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sábado, 2 de octubre de 2021

Entrevista a Per Wästberg, escritor y miembro de la Academia Sueca y del Comité Nobel por Javier Claure C.

 Per Wästberg

  

"Es una tragedia que Borges no haya recibido el Premio Nobel"

(Estocolmo) Javier Claure C.

 Per Wästberg nació en noviembre de 1933 en Estocolmo. Es un escritor prolífico, y ha incursionado en diferentes géneros literarios. Fue jefe de redacción del periódico “Noticias del Día” (Dagens Nyheter) y Presidente del PEN Club Internacional. En 1964, junto al abogado Hans Göran Franck, fundaron la sección sueca de Amnistía Internacional. Ha obtenido varios premios y ha ocupado cargos importantes en el ámbito cultural sueco. Actualmente es columnista del periódico “Diario Sueco” (Svenska Dagbladet). Es  miembro de la Academia Sueca desde 1997 y ocupa la silla número 12. También es miembro del Comité Nobel.

Con tan solo 15 años debutó en el campo literario con una novela titulada “Niño con pompas de jabón” (Pojke med såpbubblor, 1949). Y desde esa época hasta el día de hoy, ha escrito un libro por año y muchas veces dos libros. En total tiene 78 libros publicados. 

Wästberg es un hombre con una profunda sensibilidad humana, y se ha caracterizado como un escritor interesado en los problemas de los países en vías de desarrollo. En la década de los 60 viajó al África, hecho que marcó hondamente en su producción literaria, pero también en su forma de ver el mundo desde el punto de vista político. Se involucró en el movimiento anticolonial, y luchó fehacientemente contra el Apartheid en Sudáfrica. Y, en gran medida, fue él, el que ha concientizado al pueblo sueco sobre ese sistema inhumano. En este sentido, escribió dos libros: “Zona prohibida” (Förbjudet område) y “En la lista Negra” (På svarta listan). En 1960, los gobiernos de Sudáfrica y Rhodesia, actual Zimbabue; declararon persona no grata a Wästberg. Sin embargo, regresó a Sudáfrica tras la liberación de Nelson Mandela. Su interés por África, le llevó a publicar otros dos libros: “África cuenta” (Afrika berättar), una antología de escritores africanos y “Los caminos a África” (Vägarna till Afrika), que es parte de sus memorias. Al mismo tiempo, es conocido por sus novelas que fluyen en ambientes de la alta clase media sueca. A los 71 años se divorció de su mujer para contraer matrimonio con Zofia Morzynska, ahora más conocida como Sofia Augustdotter, una masajista polaca 32 años menor que él.

Este mes de octubre empiezan las actividades en torno al Nobel. El Comité Nobel está a punto de dar a conocer el próximo Premio Nobel de Literatura 2021. Esta entrevista se realizó por Internet.

Javier Claure: ¿Podría contarme cómo trabajan los miembros del Comité Nobel?

Per Wästberg:  Te respondo rápidamente, tengo mucho que hacer. Somos 5 miembros en el Comité Nobel. El 1° de febrero de cada año recibimos, de todo el mundo, las nominaciones para el Premio Nobel de Literatura. Entonces enviamos alrededor  de 450 invitaciones a universidades, al PEN Club, a ex ganadores del Premio Nobel y a otras instituciones. Hacemos una lista de los posibles ganadores, y luego agregamos nuestras propias sugerencias. Este proceso resulta en 220 nombres. A finales de marzo hacemos una nueva lista de 20 o 25 posibles nombres. Y a principios de abril, como Presidente del Comité Nobel, doy conferencias sobre los nombres escogidos. En mayo escoge el Comité 5 nombres, y pedimos a la Academia que los apruebe, o que cambie un nombre por otro. Durante el verano, es decir entre junio y agosto, todos los miembros del Comité leen las obras literarias de las 5 personas escogidas. Además, escribimos pequeños ensayos sobre esas obras, y lo hacemos sin consultar entre los miembros del Comité.  El penúltimo jueves de septiembre está dedicado a la presentación de los 5 posibles ganadores o ganadoras del Premio. El siguiente jueves se habla sobre las obras escogidas, el tercer jueves buscamos llegar a un acuerdo en consenso. Y el cuarto jueves anunciamos el nombre del ganador o de la ganadora del Premio Nobel de Literatura.


J.C: La periodista de la sección cultural del periódico “Noticias del día”, Maria Schottenius, adivinó de antemano que Le Clézio recibiría el Premio Nobel de Literatura. Ha habido especulaciones sobre filtraciones en la Academia Sueca. ¿Qué opina al respecto?

P.W: Ha habido filtraciones, pero no en los últimos años. No comunicamos sobre posibles ganadores por correo electrónico.

J.C: Elfriede Jelinek y Bob Dylan han ocasionado un debate con opiniones a favor y en contra de su nombramiento como ganadores del Premio Nobel. ¿Cómo fue la selección de esas personas al Premio Nobel de Literatura?

P.W: El Testamento de Alfred Nobel admite varios géneros literarios. Hemos ampliado el concepto de literatura. Jelinek, es una dramaturga modernista provocativa. Bob Dylan, es uno de los poetas más grandes de Estados Unidos. Y Svetlana Aleksijevitj, es una periodista con una visión profunda que relata cosas de la vida cotidiana.

J.C: He leído su libro "Los caminos a África", en donde usted menciona que su  padre no le incentivaba a hacer los deberes, ni a ser ordenado. Sin embargo, le animó a ser juguetón. A pesar de ello, usted ha estudiado en buenos colegios y en la famosa Universidad de Harward. Además, se ha convertido en un escritor exitoso. ¿Cómo ha logrado con todo eso?

P.W: Es difícil de responder a tu pregunta. He intentado hacer lo que para mí es divertido y, al mismo tiempo, útil. También hice un doctorado en la Universidad de Uppsala.

J.C: Usted ha estado en algunos países de África. Ha conocido personalmente a Robert Mugabe ¿Por qué y cuándo empezó su interés por África?

P.W: Desde mi infancia siempre me ha fascinado África. He leído libros, para niños, sobre el continente africano como, por ejemplo, de la gran escritora Karen Blixen. Hice un curso de geología africana en la Universidad de Harvard. Y solicité una beca de Rotary en 1958, afortunadamente  la obtuve. Quizá porque elegí una universidad que no tenía ni un solo estudiante extranjero. Me refiero a la Universidad Salisbury de Harare, en Rhodesia, actual Zimbabue. Allí estudié literatura africana concerniente a la década de los años 40 en adelante. Vi de cerca las injusticias y luché contra el racismo. Entonces fui deportado a Sudáfrica, en donde conocí a Nelson Mandela y a su entorno social antes de que fuera encarcelado. Viajé casi por toda África, y he visitado ciertos países africanos cada dos años, principalmente los países del sur y del este de África.

J.C: ¿Por qué no hay Premio Nobel de Matemáticas?

P.W: Porque en el Testamento de Alfred Nobel no menciona las matemáticas.

J.C: Por último, Jorge Luis Borges fue uno de los escritores más importantes de América del Sud. Su nombre se barajó, varias veces, como posible ganador del Premio Nobel de Literatura.

¿Cuál cree usted que fue la razón para no otorgarle este prestigioso galardón?

P.W: Es una tragedia que Borges no haya recibido el Premio Nobel. Fue el error más grande de la Academia junto con Vladimir Nabokov y Karen Blixen. La idea era que el Premio deberían compartir entre Borges y Miguel Ángel Asturias. Asturias recibió el Premio, mientras que Borges hizo el ridículo cuando recibió una condecoración de las manos del dictador Augusto Pinochet.

 (c) Javier Claure C.

Javier Claure C. es un escritor y sociólogo de origen boliviano radicado en Suecia

crédito de la fotografía: Javier Claure C.

 

 

 

jueves, 5 de noviembre de 2015

Entrevista al escritor Javier Claure Covarrubias

Javier Claure Covarrubias


Javier Claure Covarrubias nació en Oruro, capital folklórica de Bolivia. Es miembro del Pen-Club Internacional, de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Oruro (UNPE) y de la Sociedad de Escritores Suecos. Ejerce el periodismo cultural. Tiene poemas y artículos dispersos en publicaciones de Suecia, Bolivia y en diferentes sitios de Internet.
Fue uno de los organizadores del Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Europa (Estocolmo, 1991).
Ha estudiado informática en la Escuela Real de Tecnología (Kungliga Tekniska Högskolan) y en la Universidad de Uppsala. También estudió matemátias en la Universidad de Estocolmo, casa de estudios donde además obtuvo una maestría en Pedagogía.
Formó parte de la redacción de las revistas literarias "Contraluz" y "Noche Literaria". Algunos de sus poemas han sido seleccionados para las siguientes antologías: "El libro de todos" (1999), "La poesía en Oruro" (2005), "Poesía Boliviana en Suecia" (2005), "Antología comentada de la Poesía Boliviana" (2010) y "Antología de la poesía universal, poetas del siglo XXI" (2010). Forma parte del "Diccionario de autores orureños" (2007).
Ha publicado "Preámbulos y ausencias" (2004), "Con el fuego en la palabra" (2006) y "Extraño oficio" (2010). En 2014 publicó el libro "Réquiem por un mundo desfallecido.
A raíz de la lectura de este último libro de poemas que el autor me envió desde Suecia,
decidí entrevistarlo a través de internet. A continuación se puede leer  la entrevista:

Araceli Otamendi: ¿En qué te inspiras para escribir los poemas de este libro?


Javier Claure: Pues mira, en general me suelen inspirar hechos históricos, imágenes, una mujer, conceptos, paisajes de la naturaleza, las adversidades de la vida etc. Pero también me conmueven las cosas simples y pequeñas como, por ejemplo, el vuelo de una golondrina, el colorido de los árboles en otoño o una hormiga caminando por un tronco. En fin, el poeta se inspira en la vida, el amor y la muerte. Entonces, tomando en cuenta todos estos aspectos, este libro surgió, sin ataduras, para sacar a luz ese lenguaje especial con el que lloro, amo, odio y denuncio las miserias de este mundo esquizofrénico. Y debo decirte que este poemario contiene más poesía social en comparación con mis dos libros anteriores: "Preámbulos y ausencias" y "Extraño oficio". Hace un tiempo atrás hice un viaje hermoso por algunos países de África. Estuve en Juffure, un pueblo de Gambia. De ese lugar salió, a latigazos, el joven Kunta Kinte para nunca más volver a encontrarse con su familia. En Senegal he visitado la Casa de los Esclavos en la Isla de Gorée. Por lo tanto, no podía faltar, en este poemario, un poema dedicado al bello continente africano. Como tampoco podía faltar un poema dedicado a Palestina. Otros poemas están dedicados al medio ambiente, a la belleza femenina, al tiempo, a la noche etc.

AO: Se puede leer en estos poemas cierto desencanto hacia algunos temas, el título "Réquiem por un mundo desfallecido" ya dice algo de esto. ¿Tenés esperanza que se mejoren algunas situaciones que se producen en el mundo?


JC: Tienes razón, el título de este poemario hace alusión a ciertas injusticias que se han cometido hace muchísimo tiempo y que aún se siguen cometiendo en nombre de la democracia, de un nuevo orden mundial y de una integración que no existe. Pero ¡ojo! no soy fatalista, al contrario, estoy esperanzado en que vendrán tiempos mejores. Las relaciones humanas siempre han sido conflictivas durante la historia de la humanidad. En el siglo XIX, gente de algunos países europeos viajaban por África, América Latina y otros lugares; y sometían a los pueblos a la esclavitud. Usurpaban territorios con sus armas de fuego y saqueaban todo lo que estaba a su alcance. Ejemplo de estos actos darwinistas tenemos en América del Sur y el Caribe: Inglaterra arrebató las Malvinas a Argentina, Estados Unidos expolió Guantánamo de Cuba y el Litoral boliviano fue usurpado con una bestial invasión militar. Es decir, esos tiempos se caracterizaban por la fuerza bruta, el despojo, la piratería y la barbarie. Pero ahora estamos en el siglo XXI, el mundo ha dado muchas vueltas y surgen nuevos paradigmas. Se ha caído el Muro de Berlín, Estados Unidos ha devuelto el Canal a Panamá, los países bálticos han vuelto a ser independientes, Etiopía ha devuelto el puerto de Massawa a Eritrea etc. Pero a pesar de estos grandes avances, en la humanidad, hay algunos países que se han estancado en pensamientos y doctrinas del siglo XIX. Es más, inventan historias y tratan de divulgarlas por el mundo. Es decir, actúan bajo esa famosa frase: "miente, miente que algo quedará", pronunciada por el Ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels. Los hechos tienen que realizarse con justicia. En ese contexto, el Estado de Palestina debe ser reconocido por todo el mundo, las Malvinas y Guantánamo tienen que estar bajo control de sus dueños. Y para que exista una integración, en pleno sentido de la palabra, en el Cono Sur de América, Bolivia tiene que tener una salida soberana hacia las costas del Pacífico, como lo tuvo antes, para diversificar su industria y su economia.

AO: Si bien vivís hace muchos años en Suecia, tu país natal Bolivia está en tu corazón y en tu literatura. ¿Cómo viven los recuerdos de Bolivia para escribir? ¿Es como la infancia que siempre es motivo de inspiración para los escritores?

JC: Cuando uno vive fuera de su país muchos años, como es el caso mío, siempre existe una nostalgia por el país de origen. Y esa añoranza se agudiza en Navidad, Año Nuevo, Carnavales o cumpleaños de familiares. En otras palabras, no significa que esté pensando todo el tiempo en mi tierra natal. Creo más bien que llevo una Bolivia portátil en mis adentros. Y, en mi caso, ha sido reflejada en algunos de mis poemas. En mi primer libro hay una poesía que titula "Mi patria", y en el segundo un par de poemas hacen referencia a mi país. Pues en este mi tercer poemario hay tres poemas dedicados a Bolivia. Por supuesto que la infancia es un gran motivo de inspiración para todo poeta o escritor. Concretamente el poema "La palliri" es una inspiración de mi adolescencia. Cuando subía, con mis amigos, al cerro Pie de Gallo donde se encuentra la mina San José en los alrededores de Oruro, nos encontrábamos con esas mujeres llamadas "palliris". El apelativo de "palliri" viene de la palabra quechua "pallar" que significa recolectar. La "palliri" es una mujer que trabaja fuera de la mina y recolecta o separa, a martillazos, el mineral de las piedras. Nací en la capital folklórica de Bolivia, en donde cada año se realiza un fastuoso Carnaval. El Tío de la mina, personaje mítico en las minas de Bolivia, es uno de los protagonistas de este Carnaval. A este personaje he dedicado un poema. El poema "Pertenencia quechua" está dedicado al Litoral boliviano arrebatado hace más de un siglo.

AO: ¿Qué poetas te inspiran?


JC: Bueno, en realidad hay muchos poetas que me inspiran. Para citar sólo algunos: Antonio Machado, Jaime Sáenz, Alfonsina Storni, César Vallejo, José Martí, Alejandro Jodorovski, Gonzalo Rojas etc.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur

nota relacionada:
http://www.archivosdelsur-lecturas.blogspot.com.ar/2014/12/requiem-por-un-mundo-desfallecido.html

sábado, 4 de octubre de 2014

Entrevista a Adolfo Cáceres Romero por Javier Claure C.



Adolfo Cáceres Romero y su libro Nueva Historia de la Literatura Boliviana
 izquierda a derecha: Antonio Terán, Javier Claure, Adolfo Cáceres y un pintor.


Adolfo Cáceres Romero (segundo de la izquierda) junto a otros escritores
cuando recibieron el Premio Municipal
de cuento, 1967

                                      

 











Conversando con un artesano de la palabra
                                                          Por Javier Claure C.

(Estocolmo) Javier Claure C.
Adolfo Cáceres Romero nació, en Oruro (Bolivia), en septiembre de 1937. Cursó sus estudios primarios en los colegios “Ildefonso Murguía” y “Jorge Oblitas”. Salió bachiller del Colegio Nacional Bolívar de su ciudad natal. Posteriormente se trasladó a la ciudad de Cochabamba por motivos de estudio, en donde obtuvo el título de profesor de Literatura y Lenguaje. Desde ese entonces se afincó en esa hermosa ciudad. Fue becario en España y en Uruguay.
Cáceres Romero es un gran contador de historias y ha creado un universo literario propio. Su intensa producción abarca diferentes géneros: cuento, novela, ensayo, periodismo e investigación. Es así que se ha convertido en uno de los escritores más importantes de Bolivia, y en un abanderado de su generación. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas, y han captado la atención de los lectores y los críticos nacionales e internacionales. Es merecedor de muchos premios y honores. Citaré algunos: En 1965, mereció una mención de Honor de la Universidad Técnica de Oruro (UTO) por su cuento “Copagira”. Dos años más tarde ganó el Primer Premio, con su cuento “La emboscada”, en un concurso organizado por la misma universidad. En 1982 ganó el Premio Franz Tamayo con su libro de cuentos “Entre ángeles y golpes”. En 1990 recibió la Gran Orden Boliviana de la Educación. Además es autor de obras valiosas como, por ejemplo, el Diccionario de la Literatura Boliviana e Historia de la Literatura Boliviana, escrito en cuatro tomos. Ha ocupado cargos importantes y ha representado a Bolivia en diferentes Simposios Internacionales de Literatura.
Hace diez años tuve la suerte de conocerle. Nos encontramos algunas veces en un café bohemio en pleno centro de Cochabamba. En otro viaje que hice a Bolivia, lo visité en su casa una tarde calurosa, pero con una brisa agradable; me acuerdo bien. Cuando toqué el timbre, me abrió la puerta y muy gentilmente me condujo hasta su living. Mientras me conversaba con entusiasmo, dándole una contundencia especial a sus palabras, noté su amor por los libros y la literatura en general. Entonces, inmediatamente me di cuenta que era como una biblioteca andando. Aquel día me obsequió su libro “La saga del esclavo”, novela histórica inspirada en el ejército expedicionario argentino en su paso por la Villa de Potosí. Para conocerlo más de cerca; dejemos que nos hable de literatura y otras cosas:
- Javier Claure: Tengo entendido que has escrito la “Nueva Historia de la Literatura Boliviana”, en cuatro volúmenes, ¿podrías contarme al respecto?
- Adolfo Cáceres: Debes saber que soy profesor de Literatura y Lenguaje; en tal situación, al enseñar en los colegios Literatura Boliviana encontré que, tanto Enrique Finot como Fernando Diez de Medina, historiadores de nuestra literatura, consideran que no existe la literatura boliviana, menos todavía una literatura aborigen, al extremo de que Ignacio Prudencio Bustillo, a comienzos del siglo XX, en su artículo “Literatura Boliviana”, reproducido por Carlos Medinaceli en “Páginas Dispersa” (1946) --donde reúne toda la obra de Bustillo--, éste dice: “De las razas que forman la población nacional, sólo la blanca posee genio artístico. Falto de imaginación y de sensibilidad, frío y reconcentrado, el indio es más apto para el trabajo material de arañar la tierra o ahondar en sus entrañas, que para atormentar su cerebro con las elevadas especulaciones intelectuales”, concluyendo su análisis con: “el indio no es poeta, ni músico, ni pintor por idiosincrasia”; por ahí también transitaban otros analistas de nuestras letras, como: Rosendo Villalobos, Juan Francisco Bedregal, Ángel Salas y otros; entonces, me propuse mostrar el esplendor de nuestra literatura, rebatiendo sus juicios en el primer volumen de mi “Nueva Historia de la Literatura Boliviana” (1987), dedicado a las “Literaturas aborígenes: Aimara, Quechua, Callawaya y Tupiguaraní”; el segundo tomo, que salió en 1990, trata de la “Literatura Colonial”; en el tercero, publicado en 1995, me refiero a la “Literatura de la Independencia y del siglo XIX”; finalmente, el IV volumen salió el 2012, con el título de “La Poesía Modernista y Social del siglo XX”. Actualmente estoy trabajando en dos obras sueltas, que de algún modo son complementarias a mi “Nueva Historia”: “Literatura Boliviana en el exilio” y “La novísima narrativa del siglo XXI”, con las  que espero culminar esta etapa de mi producción.
- JC: En un artículo que escribiste sobre la Guerra del Pacífico, decías que gran parte de los bolivianos sienten cada vez más lejano el retorno a las costas del Pacífico. ¿Qué opinas de la demanda marítima boliviana contra Chile?
- AC: El reclamo de los gobiernos civiles y militares se ha hecho repetitivo e infructuoso; de ahí que inclusive intelectuales y escritores de la talla de Jesús Urzagasti, quien en su novela “Tirinea” (1979), considerada novela fundamental de Bolivia, dice, más o menos, que, como él nació en un país sin mar, no sentía su ausencia. Lamentablemente, creo que muchos de sus lectores piensan lo mismo; sin embargo, nos llegó Evo Morales, un indígena nacido en Orinoca, pueblito perdido en el altiplano orureño; al acceder éste a la Presidencia del país, fue más contundente en su reclamo y hasta cambió de estrategia, haciendo que tal demanda se conozca en todo el mundo, al plantearla ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Ahora bien, aunque Chile ha sido arrinconado contra la pared, este país, amparado en su derecho de conquista, como lo han hecho las grandes potencias, no cederá el puerto soberano que se le pide de los 400 kilómetros de costa arrebatada; entonces, como el mar es una causa boliviana irrenunciable, habrá un día en que Bolivia estará en condiciones de reclamar no un puerto, sino la devolución total de su litoral; desde luego que para ello, Bolivia debe dejar de ser la nación débil  que es hoy; en base a sus ingentes recursos naturales, debe potenciarse, comenzando con educación y salud, de modo que su poderío esté por encima de las armas. ¿Te imaginas a nuestro país con gente bien formada, gozando de buena salud? Pasarán cien o más años, y Chile no tendrá más remedio que ceder.
- JC: En el pasado han existido en Bolivia dos movimientos culturales importantes. Me refiero a la primera y segunda “Gesta Bárbara”, en las cuales participaron grandes literatos del país. ¿A qué se atribuye la falta de un movimiento como ése en la actualidad?
- AC: Nada más ni nada menos a que los tiempos han cambiado. En 1918, “Gesta Bárbara” les dio cierta notoriedad a esos poetas y escritores; de modo que volvió a florecer en 1944. Ahora, siglo XXI, los escritores están más comprometidos con su trabajo literario, que con formar agrupaciones. Hasta la Academia Boliviana de la Lengua ha dejado de cobrar vigencia. Si piensas bien, el único nombre que nos llega de “Gesta Bárbara” es el de Carlos Medinaceli, pero no por ser miembro de esa agrupación, sino por su talento para la crítica y la creación literarias.
- JC: ¿De qué manera influye el nuevo proceso boliviano de transformación social y política en la literatura?
- AC: Si te fijas bien, recién podemos advertir los frutos artísticos de la nueva clase emergente. Ahora sabemos que una mujer indígena, como Luzmila Carpio, es una de las cantautoras más famosas del mundo, que da recitales en lengua quechua en los escenarios más exigentes de muchas ciudades europeas, asiáticas y americanas; actualmente ella reside en París; asimismo, uno de los más grandes pintores de Bolivia, cuyas obras se exponen en galerías de todo el mundo, es Mamani Mamani; en narrativa, Brayan Mamani es un notable exponente de nuestra literatura; eso no es todo, por cuanto van apareciendo nuevas figuras; tengo en mis manos, “El K’ita” (“El prófugo”), relato todavía inédito de Nolberto Marza Quispe, narrador indígena del ayllu de Uncallani, colindante al de Orinoca, en nuestro Oruro. .
- JC: ¿Qué es lo que te indujo a escribir “La saga del esclavo”?
- AC: Con esa novela incursiono en el ámbito histórico de nuestro país. Refleja los comienzos de la gesta independentista (1810), sobre todo el papel del primer ejército auxiliar argentino -comandado por el Dr. Castelli- en suelo altoperuano. Después de la victoria de Suipacha, el ingreso de Castelli en Potosí fue como una señal que nos develaría una serie de fastos sangrientos, hasta culminar con la separación del Alto Perú de las Provincias Unidas del Río de La  Plata. Lo que sí puedo decirte es que en “La saga”, abordo los hechos históricos con pasión y suspenso; cada episodio para mí era como un desafío para recrearlo de la manera más interesante posible; revivir esa época, no fue fácil, me llevó varios años de investigación; luego diseñar la obra y dar vida a sus personajes, fue más difícil todavía, por la cantidad de problemas que encontré; los mismos que se los planteé al lector y que, desde luego, tuve que resolverlos. Meterme a revivir las batallas y matanzas, como la de Guaqui y del 6 de agosto de 1810, puso a prueba mi capacidad de fabulación: No me puedo quejar de su resultado, por la favorable reacción de mis lectores; tanto así que luego me empeñé en escribir otra novela histórica, inspirada en la Guerra del Chaco y en la defensa de Boquerón, con el título de “El Charanguista de Boquerón” (2010), que fue galardonada con el Premio Nacional de Novela Marcelo Quiroga santa Cruz.
- JC: ¿Cuáles crees que son las mejores condiciones para escribir?
- AC: ¿Qué puedo decirte? Tal vez lo principal sea estar dispuesto a hacerlo, pese a las privaciones y dificultades que confrontará;  sin pensar si se trata de una tarea difícil, solitaria y no siempre bien remunerada. Pocos escritores viven de su obra en nuestro país. No es fácil estar sentado, cinco, seis, ocho horas, en fin, tecleando un ordenador para dar vida a una historia, durante meses y años. Eso sí, te puedo asegurar que las condiciones ambientales no siempre son las más propicias. Faulkner, al comienzo de su carrera trabajaba como albañil; de ahí que escribía en los momentos de descanso  sobre una carretilla volcada. Yo escribía los fines de semana, por cuanto de lunes a viernes dictaba clases todo el día, tanto en la Universidad Mayor de San Simón y a veces también en la Católica y en un colegio nocturno (Jesús Lara), del que luego fui Director, hasta mi jubilación. Trabajé 36 años en esas condiciones, pero nunca dejé de escribir.
- JC: ¿Qué es la escritura según tu parecer?
- AC: Podría decirte que es una forma de comunicación parecida a hablar, sólo que más complicada, por el manejo de códigos lingüísticos; sin embargo, no es tan simple, si te refieres a escribir una obra de arte. Este es un proceso notable que se facilita con un método nacido de la experiencia y la creatividad, aparte del talento para urdir tramas o expresar lo inefable, como ocurre con los poetas. Esta labor me ha llevado a escribir mi “Manual Práctico de Lectura y Redacción”, tal vez mi obra más exitosa, teniendo en cuenta que la octava edición se halla prácticamente agotada; ahora estoy trabajando en la novena, aclarándote que lo que hago es mostrar cómo funciona la Gramática en el proceso de gestación de una obra.


- JC: Por último, ¿Qué le aconsejarías a un escritor joven?
- AC: Primero, ese joven tiene que saber que la labor de escribir es muy seria, que exige una entrega total, a no ser que quiera ser un escritor liviano, prescindible, sin obra  trascendente. Si ambiciona la gloria, que desde luego no siempre la disfrutará en vida, tendrá que someterse de una manera total a leer y escribir, por encima de todo. Muchas veces se hace una labor ingrata, pues no faltan los que te ponen piedras en el camino, pero si eres persistente y tienes fe en lo que haces, nada de ello te afectará. Como ocurrió con Kafka y también con Edmundo Camargo, poeta nuestro que murió a los 27 años de edad; ambos jamás se imaginaron que sobrevivirían póstumamente, gracias a sus obras. Kafka marca con su nombre la actual literatura universal; en cambio, Camargo es uno de los más grandes poetas de Bolivia y América; nos dejó sus poemas en hojas sueltas, que tuvieron que armar otros poetas, como Jorge Suárez y Eduardo Mitre, para tener ese hermoso libro al que le dieron el título de “Del tiempo de la muerte” (1964), publicado póstumamente, el año que falleció.        
     
 
(c) Javier Claure C.

Estocolmo
entrevista y fotografías enviadas por Javier Claure C. para su publicación en la revista Archivos del Sur Javier Claure C. es un escritor boliviano radicado en Suecia



 
 


 
 



domingo, 25 de noviembre de 2012

El Nobel en Rinkeby por Javier Claure C.


Gunilla Lundgren y Lotta Silfverhielm



(Estocolmo) Javier Claure C.
Rinkeby, situado a 11 kilómetros del centro de Estocolmo, es un sector conocido por acoger a personas de diferentes partes del mundo. La diversidad cultural, en esta zona, ha creado un “modus vivendi” interesante desde el punto de vista sociológico. Los árboles de sus parques, en esta época, se visten de color rojo y amarillo. El trajín en la plazuela es bullicioso, y las tiendas tratan de atraer al público con sus ofertas. Las viviendas de Rinkeby fueron construidas entre 1965 y 1974, como parte de un programa, al cual se lo llamó “El programa millón”, haciendo referencia a la construcción de un millón de apartamentos. De acuerdo al programa, también se edificaron colegios, guarderías, parques y un centro comercial. El Metro, medio de comunicación que une el centro de Estocolmo con Rinkeby y otros lugares periféricos, fue inaugurado en 1975. La Biblioteca del sector en 1977, y el Centro Cultural “La casa del pueblo” en 1986.
Los primeros habitantes de Rinkeby eran familias que llegaban del norte de Suecia. Y con el crecimiento de las industrias suecas, llegaron grupos de trabajadores de Grecia, Turquía, Finlandia y de la ex Yugoslavia. Familias y personas que escapaban de las dictaduras militares de Sudamérica y Grecia, vinieron a vivir a este sector. Posteriormente llegaron personas de Somalia y de otras partes de África. Durante la década de los 80, refugiados políticos de Irán, Irak y Bosnia se asentaron en este lugar. Según algunos estudios, Rinkeby es una zona en donde existe un alto porcentaje de cesantía y los ingresos son más bajos comparando con otros lugares de Estocolmo. Rinkeby tiene dos caras: para muchas personas es un suburbio marcado por conflictos sociales, criminalidad y cesantía. Es decir, un gueto alejado de la realidad sueca. Pero existe también la otra cara de la medalla. De ahí que otras personas ven en Rinkeby, un ejemplo de riqueza cultural y tolerancia entre sus habitantes. Y, por consiguiente, se transforma en un sitio en donde coexisten, en armonía, diferentes razas, religiones, culturas y en donde se habla más de cien idiomas. No se necesita estar en Estocolmo para comprender la estructura social de Rinkeby. En el mundo hay miles de lugares al igual que Rinkeby. Por ejemplo: Romainville en Paris, Hackney en Londres, Lavapiés en Madrid, Langa en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), La Perona en Barcelona etc.
Hoy en día, más de un tercio de la población de Rinkeby está por debajo de los 18 años. En esta parte de la ciudad se encuentran diferentes productos, frutas exóticas, perfumes, cosméticos, ropas, telas, muebles, joyas traídas de otras latitudes y un sin fin de cosas. Todo este paisaje da un aspecto cosmopolita. Y los más interesante, desde hace 21 años, los estudiantes de Rinkeby entregan folletos, hechos por ellos mismos, a diferentes personas que han recibido el Premio Nobel. Gunilla Lundgren y Lotta Silfverhielm, organizadoras principales del proyecto “El Nobel en Rinkeby”, nos cuentan detalladamente acerca de este trabajo:

¿Cómo empezó el proyecto Nobel en Rinkeby?

Todo empezó en la década de los 80 cuando la historiadora de arte Elly Berg, había reflexionado que muchos de los galardonados con el Premio Nobel de Literatura eran políglotas. Y que además, algunos laureados habían escrito sus obras en el exilio. Entonces Berg, decía que el multilingüismo, en Suecia, debería debatirse como si fuese una herramienta ventajosa para la sociedad. Y no verlo como un obstáculo para los inmigrantes que viven en este país. Tomando en cuenta estos aspectos, en 1988, se publicó un pequeño folleto para el Premio Nobel de Literatura de ese año, que recayó sobre el escritor egipcio Naguib Mahfouz. En la elaboración del folleto participaron niños de habla árabe, de diferentes colegios y edades, como también profesores de ese idioma. Y el tema que escogimos, fue la descripción de una plaza de la ciudad vieja. Mahfouz no vino a Estocolmo a recibir el Premio por razones de salud, pero tuvimos la satisfacción de entregar el folleto a sus dos hijas que llegaron en su lugar. Desde ese año, los estudiantes de Rinkeby han escrito ese tipo cuadernillos para diferentes ganadores del Premio Nobel.

¿De qué manera escogen el tema para el folleto?

Cada año escogemos un tema que esté relacionado con uno de los ganadores del Premio Nobel, que supuestamente visitará la Biblioteca de Rinkeby. Puede ser en el campo de la literatura, de la medicina, de la química, de la física o de la economía. Cuando Darío Fo recibió el Premio Nobel de Literatura, montamos un pequeño teatro de títeres, en donde tres mujeres discutían en la lavandería. Para Wislawa Szymborska, los estudiantes escribieron poesías. Para Gao Xingjian, hicimos una serie sobre su vida. Y el año pasado leímos poesías y pasajes de la vida de Tomas Tranströmer.

¿Cuál es el propósito del proyecto?

El hilo rojo de esta ocupación, no es solamente adquirir conocimientos sobre el Premio Nobel. Se trata también de un trabajo, en el cual los estudiantes, a partir de un tema determinado, descubran cosas que les atañen a ellos mismos, su idioma, su cultura etc. Además, se revelan verdades del lugar en el que se encuentran en este mundo, empezando desde su entorno. Y cuando leemos textos científicos o las obras de un escritor, los estudiantes analizan su propio contexto y, al mismo tiempo, tienen un criterio acerca de otros países.

¿Qué colegios están involucrados?

Existen cuatro colegios de primaria en la zona de Rinkeby que, de una u otra manera, han colaborado con su granito de arena. Pero desde el año 2001, hemos decidido trabajar con estudiantes de secundaria. Es decir, con el colegio de Rinkeby y el colegio Bredby.

¿Cuál es la forma de trabajo en este proyecto?

Trabajamos durante todo el otoño. Vale decir, desde septiembre hasta finales de noviembre. Y los gastos son costeados por los respectivos colegios, la Biblioteca de Rinkeby y la Administración Pública de Cultura. El Comité organizador decide que clases deberán participar en el proyecto. Generalmente participan profesores de sueco, música, arte, geografía y ciencias exactas. Incluso los profesores de lengua materna forman parte de este trabajo.

No es nada fácil unir todas esas fuerzas y, sobre todo, lleva mucho tiempo. Para tener éxito tenemos que coordinar muy bien, de manera que los estudiantes no se aburran y pierdan las ganas de trabajar.

¿Existe alguna resistencia de parte de los estudiantes para escribir?

Si claro, muchos estudiantes son reacios a escribir. Un estudiante puede expresarse muy bien oralmente, pero cuando se trata de escribir cambia la cosa. Y peor si la persona tiene un vocabulario limitado en sueco. Pero hay algunas artimañas para motivarlos, y hacer más divertido el proceso de escritura. Se puede escribir a partir de una frase, de una foto o de un poema. Cuando trabajamos con niños que hablan varios idiomas, procuramos hacer comparaciones con su lengua materna, y discutimos la elección de palabras y expresiones en sueco. De esta manera podemos ayudarles en lo que más necesitan, pero sin ejercer influencia sobre sus pensamientos e ideas. Muchos estudiantes quieren contar cosas nuevas, pero la dificultad de escribir les impide seguir adelante. Entonces les decimos que, por un momento, podemos ser sus secretarias o sus bolígrafos. Y así se vayan soltando.

¿Cómo se reparte el trabajo entre los estudiantes?

Trabajamos de diferentes formas y en diferentes lugares. A veces nos reunimos en una biblioteca. Otras veces en un aula. El grupo se divide en subgrupos que obtienen una tarea específica. Los estudiantes y el Comité organizador se cartean por Internet, intercambian experiencias y se envían textos relacionados con el Premio Nobel. Durante este proceso, los miembros del Comité organizador tienen reuniones personales con los estudiantes para atar cabos sueltos y aclarar posibles dudas.

Por último, ¿Cómo definen ustedes este proyecto?

Bueno, es un proyecto que exige bastante dedicación, pero da muchas satisfacciones. El trabajo destinado a cada ganador del Premio Nobel es una aventura para todos nosotros. También nos da sorpresas, hace un par de años una muchacha de nombre Julia Gramsci formaba parte del proyecto. Su apellido nos llamó mucho la atención. Cuando le preguntamos de su origen, nos contó que había nacido en Rusia, y que llegó a Suecia con su mamá, su abuela y un hermano. Averiguadas las cosas de manera minuciosa y con fotos de su papá, su abuelo y su bisabuelo; descubrimos que era la bisnieta, nada más y nada menos, del gran filósofo italiano Antonio Gramsci (1891-1937).

Así como Julia, hay extranjeros que viven en Rinkeby y que, además, tienen parientes que son escritores o poetas famosos en sus respectivos países. Es el caso de Sliva Cegerxwin, alumna del colegio de Rinkeby, cuyo abuelo, el poeta Cegerxwin nació en 1903 en un pueblo curdo de Turquía. Sliva dice que su abuelo es un poeta desconocido en Suecia, pero a su entierro en Kamishli asistieron medio millón de personas!



Las siguientes preguntas contestaron dos estudiantes implicados en el proyecto.

Fatou Jallow, mujer de 15 años de edad, nacida en Gambia.

¿Qué has aprendido en este proyecto?

He aprendido mucho sobre la vida de Alfred Nobel y de los galardonados con el Premio Nobel. También me he enterado bastante sobre historia cuando hicimos visitas a la Alcaldía, al Museo Nobel y a la Academia Sueca.

¿Crees que es difícil escribir?

Si un poco, pero la escritura se hace más fácil si uno está bien informado sobre lo que va a escribir. Es muy interesante el tema que estamos estudiando. Si escribimos incoherente o con datos incorrectos, los profesores nos ayudan.

Rimon Tungaste, varón de 15 años de edad, nació en Siria.

¿Qué es lo más interesante del proyecto?

Me he enterado de muchas cosas. Visité lugares que quizá no lo haría si no formaría parte de este proyecto. Algunos periodistas nos entrevistan.

¿Qué tarea te ha tocado?

Nuestra clase se ha dividido en dos grupos. A mi grupo le ha tocado trabajar con diferentes cosas: hemos dibujado y escrito un texto sobre el actual Premio Nobel de Literatura, Mo Yan. Nos reunimos una vez a la semana los días martes por la tarde. Y ahora estamos fabricando una pequeña vitrina, en cuyo fondo dibujaremos paisajes chinos. También estamos esculpiendo en barro diferentes animales para introducirlos en esos paisajes.

Para tener una idea de lo que es Rinkeby; he traducido, de un periódico, el siguiente poema escrito por adolescentes extranjeros:



RINKEBY ES NUESTRA CASA

Rinkeby es nuestra casa

aquí coexisten diferentes idiomas

y muchas razas

negros dicen algunos extranjeros

agresivos, tontos e idiotas

Aquí vivimos

en este suburbio que es divertido

como una hermosa ciudad pequeña

con los mejores profesores

con buenos colegios

con hinchas de Ronaldo, policías

mucha gente y mucha pelea

Rinkeby, es nuestra querida casa

bueno y malo

acogedor y tenebroso

es el suburbio más bello del mundo

con sus conflictos

Rinkeby está en nuestros corazones.



Abdulahi, Ajla, Armin, Fartun, Halil, Hussein, Kadira, Kovin, Melike, Merve, Mohamed, Ramiar, Sara y Zakariye.

(c) Javier Claure C.

crédito de las fotografías: Javier Claure C.










































































sábado, 7 de julio de 2012

Entrevista a Werner Guttentag por Javier Claure C.





(Estocolmo) Javier Claure C.

Esta entrevista tuvo lugar en la ciudad de Cochabamba (Bolivia) en marzo del 2008, nueve meses antes de la muerte de uno de los más grandes libreros y editores de Bolivia, el alemán Werner Guttentag Tichauer. Quería traerme a Estocolmo un recuerdo de ese hombre que desinteresadamente se dedicó a publicar obras literarias bolivianas. En este diálogo don Werner relata algunos pasajes de su adolescencia, y de sus experiencias desde el primer instante que pisó suelo boliviano con tan solo 19 años. Al escuchar su cansada voz, en mi grabadora portátil, vuela mi fantasía a ese día que me acogió largas horas en su casa.
Bolivia, al igual que muchos países de América Latina, recibió inmigrantes alemanes después de la Primera Guerra Mundial. Luego vino ese trauma colectivo del siglo XX: el holocausto nazi y tras la Segunda Guerra Mundial, que aún es un tema vigente en los periódicos de todo el mundo, se intensificó la llegada de familias judío alemanas. El ex presidente, Gérman Busch Becerra (1937-1939) descendiente de alemanes, también facilitó la entrada de familias alemanas al territorio boliviano. Precisamente en esa época Bolivia tuvo la suerte de recibir a la familia Guttentag.
Don Werner Guttentag, amaba los libros como a las niñas de sus propios ojos. Prestó particular interés a la creación intelectual, e instaló la librería y la editorial más importante del país “Los Amigos del Libro”. De esta manera pasó a ser un símbolo e impulsor de la literatura boliviana, tanto a nivel nacional como internacional. Llevó libros de autores bolivianos a las Ferias del Libro de Frankfurt, Argentina y México. En 1966 creó, en honor a su padre, el Premio “Erich Guttentag” a la mejor novela. Dicho en otras palabras, ese muchacho que llegó a Bolivia en 1939, hizo mucho más por Bolivia que cualquier boliviano de nacimiento. El Estado boliviano, universidades e instituciones del país; le otorgaron una serie de premios por haber realizado numerosas publicaciones en el campo de las letras. Nunca se olvidó de su pasado y quedó agradecido a la vida. Cuando entregó el primer libro de la Bibliografía Boliviana en 1962, al entonces presidente Dr. Víctor Paz Estenssoro, pronunció las siguientes palabras: ”Como pequeño tributo al pueblo boliviano por habernos acogido en la época del holocausto, de parte de la emigración judía de los años 40”.
En realidad, conocí a don Werner el 2004 cuando me encontraba de vacaciones en Bolivia. En aquel entonces tenía su librería en la calle Ayacucho. Lo visité allí para invitarle a la presentación de mi poemario “Preámbulos y ausencias” que se llevó a cabo, en “La Casa del Artista”, el 30 de abril de ese año. Me recibió amablemente y me hizo pasar a su despacho en el segundo piso. Tomando una taza de café nos pusimos a conversar de todo un poco. Descubrí que este hombre, de mediana estatura, era un gran conversador y narrador de muchas anécdotas. En el 2008 volví a Bolivia. Caminando por las calles de Cochabamba, me dirigí a su librería para comprar un libro del poeta Jaime Saenz. Esta vez la tienda se había mudado a la calle España. Apenas entré lo vi sentado cerca de un mostrador. Me acerqué, lo saludé y conversamos un poco. Después de unos minutos me dijo:” lo invito a mi casa mañana a las diez de la mañana”. Sin pensar dos veces acepté la invitación.
Al día siguiente, a la hora indicada, toqué el timbre de su casa ubicada en la calle Crisóstomo Carrillo. Don Werner me abrió la puerta. Cuando di el primer paso hacia adentro, vi una camioneta blanca en su garaje, y en un costado había la siguiente inscripción: “No leer lo que Bolivia produce, es ignorar lo que Bolivia es: Los Amigos del Libro”. Luego caminando con su bastón me condujo hasta su living. Nos sentamos frente a frente y en su mesa central instalé mi dictáfono. Una empleada trajo dos tazas de café con masitas y al mismo tiempo observé, en esa mesa, una revista en alemán, otra en inglés y el periódico “Los Tiempos”. Enseguida le pregunté:

- ¿Usted habla varios idiomas, verdad?

- No muchos, me falta aprender uno, me contestó.

- Entonces continué ¿Qué idioma le falta aprender?

- El quechua, me respondió con un acento alemán y una sonrisa en los labios.

Así empezó esta charla un día soleado y tranquilo. Don Werner con sus 88 años conversaba entusiasmado y con gran sentido del humor. Cuando le dije que vivía en Estocolmo desde hace muchos años, hizo un gesto y continuó: ”Cuando era adolescente y estaba en los Scouts conocí a una chica de nombre Eva Cohn. Ella también escapó de los nazis. Primero se fue a Checoslovaquia y luego se fue a vivir a Estocolmo a una zona que se llama Solna”. Yo vivo a 10 minutos de ese sector, le comenté mientras saboreaba el exquisito café de los Yungas.

¿Don Werner, podría contarme algo de su niñez en Alemania?

Yo nací en una ciudad que se llamaba Breslau, pertenecía a Alemania; pero después de la Segunda Guerra Mundial pasó a ser parte de Polonia. Hoy día esa ciudad se llama Wroclaw. Estudié allí hasta mis doce años. Lamentablemente los alemanes empezaron a molestar a los hijos de los judíos. No nos dejaban estudiar. Por eso no salí bachiller, pero me dediqué a leer bastante. Ahora soy Dr. Honoris Causa por la universidad San Simón de esta ciudad.

Mis padres provenían de clase media y fueron terriblemente afectados por la inflación económica de aquella época. Perdieron su dinero y posteriormente tuvieron que escapar de los nazis.

¿Cómo y cuándo llegó a Bolivia?

Es una historia larga. Llegué a Bolivia en le año 1939. Era un muchacho en pleno desarrollo. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en Alemania, mi padre, Erich Guttentag, fue llevado a un campo de concentración. Entonces yo y un amigo que también se llamaba Werner nos fuimos en tren hasta Checoslovaquia con el propósito de conseguir asilo político. Pero falló nuestro plan porque éramos muy jóvenes y nos devolvieron a Alemania. Estando allí me enteré que Holanda daba refugio a jóvenes judíos, y me fui a ese país. Ahí estaba aprendiendo mecánica. Mientras tanto, y con mucha suerte, mi padre logró salir del campo de concentración. Los nazis eran matones y perseguían a todos los judíos. Mi tío, Walter Tichauer, fue asesinado por los nazis en Portugal. Afortunadamente, mis padres obtuvieron una visa para venirse a Bolivia en 1938. Mi madre vino a Holanda a despedirse. Sacó un mapa de su cartera y me dijo: “Te espero en el centro de Bolivia, señalando con su dedo la ciudad de Cochabamba”. De ese modo, un año más tarde, llegué a Bolivia desde el puerto de Arica con mi máquina de escribir, un libro de Dostojevskij y mi bicicleta.

¿Cuales fueron sus primeras impresiones de Bolivia?

Como te dije anteriormente; yo era un adolescente y me impresionó la gente de Cochabamba. Todo el mundo andaba de luto, parecían uniformados. Se notaba una tristeza, en el pueblo cochabambino, por la derrota de la Guerra del Chaco. Pero ya en ese entonces una vez caminando con mi padre, por la Plaza 14 de Septiembre, le manifesté mi deseo de tener una librería cerca de esa plaza.

¿A qué se dedicaba a un principio?

Bueno, un amigo de mi padre, el austríaco Philip Weiss, tenía una joyería llamada “Vienesa”. Y él me dio trabajo como ayudante. Después de un tiempo me fui a Oruro a trabajar en las oficinas de la Empresa Minera Hochschild. Me convertí en un “empleado idiota de oficina” sin muchas perspectivas. Pero en mis adentros tenía un gran deseo de abrir mi propia librería.

Por lo visto su sueño más anhelado se hizo realidad ¿Cómo creó la librería y editorial “Los Amigos del Libro”?

Justamente en Oruro, en 1944, conocí a Edith Lublin, la mujer de un médico que trabajaba en las minas. Hice un convenio con ella. Tenía que invertir un dinero para salir adelante con la librería, pero lamentablemente no ocurrió nada. Se fue a La Paz junto a su esposo porque lo destinaron a esa ciudad. Sin embargo, pese a muchas dificultades, logré abrir mi primera librería en Cochabamba, en la calle San Martín y se llamaba “Canata”.



¿Vendía libros de autores bolivianos?

No, a un principio me dediqué a vender libros en alemán a la colonia alemana que vivía en Bolivia. Pero en 1945 abrí la empresa editorial “Los Amigos del Libro”. La primera obra literaria que se publicó fue la novela “Surumi” de Jesús Lara. Nos quedamos sorprendidos porque fue un éxito rotundo. Se vendió la novela hasta agotarse. Así que mi sueño empezó con mucha suerte. También hemos publicado 40 tomos de la “Bibliografía boliviana”, en donde se reúne a muchos intelectuales. Hasta ahora “Los Amigos del Libro” ha publicado 1200 obras literarias.

¿Tuvo alguna experiencia negativa en Bolivia?

Aquí en Cochabamba vivían algunos alemanes con ideas nazis, y ellos acosaban a las pocas familias judío alemanas residentes en esta ciudad. Siempre he luchado contra las ideologías antidemocráticas. Tenía una postura antifascista. Una vez estaba pegando, en una pared, un afiche con frases antifascistas y la Policía me pilló. Fue una experiencia desagradable.

En otra oportunidad, paramilitares asaltaron mi casa, saquearon libros de mi biblioteca privada y quemaron algunos trabajos que había publicado.

¿Cómo se siente, don Werner Guttentag, después de haber recibido tantos premios?

Se levanta del sillón sin contestar a la pregunta y me conduce hacia una vitrina. Gesticula con las manos y dice con mucho orgullo: “Aquí están todos los premios que me han otorgado”. A partir de este momento la entrevista se hace más informal. Después de intercambiar unas palabras, salimos al patio (le saco un par de fotos), y por medio de un pasillo nos dirigimos a la casa colindante que fue la casa de sus padres. Abre una puerta pequeña, en cuya parte superior hay un letrero que dice: Biblioteca Margarete Guttentag T. (el nombre de su madre).

Subimos unas gradas en forma de caracol y a su alrededor observaba las paredes tachonadas de libros. Traté, entonces, de leer algunos títulos rápidamente, hasta que llegamos a dos cuartos repletos de libros, documentos y revistas. En una mesa, entre muchos papeles, encontré la primera revista de literatura boliviana “Arte y trabajo”, editada en 1921.


En un estante observo la foto de su esposa Eva Mohr de Guttentag y aprovecho para preguntarle:

¿Cómo la conoció a su esposa?

Buena pregunta (risas). Ella vino como mi secretaria para trabajar en “Los Amigos del Libro”. Se enamoró de mi y yo también de ella. Ahí empezó todo.

De pronto sentimos unos pasos y escuchamos una voz: era la empleada que venía a darle sus medicinas a don Werner. Mientras tanto hojeaba un libro titulado “Biografía de Emigrantes Alemanes y Central Europeos, 1933-1945” (International Biographical Dicctionary of Central European Emigrés), editado por Alemania y en donde Werner Guttentag forma parte de este libro. Después de un momento retomamos la conversación y, entre palabras, me conduce a un tercer cuarto. Me cuenta que también se dedica a la filatelia, mostrándome impresionantes catálogos de estampillas de todo el mundo. Entretanto me explica una serie de detalles relacionados con sellos postales. Luego extrae de un cajón, el pasaporte de su padre y un libro de rezos, en hebreo, que llevaba cuando era soldado del Ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial.
A decir vedad, me impresionó mucho la personalidad de Werner Guttentag. Me atrevo a certificar que su biblioteca privada es la más completa de Bolivia. Hoy ya no está entre nosotros, pero descansa bajo el cielo de Cochabamba. Y su tumba brilla eternamente para alumbrar, a todos los amigos del libro.



© Javier Claure C.

Fotos:

Gutentag: Werner Guttentag y, el autor de la nota, Javier Claure

Guttentag-Nr1

Werner Guttentag en la presentación del poemario, "Preámbulos y ausencias" (de Javier Claure), en La Casa del Artista en Cochabamba, abril del 2004







martes, 5 de junio de 2012

Entrevista al escritor boliviano Javier Claure C. por Jaime Padilla















foto: Javier Claure C.


(Estocolmo) Jaime Padilla



Se edita en Suecia obra del poeta boliviano Javier Claure




"He escrito algunas cosas en sueco, pero la verdad es que mi idioma materno dulcemente me llama, y ha tocado más fuerte las paredes de mi corazón?" comenzó diciendo Javier Claure Covarrubias, el poeta boliviano radicado en la ciudad capital de Suecia, Estocolmo, para anunciar la reciente edición de su segundo poemario "Extraño oficio".

La primavera -en este mes de mayo- empieza colorear de verde los parques y jardines de la ciudad y sus habitantes sonríen. Javier y yo, observando desde la parte superior de la Casa de la Cultura, el hormigueo de gente y el enmarañado tráfico vehicular y en medio de humeantes tazas de café, comenzamos esta conversación, mientras hojeaba 'Extraño oficio' que constituye el segundo poemario de Javier Claure Covarrubias.

¿Cómo surge Extraño oficio?

La idea de 'Extraño oficio' surge ante la necesidad urgente de expresar ese misterio que brotó en mi universo interior para plasmarlo mediante la poesía. Por lo tanto, las páginas que constituyen este poemario son producto de largas noches cuando la musa entraba por mi ventana, y me seducía con toda su fuerza. En 'Extraño oficio' hay poemas inspirados en amores pasados, quemando así etapas e historias que empezaron y quedaron inconclusas. Hay un par de poemas dedicados a la belleza de una mujer de color, un poema hace alusión a los ataques que se efectuaron contra las Torres Gemelas de los Estados Unidos, otro poema está dedicado a mi madre que falleció hace muchos años.

Uno de los poemas titula 'Líneas', y a pesar de mis estudios en matemáticas, 'metafóricamente hablando', una línea puede terminar en una U invertida o en curvas como en el recio cuerpo de una mujer. En fin, son poemas inspirados en el Amor. Y debo decirte que Bolivia, de alguna manera, está presente. Existen atisbos de mi niñez, de mi colegio, de mi ciudad etc. Cuando la escritora cochabambina, Gaby Vallejo, me comentaba a cerca de este poemario me dijo: 'Es increíble, ha pasado tanto tiempo que has dejado el país, y aún Bolivia está presente en algunos de tus poemas'.

El poeta chuquisaqueño, Luis Andrade, escribió el prólogo de mi libro, muy hermoso por cierto. Y también se refiere, en una parte, diciendo que mi poesía está signada, entre otras cosas, por la nostalgia a Bolivia. Como verás, con toda esa fermentación de palabras en 'Extraño oficio', quiero llegar a los lectores para que disfruten de esos versos, se pierdan en ellos y espero que ese juego de palabras despierte, en sus mentes, capacidades imaginativas.

¿Por qué elegiste justamente ese título?

En realidad, el primer título que escogí fue 'Adentrarse por la tangente', haciendo alusión a que los humanos entramos al círculo de la vida por una tangente. Y a medida que pasan los años, disminuye el radio del círculo hasta llegar a ser un punto: la muerte. Pero ese título no era tan poético que digamos. Además, en estos tiempos, se vende más prosa que poesía. Escribir poesía ha pasado a ser un verdadero 'Extraño oficio'.

¿Ser poeta te resulta difícil y extraño?

No, para nada. Al contrario, me gusta jugar con la fantasía, con las palabras, con la sintaxis etc. Me gusta encontrar imágenes y expresarlas en un verso. En muchos casos trato de dar un sentido y significado diferente a las palabras; lejos de su verdadero significado en el diccionario. A veces quiebro con todas las reglas que me impone el idioma español. Y busco dar movimiento a las cosas y a los hechos mediante el lenguaje, porque el movimiento significa cambio. Y claro que existe también una gran dosis de sensibilidad. En mi caso, robo tiempo al tiempo para escribir, porque trabajo durante la semana y los quehaceres de la vida cotidiana lo absorben a uno. De este tema conversaba con algunos escritores y poetas en Bolivia.

Cuando algún hecho causa un terremoto en los cimientos del alma poética, el poeta registra, en sus adentros, coordenadas que le permitirán escribir dando rienda suelta a la inspiración. Pero lo difícil es sentarse frente a la hoja en blanco y encontrar metáforas, códigos lingüísticos personales, especies híbridas de las palabras, figuras retóricas, formas gramaticales y un lenguaje coloquial que permita transgredir un idioma para crear aquello que llamamos poesía.

¿Tus proyectos para el futuro?

Seguir escribiendo con los pies bien puestos sobre la tierra. Estoy preparando mi próximo poemario. Me dedico también al periodismo cultural y deseo explorar en materia del cuento, ya que me siento cómodo con la prosa.

¿Se podría decir que en el país hay poesía sueca y poesía de los extranjeros?

Si y no. Sabemos que todos los poetas del mundo desde que la poesía existe como tal, escriben sobre tres temas: el amor, la vida y la muerte. Cada poeta da una interpretación personal de esas temáticas. Los extranjeros que han llegado a Suecia a una edad adulta o los extranjeros de la segunda generación, tienen experiencias y vivencias diferentes que los suecos y, claro, esto se reflejará en sus escritos. Pero los poetas suecos también escriben sobre su entorno social, sus emociones, sus realidades etc. En ese sentido, se podría decir que cada cual expresa sus sentimientos a su manera.

Escribir en un idioma ajeno al sueco, no significa que se esté haciendo una 'literatura de gueto'. Hay muchas obras que con el tiempo se han traducido al sueco y a otras lenguas. El español es un idioma muy importante, y los flujos migratorios, de habla hispana, hacia Estados Unidos y Europa han creado una literatura considerable. Un ejemplar de todos los libros publicados en este país, independientemente del idioma, van al archivo de la Biblioteca Real (Kungliga Bibliotek). Estoy seguro que en el futuro Suecia hará un estudio de la literatura creada por los inmigrantes.

¿Por qué los extranjeros que hacen música, escriben novelas, poesía y pintan, no consiguen un mayor espacio en la sociedad sueca?

Creo que para causar más impacto en la sociedad sueca, obviamente se tiene que escribir en sueco, esto en el caso de los escritores y poetas. En cuanto a mi persona se refiere, no tengo problemas en ese sentido. He escrito algunas cosas en sueco, pero la verdad es que mi idioma materno dulcemente me llama, y ha tocado más fuerte las paredes de mi corazón.

No es muy fácil, que digamos, abrirse espacio en los medios de comunicación ya sea en Suecia o en cualquier otro país. Existen una serie de trabas. Los que vivimos en Suecia, sabemos que a pesar de muchos esfuerzos, la política de inmigración sueca ha fracasado. Entonces esto tiene una repercusión negativa. Como ejemplo puedo decirte que cuando llegó, a Estocolmo, el pintor boliviano Mamani Mamani a exponer sus cuadros, me pidió que llamara a periodistas culturales de los diferentes periódicos para que estén presentes en la inauguración de la exposición. Así lo hice, pero a nadie interesaba los cuadros de Mamani Mamani. Ni siquiera me escuchaban el mensaje que les quería entregar, aludiendo a que no tenían tiempo. Sin embargo, es bueno recalcar que Suecia tiene una ministra llamada, Nyamko Sabuni, de origen africano. Yo creo que, poco a poco, los espacios se están abriendo para los extranjeros.

¿Qué hay de tus viajes?

He viajado casi por todo Europa, algunos países de Sudamérica y África. Soy amante de la cultura y del arte africano. Una de las cosas que me ha impresionado profundamente es la barbarie cometida por Europa en África: la esclavitud. En Gambia he estado en el pueblo de Kunta Kinte, en Juffure. Y en Senegal en la isla de Gorée. En esos lugares he visto cómo los europeos amasaban fortunas a costa del sufrimiento humano. De verdad, me ha impactado muchísimo.

Pasaste ya el medio siglo de vida, en ¿qué año llegaste a Suecia?

Llegué a Suecia a finales de los años 70. Llegué con mi madre y mis demás hermanos, ya que mi padre algunos años antes, obtuvo en este país el asilo político. Mi padre, fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Bolivia, y salió del país durante la dictadura de Banzer.

¿En Bolivia, no consideras qué la poesía sufrió en los últimos tiempos una especie de abandono?

En primer lugar, quiero mencionar que Bolivia es un país que ha tenido dictaduras militares salvajes. Ha sufrido la explotación, el racismo, el saqueo, la tortura, guerras, conflictos sociales y lo más doloroso e injusto: la terrible usurpación de su Litoral y la pérdida de extensos territorios ricos en minerales. Por lo tanto, la literatura boliviana, la poesía, de algún modo, refleja todo eso que ataña al país.

Al mismo tiempo es una nación muy rica en cultura, y ha tenido buenos poetas y escritores. Desde el Romanticismo como, por ejemplo, Adela Zamudio, María Josefa Mujia. En la época del Modernismo se destacaron Ricardo Jaimes Freyre, Franz Tamayo y otros. Después aparecieron otros poetas de gran envergadura. Durante la primera mitad del siglo XX, el escritor Carlos Medinaceli creó, junto a poetas, el movimiento literario 'Gesta Bárbara' que tuvo gran importancia en el país. Se habla de crisis de la poesía en todas partes.

La gente lee más prosa y la poesía no llega a todos. Es un círculo reducido de gente que lee poesía. Ahora en Bolivia, como en otros países, la poesía ha sufrido ese abandono que indicas. Una de las causas es el bajo volumen de obras poéticas que se publican a consecuencia de un cierto aislamiento del poeta, y el escepticismo de las editoriales para publicar versos. Además, hay que añadir y esto lo digo en forma general, lamentablemente hay poesía que nada dice. Algunos que creen ser poetas están totalmente confundidos. Escriben frases de cualquier manera, las cortan como sea y creen que eso es poesía. Es decir, hay una falta de respecto al lector y así mismo.

Los poetas de todas las sociedades modernas, en última instancia, son los culpables para ese abandono. Pero en medio de esta nebulosa poética no soy pesimista. Creo en la palabra bien trabajada. Realmente la poesía respiró un aire puro, cuando el Premio Nobel de Literatura del año pasado fue otorgado al poeta sueco Tomas Tranströmer. Y mientras existan seres humanos comprometidos con la palabra, pues la poesía siempre estará presente.

¿Bolivia se encuentra en un proceso dinámico de transformaciones políticas, sin embargo se capta desde afuera, escasas propuestas en literatura, poesía y pintura, qué debe hacer -a tu criterio- el Estado para promover estas manifestaciones culturales?

Evidentemente Bolivia es un laboratorio sociológico. En este país andino existen algunos premios literarios como Premio Erich Guttentag a la mejor novela, Premio Yolanda Bedregal al mejor poemario y el gobierno de Evo Morales inauguró el Premio Plurinacional Eduardo Abaroa.

Pero para fortalecer la cultura, en todos los campos, el Estado boliviano tendría que crear más premios, subvencionar la publicación de obras literarias, crear círculos para fomentar el arte, crear más concursos de poesía, hacer festivales de poesía, capacitar investigadores y críticos del arte en general. A nivel continental hacer festivales interculturales en todos los campos del arte.

Es este sentido vale la pena nombrar la creación del ALBA y de CELAC porque son proyectos de integración que tiene una dimensión económica y social. Pero también se debe hacer esfuerzos para el desarrollo cultural entre los pueblos que hasta ahora no se vislumbra por ninguna parte.

(c) Jaime Padilla