales constituye el  problema medular de casi todos los
pueblos originarios del continente. La recuperación de los territorios
ancestrales siempre genera conflictos
traumáticos dado que la aplicación de los marcos jurídicos occidentalesse suele llevar a cabo fuera de las comunidades, en ambientes hostiles y sinconsiderar en absoluto las costumbres y las formas de comunicación indígenas,llegando al hostigamiento moral, físico y psicológico y hasta límites de
violencia extrema como el reciente asesinato de Matías Catrileo en Chile por parte de las fuerzas represoras de ese país.






Pregunta:






Volviendo a la novela, ¿por qué eligieron para el inicio el escenario de una ciudad como París?



Respuesta:



Buscamos un lugar lejano para que, desde
la distancia,  la evocación de la Patagonia tuviera el
sabor de la nostalgia. Toda la primera parte de la novela transcurre en Franciay, particularmente, en París, una ciudad deslumbrante, faro cultural deOccidente, que atrae todas las curiosidades y todas las admiraciones. Sin embargo,  no la presentamos ni como
ciudad idílica ni como ciudad museo sino con sus problemáticas socialeslatentes que el visitante apurado no llega a percibir.  Los dos autores conocemos  París. En mi caso personal, por razones laborales, la conozco de manera minuciosa y mi memoria atesora de ella los más bellos recuerdos.



Pregunta:



En la novela se dedican varias páginas a la Guerra de Malvinas, se habla de una amnesia crónica de nuestro continente. Hay una reivindicación de los jóvenes que murieron en la Guerra, donde hubo 323 muertos solamente por el hundimiento del Crucero General Belgrano. ¿Por qué eligió tomar también este tema en el libro?



Respuesta:



El abordaje en la novela de un tema como Malvinas, revela un
compromiso con la memoria. En el sur, vivimos a flor de piel esa guerra improvisada e impuesta por un gobierno inconstitucional e ilegítimo. Creo que el pueblo argentino todavía no ha asumido sus más drásticas consecuencias, es decir,  el costo humano y las secuelas físicas y psicológicas  de los sobrevivientes. Pienso también que, a nivel escolar, no se inscribe pertinentemente el acontecimiento en el contexto del sangriento régimen militar
que lo produjo sino más bien se lo recuerda como una efemérides más. Dada la lectura polisémica de la Guerra
de Malvinas, en “Mi Patagonia para ti” sólo se resalta la amnesia colectiva y el valor de los héroes y mártires. El capítulo específico está dedicado a todos ellos y es un particular homenaje a  Pedro Ángel Torres, el único joven chubutense
que perdiera su vida en el hundimiento del Crucero Gral. Belgrano.



Pregunta:



Lanaturaleza es también protagonista de la novela, como por ejemplo el Glaciar Perito Moreno y  el paisaje de Usuahia.
¿Cómo vive usted la cercanía de la naturaleza?



Respuesta:



Hace ya algunas décadas que  dejé los muros que tapan el horizonte de la capital para convivir amenamente con el esplendor de la naturaleza patagónica que, en alguna medida, me completa y
cuya belleza provocadora me sigue deslumbrando de manera sostenida. Reniego de la concepción  antropocéntrica
de la naturaleza como góndola de recursos para atender necesidades. La concibo  como una interrelación armónica
de la diversidad natural y humana. Creo que, en la novela, fue la naturaleza la que nos dictó gran parte del texto.






Pregunta:



¿Cuáles fueron las ventajas e inconvenientes, si es que los hubo, de escribir una novela a cuatro manos?



Respuesta:



Esta obra no sólo tiene la particularidad de haber sido escrita a
cuatro manos sino también utilizando las nuevas tecnologías de la comunicación, en este caso, el correo electrónico. No tuvimos inconveniente alguno. Hubo capítulos que fueron y vinieron una treintena de veces. En lo personal, disfruté y aprendí mucho leyendo en la pantalla las sugerencias de mi compañero
para mejorar una  palabra, una frase o un capítulo. El acto de crear en sí mismo es maravilloso y el de corregir es
esencial en la literatura. Crear y corregir de a dos es fascinante.


Pregunta:





¿Usted cree que en Europa se sigue mirando a Latinoamérica y a los pueblos originarios y sus descendientes con los ojos del conquistador? Si es así, ¿a qué lo atribuye?



Respuesta:



Más que los pueblos, a los que todavía se los sigue estigmatizando
con la falsa idea del retraso cultural, occidente mira  los recursos. Basta con ver la expansión sin restricción y sin evaluación de implicancias en lo natural y social que registran las empresas multinacionales e identificar que los sectores elegidos para muchas
de sus inversiones en nuestro continente involucran a  territorios habitados ancestralmente por pueblos originarios. Por supuesto,  las
crisis económicas que afectan a nuestros países y la situación de indefensión y vulnerabilidad de las comunidades son factores que propician la pérdida  progresiva de nuestros bienes patrimoniales yque hacen que los nuevos invasores prosperen a costa del hambre de nuestros hermanos. El intento de “reconquista" por parte de los países másindustrializados es una realidad incontestable. Sin embargo, a lo largo de más de 500 años de despojo, sometimiento, explotación  y marginación, los pueblos indígenas han
demostrado sus múltiples formas de mantener la unidad, preservar la identidad y construir  relaciones sociales que propicien un mejor
desarrollo político, económico, social y cultural. Su resistencia, su lucha y su persistencia son los mejores indicadores de esperanza para soñar un mundo que dignifique la condición humana.



Pregunta:






¿Cómo fue recibida la publicación del libro
entre las comunidades aborígenes con las que usted trabaja?



Respuesta:



“Mi Patagonia para ti” que tiene dos protagonistas principales: Elisa Duarte y Emilio Durand, pero también  dos co-protagonistas cuyos roles sonrelevantes. Me refiero a Ailín Painequeo y Florencio Ñancupan que, con suactitud dialógica, su temple cauto y su equilibrado uso de los elementosculturales propios y de los adquiridos,retratan a los mapuche de hoy. Estos personajes, junto con el de la trutrukera, están inspirados en personas reales que, en la Semana de los PueblosOriginarios del 2007, acompañaron la primera
presentación del libro en Chubut. Por otra parte,  en Santa Cruz
la novela fue presentada en la Feria del Libro  por el
lonko (jefe) de laComunidad Urbana Mapuche- Tehuelche Lof Fem Mapu, destacándose  el respeto con que se trata
la información  y el valor del libro como herramienta para acercar a los lectores al presente de las comunidades.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur

fotografía: gentileza de Isabel María Alvarez, en la imagen, la escritora Isabel María Alvarez con
Isabel Cariñanco  la trutruquera del Camaruco de Nahuelpan.

*entrevista publicada originalmente en la revista Archivos del Sur