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martes, 26 de junio de 2012
Entrevista a María Angélica Bosco (archivo)
Esta entrevista de Daniela Aspeé Venegas a la escritora argentina María Angélica Bosco (Buenos Aires, 1909-2006) es la segunda que publicamos en Archivos del Sur de la serie de entrevistas a autoras argentinas de novela policial. La primera fue a la directora de la revista Araceli Otamendi y forma parte de un proyecto de tesis doctoral de la autora.
Daniela Aspeé viajó a Buenos Aires en 2004 y entrevistó a varias escritoras argentinas autoras de literatura policial o de suspenso.
Junto a Martha Lynch, Silvina Bullrich, Beatriz Guido y María Esther de Miguel, María Angélica Bosco formó parte por muchos años de la primera plana de la literatura argentina escrita por mujeres y abrió camino a las generaciones venideras. .
(Santiago de Chile/Buenos Aires)
¿Por qué escribió policial?
Me gusta el género, me gusta resolver enigmas. Me acuerdo que cuando veraneábamos en la estancia de mis padres, ya estábamos casadas, mis hermanas y yo (éramos cuatro mujeres y un varón) y entonces, leíamos el folletín de La prensa -La prensa publicaba siempre un folletín policial-. Lo leíamos y como en el campo no hay nada que hacer, hacíamos apuestas para ver quien acertaba con el asesino, y siempre acertaba. Bueno, mis hermanas me decían "lo que vos hacés es apostar por el que tiene menos chance, y claro, si parece que el sistema es bueno, por qué no lo adoptás". Así que, siempre me entretuvo, y ya ves, me entretenía buscando el asesino por mi cuenta y, por lo general, acertaba. Así que sabía solucionar los enigmas policiales. Y después ya te digo por qué lo hice. Ya ves que la literatura femenina se ahogaba entre llantos y sábanas, las mujeres contaban sus historias con los hombres y yo no quería ingresar en ese camino. Así que entonces la novela policial me ofrecía la oportunidad de escribir algo que no se comprometía con mi intimidad femenina. Al final, algo que no fuera autobiográfico. Para mí era la falla de las mujeres, porque pensar sólo en uno es como, cuando uno viaja en tren en la noche, y mira por la ventanilla, lo que primero aparece reflejada en el vidrio es la cara de uno, pero si uno no traspasa no ve el paisaje. Y entonces, a la gente que se encierra en sí misma le pasa eso. Siempre vamos a estar un poco encerrados en nosotros mismos porque es nuestra manera de ver el mundo, nuestra manera de pensar, nuestras preferencias, siempre hay algo nuestro en nuestra manera de proyectarnos en el mundo. No nos proyectamos todos en la misma forma. Pero, me parece que el novelista debe primero conocer, tratar de viajar al interior de sí mismo, y después salir de ese interior y viajar por el mundo.
En todas sus novelas, sobre todo en las policiales, plantea muchísimo los problemas femeninos. ¿Ve que el policial sea un recurso para eso, para mostrar los problemas de las mujeres?
A mí me ha interesado. La trampa es un análisis, es sicológico, porque el pasado es modificado a veces, se te revela de una manera diferente de cómo lo habías visto. Te estoy hablando de mis primeras novelas, yo había pensado en La trampa como una novela policial y después no quise encasillarme en el género. Porque Agatha Christie, con la que me comparan, me llaman la "Agatha Christie argentina" y yo protesto, porque en una época yo decía, "es más vieja, está muerta y yo estoy viva". Agatha Christie hizo un negocio muy provechoso adoptando casi un estilo definitivo para sus novelas. Yo no quería encasillarme dentro de un género, ni de la manera de tratar ese género. Mis novelas policiales son muy diferentes. Por eso, cuando estaba escribiendo La trampa, dije no, no voy a hacer una novela policial, voy a hacer una novela de suspenso. Casi todas mis novelas tienen suspenso. La novela en general tiene que tener un suspenso porque hay que atrapar al lector y llevarlo a que le interese la historia.
El tema de la mujer me ha interesado. No te olvides que en el siglo XX, tal vez de todas las revoluciones, de todos los cambios, el más importante, del punto de vista de la vida humana, es el cambio de la vida de la mujer. Fijate cómo influye eso en la educación de los hijos, en la educación de la juventud. Entonces, cómo crees que no me interese el problema si yo lo viví. No te olvides que yo nací en 1909. De modo que el mundo de mi infancia no es el mundo de ahora, casi un siglo.
Pero, en general, lo policial ha sido visto como masculino
Bueno, sí, la novela negra tiene que ser masculina. Porque, en general, el hombre tiene más acceso al mundo del bajo fondo que la mujer. Siempre hay violencia, fuerza, violencia. Hay muy buenos novelistas de novela negra, pero una vez dije -había leído una novela en la que en cinco páginas el novelista explicaba cómo el protagonista le rompía los huesos a otro- dije esto nunca lo puedo hacer yo, porque yo no le rompo los huesos a nadie. Es muy difícil que una mujer pueda escribir sobre violencia. Hay muy buenos novelistas policiales de la serie negra, como Chandler y Ross Macdonald.
¿Cuáles son los escritores policiales que a usted más le gustan?
Soy muy pretenciosa: Chesterton y Graham Greene. La novela policial no es solamente para ellos novela de acción, es también una novela de pensamiento. Y entonces, porque son novelistas completos que se dedican alguna vez al género policial y eso me parece más importantes.
¿Escritores argentinos de novela policial?
Manuel Peyrou que tenía mucho sentido del humor. Pero no hay. Piensa que cuando apareció mi novela policial llamó la atención porque el género no se cultivaba en la Argentina, se lo consideraba un género menor, y no se lo cultivaba y mucho menos las mujeres. Entonces me miraron como a un bicho raro.
Hablando de Historia Privada, el personaje principal, Laura Viotti, se parece en algunos aspectos a las detectives de las novelas duras norteamericanas escritas por mujeres en los 80, que ponen en duda sus roles de madre, esposa.
Yo apoyo el matrimonio, apoyo la familia, soy muy unida a mi familia. Y sí, he luchado por los derechos de la mujer porque se la iguale en los derechos, pero también entonces en las obligaciones. Derecho y obligación van juntos. Pero, jamás he podido pensar que la mujer es igual al hombre, biológicamente somos diferentes y además el mundo necesita eso. Porque si una mujer, no tiene panorama de mujer para vivir en el mundo, falla. El mundo necesita el punto de vista de la mujer y el punto de vista de los hombres, necesita la diferencia.
Siguiendo con lo mismo, a esas escritoras que le mencionaba se les criticaba que, en su intento de configurar detectives independientes de todos los roles socialmente impuestos a las mujeres, querían responder al concepto de fracasadas de las mujeres sin familia.
Bueno, cada uno busca su felicidad según su olfato. Dónde está la felicidad para uno, no está para otro. No hay una receta de felicidad. Cuando se habla de la homosexualidad, que en mi época se consideraba como una falla, y ahora no se la considera una falla, por suerte, porque también está dentro de la naturaleza. Sabés que existe en los animales homosexualidad también. Entonces, lo que a mí me parece es que cada uno debe asumirse. Siempre me pareció muy trágico, los homosexuales que se escondían. Pero lo que es la felicidad para un homosexual no es la felicidad para un heterosexual, ni es la sexualidad de un bisexual. Porque muchos homosexuales se casan y no hacen matrimonios desgraciados, o hacen matrimonios con problemas -como también ocurre cuando se casan hombres con mujeres-. Además, las feministas no me gustan porque son parciales, ellas quieren imponerle a todo el mundo su manera de ser. Yo pienso, hagan ustedes lo que quieran, pero dejen de hacer proselitismo, persuasión. Hay ciertas normas de conducta que tienen que ser respetables para vivir en sociedad, porque sino tenemos la selva. Y a mí la selva no me gusta, a mí me gusta la vida civilizada.
¿Qué piensa de la lucha feminista o por los derechos de las mujeres?, ¿Ha fracasado?
Creo que se ha encarado mejor la relación hombre mujer en el matrimonio. Porque ahora los hombres saben cambiar un chico, saben darle de comer, saben cuidarlo. Lo que, cuando yo era joven, no pasaba, porque ningún hombre tomaba un chico, porque se le caía de los brazos, y cambiarle los pañales, jamás, ni prepararles la mamadera. En ese sentido, al compartir las tareas de la casa no han perdido masculinidad los hombres, ni feminidad las mujeres. Creo que simplemente, es un trabajo compartido
Volviendo a la literatura, aparte de lo policial, ¿qué es lo que lee normalmente o qué le gusta leer?
Eso no me lo preguntes porque tengo que empezar..., hay tantos, son tantos. Y voy a terminar por decirte que mi autor favorito es Shakespeare, porque creo que fue el que describió mejor el alma humana. No puedo contestar a esa pregunta porque leo mucho e incorporo autores nuevos y me gusta leer autores actuales.
¿La literatura argentina le gusta?
Sí. Hay muy buenos autores argentinos.
Pero es también parte del culto a Borges y a Cortázar
Sí, a ellos los dejamos en su pedestal. Me gusta Marco Denevi, mi amigo, es un escritor espléndido, a quien creo que no se le ha dado su lugar. Pero no es simpático estar nombrando autores, en todos los países hay muy buenos autores.
¿Dentro de la literatura latinoamericana hay algún movimiento en especial que le guste?
Yo cuando empecé a escribir fue el momento del Boom de la literatura latinoamericana, cuando aparecieron en México Carlos Fuentes, en Brasil tantos otros. Jorge Amado, que para mí es un escritor espléndido. Bueno, esto fue muy interesante la literatura latinoamericana, y aún ahora. Acabo de terminar la novela de un mexicano, Javier Velasco, que está escrito en una manera muy original, usando un lenguaje típico mexicano, habría que leerla con traductor, muy interesante. Una novela policial que te recomiendo es de Guillermo Martínez, Crímenes imperceptibles, es un autor relativamente joven, es un libro excelente.
En sus libros está muy presente el contexto histórico del momento de escritura,¿qué momento de la historia Argentina son los que mas la han impactado?
Lo que más me golpeó fue el acceso de Perón y después la llamada guerra sucia de los años 70. Fue muy duro, en Chile también la tuvieron con Pinochet, es muy cruel, hay desaparecidos, es muy fuerte eso, es mas cruel que una guerra porque es una guerra escondida y no se sabe que ha pasado con los desaparecidos, desaparecieron escritores también.
Y en ese sentido ¿qué función cumple la literatura?
Bueno no lo podemos evitar, no tenemos la fuerza para poderlo evitar. Si pudiéramos evitar el, mal el mundo se convertiría en un paraíso. Nunca entendí por que existe el bien y el mal, esas son preguntas sin repuesta. Simplemente existen, porque la vida se hace de los contrastes, la vida se hace de las oposiciones, porque de lo contrario seria el edén, el nirvana.
¿Y esas oposiciones son lo primordial en sus novelas policiales, por ejemplo?
En las novelas policiales se simplifica mucho, porque existe el mal, que es el asesino, y el bien que es la ley que lo persigue, pero primero en las novelas de la serie negra se fueron cambiando los roles, los detectives se parecieron mucho a los criminales, cosa que en la realidad sucede mucho.
¿Cómo se escribe una novela policial?¿cuáles son los elementos necesarios?
Se escribe al revés de las novelas que no son policiales que siempre tienen un final abierto, porque el final va surgiendo de la acción misma. La novela policial, lo primero que tenés que tener es el final. El final no puede ser abierto, sobre ese final cierto construís el misterio. Creo que para que la novela policial tenga fuerza y verosimilitud, hay que partir de una base cierta, de un hecho cierto que es el final. Es decir, cómo ocurrió el crimen y después te dedicás a disfrazarlo.
¿Piensa usted que las mujeres escriben el policial con motivaciones distintas a las de los hombres?
Bueno sí, claro. Pero tendrías que decir ¿las mujeres escriben distinto que los hombres?. No es solo en el policial, es en cualquier género. No me gusta ver a los escritores encasillados en el sexo, como médicos y médicas, abogados y abogadas, son profesionales para mí, lo importante es que cumplan bien con le profesión, el sexo me tiene sin cuidado.
Volviendo a Agatha Christie, ya me dijo que no le gustaba de ella, pero ¿qué sí le gusta?
Las obras teatrales de Agatha Christie.
¿Autoras argentinas que haya leído que le gusten?
No te voy a contestar esa pregunta
¿Por qué?
Porque no se puede ser juez y parte. Yo soy parte de las escritoras argentinas, no quiero convertirme en el juez.
¿Pero no tiene alguna favorita?
Como escritora profesional, Silvina Ocampo, la de más quilates me parece Silvina Ocampo. Pero además, todas. Marta Lynch, Beatriz Guido, María Esther de Miguel, todas fueron amigas mías. Entonces, están demasiado cerca los amigos para convertirte en el crítico.
¿Me puede hablar de María Esther de Miguel?
Era muy luchadora. Ella sí era feminista. Tú sabes que fue monja ella. Ella se hizo monja paulina. Muy joven, no usaban hábito, no estaban enclaustradas. Cuando la premiaron por primera vez todavía era monja paulina. Y después dejó. María Esther era muy simpática, muy luchadora. Algunos libros, como por ejemplo La historia de Belgrano, creo que no acertó porque Belgrano es una figura muy compleja, y ella no puso el problema sobre la mesa y entonces resultaba un poco manual, pero tiene libros muy buenos. Con qué coraje luchó contra el cáncer que la mató.
(c) Daniela Aspeé Venegas - Archivos del Sur
sábado, 19 de junio de 2010
Entrevista a Araceli Otamendi* por Daniela Aspée V.
(Santiago de Chile) Daniela Aspeé Venegas
Viajé a Buenos Aires el 29 de agosto y estuve hasta el 29 de septiembre del presente año. Gracias a los fondos dispuestos para tales asuntos en la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde estoy cursando mi doctorado, conseguí vivir esta aventura. El objetivo de mi viaje era conseguir el material que, lamentablemente, no llega a Chile de escritoras argentinas que han incursionado en la narrativa detectivesca. Estoy preparando mi tesis y quiero trabajar a las mujeres escritoras y representadas en la literatura policial chilena y argentina. Logré entrevistarme con varias autoras y fue una experiencia formidable. Pude adentrarme en su literatura a través de sus propias palabras. Conocer al autor no es conocer la obra, pero sí el germen de dónde creció. Esto significó mucho más de lo que pensé resultaría en este viaje. Buenos Aires tiene para mí un recuerdo literario, teñido de mujer, guardado entre las experiencias más increíbles de mi vida. La presente entrevista a Araceli Otamendi es una de las que hice para mi proyecto de tesis doctoral.
Entrevista:
¿Cómo o por qué te acercaste a la literatura?
La madre de mi padre era maestra rural, así que nací y me crié en una casa con libros. Mis padres siempre fueron muy lectores y mi padre bastante intelectual. Acercarme a la literatura fue algo natural. Primero mi padre, también mi madre, mi abuela materna también, mi tía abuela, me leían o me narraban cuentos, y cuando aprendí a leer lo hacía yo. Tuve la suerte de que mi padre leyera El Quijote o las obras de Kafka después de comer y a veces me leía párrafos de esas obras, sobre todo de El Quijote. En la mesa, durante la comida, no se podía hablar de dinero, por ejemplo y sí de libros, ése era el tema de conversación preferido. Mi madre que tiene mucha cultura musical también aportaba lo suyo, hablaba de los libros que le gustaban.
Y después, bueno, a los siete años se me ocurrió que quería escribir, y no sabía cómo, pero ya escribía poemas en la escuela, algo que llamaba la atención de la maestra y decidí entonces que escribiría libros.
Sin embargo en mi casa no tenían ningún interés en que me dedicara ni al arte ni a las letras y me impulsaron a que estudiara una carrera universitaria, preferían que tuviera una profesión liberal. Elegí Sistemas y me gradué en esa carrera porque era una carrera nueva, podía egresar más rápido de la universidad, y me incorporé enseguida al mundo laboral. Me conseguí un trabajo en un banco, yo sola y ahí trabajé durante varios años. Pero nunca dejé de leer por mi cuenta y después sí, fui a un taller a aprender a pintar con un maestro. Con la llegada de la democracia empecé a frecuentar talleres literarios, principalmente el de Mirta Arlt, quien es profesora de literatura inglesa e investigadora de teatro.
¿Qué te gusta leer?
Leo de todo. De chica leía novelas policiales, por ejemplo. Leía novelas policiales en mi casa, yo tomaba los libros y leía por ejemplo, cuentos misteriosos que finalmente se resolvían, eso me encantaba. Me los llevaba a mi cuarto y los leía sola, estaba todo el tiempo pendiente del suspenso, absorta en el misterio de un libro, eso me encantaba. Y, también otros cuentos, a mí me gusta mucho el género del cuento y la novela también, la novela latinoamericana, los autores del boom latinoamericano, Vargas Llosa, García Márquez me gustaban mucho, bueno, me siguen gustando sus novelas, sobre todo las primeras. .Me puse de novia muy joven y mi novio, el que es actualmente mi marido me regalaba muchos libros de literatura latinoamericana.
Después, leía sola a Roberto Arlt. Yo fui alumna de Mirta Arlt, durante cinco años. Como ella es profesora de literatura inglesa analicé e investigué el género policial en el taller literario que ella coordinaba y leí a varios escritores y escritoras de novelas policiales. Me gusta mucho el género policial norteamericano, la novela negra. .Y después, bueno, Borges también, me gustan mucho sus cuentos, las teorías que tiene, las sigo mucho. Esos serían mis preferidos, siempre Arlt, , Borges, Cortázar y también algo de Puig entre los argentinos.
¿Qué visión tienes de la literatura argentina actual?
Creo que en el estado actual de la literatura argentina ha incidido e incide mucho el tema de los concursos literarios, los que son por dinero. Hay novelas que ganan concursos con sumas importantes y aparecen como la gran obra y no son la gran obra. Son premios que otorgan al ganador mucho marketing y de esto hablamos en una mesa redonda en la última Feria del libro de Buenos Aires con Josefina Delgado y María Cristina da Fonseca, después se publicó una nota sobre el tema en la revista Archivos del Sur y en otra revista. Si querés que te digo qué me interesa leer de literatura argentina sigo leyendo a Cortázar a Borges y a Arlt, porque me da placer intelectual leerlos. Por ahí sí, alguna novela, cuentos de otros autores, no te puedo precisar en este momento. Lamentablemente se valora mucho el marketing. Creo que Alan Pauls es un buen escritor y también César Aira, te puedo hablar bien de la literatura de los dos.
¿Qué influencias reconoces en tu escritura?
Borges, por supuesto, está en la novela policial (Pájaros debajo de la piel y cerveza), en la trama, inconscientemente se hace presente sobre todo al final. Y Arlt también. Arlt era periodista y escritor, todos los días tenía que hacer un artículo para el diario, escribía en Crítica, en El Mundo y el oficio de periodista le dio mucho al escritor. Esas son las influencias que rescato. Y Cortázar por la actitud lúdica de su literatura y también surrealista.
¿Y mujeres? ¿No las lees, no te han influido?
Las inglesas, las escritoras norteamericanas sureñas sí, las leo.
¿Pero no reconoces influencia en ellas?
Sí, de Flannery O’Connor y de Carson Mc Cullers, porque me gusta mucho el humor negro que tienen.
Claro, en Pájaros debajo de la piel y cerveza se nota
Sí, ahí se nota mucho, creo. También me gusta leer a Patricia Highsmith, también de ella reconozco alguna influencia.
Y escritoras argentinas del género detectivesco, ¿las lees?, o mejor dicho, ¿hay algunas que te gusten?
Bueno, algunas cosas de Angélica Gorodischer... De María Angélica Bosco, también he leido aunque no reconozco influencias de ninguna de ellas. De Luisa Valenzuela me gusta su libro El gato eficaz.
Centrándonos en narrativa detectivesca, específicamente, ¿qué autores o qué obras te gustan?
Me olvidaba decirte, hay una norteamericana, Sue Grafton, que me parece muy interesante. Ella ha publicado una serie de novelas policiales donde los títulos se clasifican por el abecedario. Bueno, ella me parece una autora de novelas policiales que escribe muy bien, da gusto leerla.. No digo que me haya influenciado porque yo empecé a escribir policial antes de leerla a ella. Yo creo que más me influenció Raymond Chandler. Yo escribí mucho cuento, durante muchos años, y una vez que leí El largo adiós de Raymond Chandler, ahí se me presentó la estructura de la novela y dije ahora ya sé cómo escribir un policial. Truman Capote también me gusta mucho, A sangre fría, esa es una buena novela, realista. Los siete locos de Roberto Arlt, que lo habrá escrito en el treinta, es un policial y es una gran novela, pero creo es poco conocida en el exterior, salvo por algunas universidades, no sé actualmente si el público lee a Roberto Arlt afuera, lástima si no lo hacen porque se lo pierden. Me gusta un cuento policial de Hemingway, que se llaman Los asesinos, bastante bueno. Te citaría también a Antonio Tabucci, su novela Sostiene Pereira me parece magistral y también a Paul Auster, dos autores por los que siento una especie de fanatismo.
Bueno, con todo lo que has dicho podría concluir que la variable de lo policial que más te gusta es el género negro
Sí, el género negro. Me gusta porque se pinta bien lo que es la sociedad, como telón de fondo de una trama novelesca. Igual los cuentos de policial clásico, me gustan mucho los cuentos de Chesterton, por ejemplo. Igual que los cuentos de Borges del género también, por supuesto. Una escritora que no te nombré y me gusta leer es Silvina Ocampo. Antes estaba mal visto decir que uno leía a Silvina Ocampo, era política o socialmente incorrecto decir que una la leía, porque ella provenía de una familia acomodada. Yo la seguía de chica, siempre me gustó, no es un esnobismo mi gusto por ella, como hay ahora, que mucha gente la descubrió, después de diez años de muerta. Es una gran escritora, una de las mejores que tenemos. Soy una lectora sin prejuicios.
Te agrego dos escritoras argentinas que quiero destacar, si bien estéticamente creo que lo que yo escribo no tiene que ver con la obra de ellas , pero por su trayectoria y la cantidad de libros que han publicado han merecido un lugar importante: son María Esther de Miguel de quien fui amiga y murió en 2003 y Martha Mercader, autora de la novela histórica Juanamanuela mucha mujer entre muchos otros libros. Creo que para las escritoras más jóvenes han sido unas pioneras.
¿Cómo clasificarías Pájaros debajo de la piel y cerveza? ¿Te atreverías a decir que es una novela negra?
Yo diría que es un policial clásico, pero tiene cosas de género negro, es una mezcla. No es algo rotundo, no es un policial clásico ni es tan dura como para ser negra. La clasificaría como una novela de suspenso.
¿Y la novela que estás revisando ahora va en la misma línea?
Sí, va en la misma línea
¿Cómo influye el entorno social en tu obra?
Bueno, me gusta justamente la novela policial para mostrar la sociedad, para decir si un personaje va a tal parte, poder describir cómo es ese ambiente, otro tipo de estructuras no lo permite o no lo permite tan bien.
¿Estás diciendo que usas el género policial deliberadamente para poder mostrar, desde un punto de vista determinado, tu visión de la sociedad?
No, tiene que ir acompañado, no puede ser un policial negro o con características del género negro sólo para mostrar el entorno social. Sobre el policial, no puedo darte una receta, pero hay ciertas características que hay que respetar. Entonces, además del tema que, cuando vayan ocurriendo cosas, si es género negro al detective le van sucediendo cosas, al detective le puede pasar cualquier cosa, puede estar expuesto al peligro, y también solucionar problemas y misterios por deducción, y eso va surgiendo entre los conflictos de la sociedad que están ahí, en la novela.
¿Cuál es, entonces, esa “sociedad” que está por detrás de Pájaros?
Esa sociedad que está de telón de fondo, es donde van los personajes, donde están los personajes, es Alemania, es un pueblo de Alemania.
¿Qué es lo que criticas de algunos argentinos, porque hay personajes argentinos?
Yo diría que lo que critico es la chantada, ser chanta. El detective tiene cosas de ser un “chanta”, acá le decimos chanta al que hace las cosas más o menos, al mediocre, al que no le importa si en definitiva las cosas le salen bien. El detective es argentino y es chanta, es un detective chanta. Es un tipo que está en una oficina, en la Avenida de Mayo, que tiene casos más o menos, sin importancia, es un tipo que estuvo preso por ser acusado de matar a una mujer. Una serie de características que podría tener un detective real pero éste es inventado, totalmente inventado.
...un detective real en Argentina
Sí, en Argentina.
¿Por qué elegiste Alemania como escenario para tu novela?
Porque estuve en Alemania, en un lugar muy parecido al de la novela, años antes de escribirla.
Fui en 1987, antes de la caída del Muro. Acompañaba a mi marido en un viaje de negocios y fui con mi hijito que tendría un año. Mientras estaba allá tenía mucho tiempo para recorrer la ciudad y también recorrimos algunos pueblos del norte de Alemania, conocí mujeres, ancianas, por ejemplo, que me paraban por la calle mientras yo paseaba con mi hijo de la mano y me contaban historias de la guerra, me mostraban los bunkers, todo eso era muy fuerte para mí. Y también allá, en Hamburgo me compré una máquina de escribir portátil y me la traje en el avión pensando en la novela que iba a escribir para volcar esa experiencia. Tenía que exorcizarla.
Me llama la atención la relación de dependencia que se da entre los personajes, pero es como una dependencia en ausencia. Como Ludwig, depende siempre de la mirada de Mónica cuando ella no está, Mónica de su tía Elisa. ¿Qué me puedes decir de eso?
No sé, se dio así, no te puedo decir por qué. Mónica y Ludwig, el detective, están separados, pero ella aparece ahí, en el pueblo y lo sigue, y él a su vez siempre está pensando siempre en la mirada de Mónica. Están separados, pero en realidad nunca pueden desprenderse el uno del otro. Y la prueba está en que él después sigue con ella.
Con respecto a Mónica, ella es muy reprimida, está muy reprimida entre lo que piensa y lo que dice, por lo menos esa impresión me da a mí.
Sí, puede ser, es una visión. Bueno, hay mucha gente que es así. No puedo contestarte a eso, porque no lo pensé.
A qué se debe esa cadena de dependencia
Bueno, no lo planifiqué a propósito. Cuando uno se sienta a escribir surgen cosas que no analizás pero están ahí, y no podés entenderlas cuando las estás escribiendo. El escritor, o si querés la escritora, en mi caso escribe para poder traducirse, entenderse, no es fácil. En la literatura como en la pintura, dos artes que practico, interviene el inconsciente y ahí está lo difícil, si supiera qué voy a escribir de antemano, cómo se van a comportar los personajes creo que no escribiría.
Los personajes mujeres, también me interesaron mucho. Está Ursula, que es prostituta, la señora Engels que es una señora carente de todo...
La señora Engels vive del recuerdo.
Del recuerdo y de las vidas ajenas, porque prácticamente no tiene vida
No, porque desde que se fue el marido su vida es eso, estar encerrada, cocinar, ir a la iglesia y chismear. Hay muchos personajes así, en Alemania y en Argentina y supongo que en otros lugares del mundo también.
También la señora Brooke, amargada, y Mónica, que a mí me parece muy reprimida. No veo figuras femeninas positivas en tu novela. ¿Cuál es tu posición feminista o frente a lo femenino?
Yo creo que la mujer, en esta época, y hace ya bastante puede ocupar el lugar a la par del hombre, y mucho más todavía, ha ido ganando posiciones.
Entonces, ¿por qué estos personajes tan negativos o por lo menos infelices?
Pero vos pensá que quién escribe la novela es Mónica.
¿Y por qué no hay mujeres felices?
Lili la pintora creo que sí, que es feliz. Yo creo que hay personajes así, en todas partes, los encontramos. No te digo que no son exagerados. Con el humor negro y la ironía una exagera, pero algunas características de estos personajes las he tomado de la realidad.
A propósito de esto, ¿Qué piensas del ser mujer en Argentina hoy?
Creo que las mujeres podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, no siempre nos van a dejar, porque es una sociedad todavía machista creo, la de Argentina y el machismo existe en toda Latinoamérica, no creo que haya un país latinoamericano de donde se haya erradicado completamente el machismo, por desgracia.. Pero hay mujeres que sí, que ocupan lugares importantes, y lo veo muy bien, me parece fantástico que cada vez las mujeres podamos tener acceso a posiciones importantes, que si las mujeres quieren estudiar puedan hacerlo, y si queremos pilotear un avión y ser piloto profesional también se pueda hacer o ser astronauta o física, por dar ejemplos. El problema es de toda la sociedad. Mientras la sociedad no se feminice, mientras los varones no se feminicen, las mujeres seguirán con sobrecarga. Porque las mujeres se ocupan de los chicos, del trabajo y el estudio, y el varón en la mayoría de los casos sigue ocupándose de lo mismo que se ocupaba antes. Mientras vayamos avanzando socialmente, la mujer irá mejorando su posición. Creo que no hay ninguna diferencia, ni tiene que haberla, entre lo que puede elegir una mujer y lo que puede elegir un varón.
Y sobre esas diferencias. Por qué crees que las mujeres escritoras se sienten tan poco atraídas, en cantidad, por el género detectivesco.
Bueno, yo creo que puede ser por gusto. No sé, no podría darte una explicación.
Hay estudiosas que dicen que con el surgimiento del feminismo las mujeres vieron en el género detectivesco la manera de dar vuelta, invertir, sus bases masculinas, para usarlas en contra de estas bases. Y si tomamos esto como cierto, por qué las mujeres en Latinoamérica no usan tanto el género, teniendo este potencial de estrategia feminista.
Bueno, a mí me han dicho que mi novela es muy dura, algunos lectores me han dicho que no habían leído antes a una escritora tan dura, que yo trataba a los personajes masculinos como estúpidos. Me han dicho, también, “vos tenés un machismo feminista, porque denigrás a los personajes masculinos” y en realidad es una visión burlona, irónica. Creo que a todos los personajes los trato con ternura, se puede poner ironía y ternura, como también he utilizado el erotismo, sino la novela hubiera sido aburrida. Bueno, no fue mi intención consciente escribir esos personajes masculinos así, pero salió. Si tuviera que darte una explicación puede ser algo de lo que vos decís en tu pregunta.
¿Qué es lo que más te costó en esta novela?
La reescritura, porque tiene varias reescrituras. En fin, la corrección.
.
¿Cuál es tu método de escritura?
No tengo horarios, como tengo chicos adolescentes que están en casa, el barullo prosigue. Antes escribía de noche, cuando mis hijos eran bebés, pero ahora no tengo horario fijo. Se me ocurre un cuento, un artículo, y lo escribo.
¿Cortaste mucho la novela Pájaros...?
Sí, corregí bastante cada capítulo, saqué muchas palabras, escenas que estaban de más.
¿Te gustó tu novela?
Sí, escribí una novela que me gustaba leer. Yo escribo lo que me gusta leer, lo que me entretiene.
¿Y por eso mismo elegiste el género detectivesco?
Sí, me entretiene, leo por placer y escribo literatura por placer también.
¿La empezaste pensando que sería detectivesca?
Sí. Eso fue intencional. Es una falta de respeto al lector que un libro no sea entretenido. Por lo menos el policial siempre es entretenido.
¿Puedes hablarme un poco de tu próxima novela, Extraños en la noche de Iemanjá?
Por ahora el título es ése. Transcurre en una playa, en lugar de un pueblo, es una playa. No digo nunca el país donde están. El ambiente es bastante distinto. El detective es el mismo, por ahora.
¿Por qué ese placer por los espacios cerrados, pequeños?
Porque hasta ahora no se me ha presentado la imagen de otra cosa.. Y creo que situarlo en un lugar más chico me permite componer mejor un mundo. Hay una frase que dice “pueblo chico, infierno grande” y creo que una novela donde hay un infierno es más interesante. Por eso creo que puede ser más entretenido escribir y leer sobre un mundo cerrado donde pasen cosas.
© Daniela Aspeé Venegas- Todos los derechos reservados.
Sobre la autora:
Daniela Aspeé Venegas nació en Chile en 1980.
Es Licenciada en Letras con mención en Lingüística y Literatura hispánicas, Título recibido el año 2002. Pontificia Universidad Católica de Chile.
Está haciendo sus estudios de posgrado: Doctorado en Literatura. En curso. Pontificia Universidad Católica de Chile.
*La entrevista fue realizada en Buenos Aires en 2004. Fue publicada inicialmente en la revista Archivos del Sur.
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