jueves, 26 de diciembre de 2013

Entrevista a Consuelo Triviño Anzola


Consuelo Triviño Anzola en La Biela (Buenos Aires)



(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Conocí personalmente a la escritora de origen colombiano Consuelo Triviño Anzola  en  Buenos Aires en noviembre de 2013. El escritor colombiano Guillermo Camacho, director de la revista www.auroraboreal.net que edita desde Dinamarca, nos presentó.
Consuelo Triviño Anzola reside en Madrid desde 1983 donde se doctoró en la Universidad Complutense con una tesis sobre José María Vargas Vila, tema de su novela La semilla de la ira - Máscaras de Vargas Vila publicada primero por la editorial Seix-Barral en Colombia y  por la editorial Verbum (España) recientemente. Trabaja en el Instituto Cervantes. Entre la docencia y la investigación, ha colaborado en prestigiosas revistas especializadas y en suplementos literarios en España. Está vinculada al Instituto Cervantes desde 1997. Como narradora ha publicado Siete relatos, Prohibido salir a la calle (novela), El ojo en la aguja (cuentos), José Martí, amor de libertad (biografía), La casa imposible (cuentos), La semilla de la ira (novela, 1ª ed., Bogotá 2008), Una isla en la luna (novela) y Letra herida (cuentos). Relatos suyos han sido traducidos a otras lenguas e incluidos en numerosas antologías y en revistas de reconocido prestigio internacional, como Puro cuento, Caravelle, L ´Ordinaire Latinoamericaine, Barcarola y Torre de papel, entre muchas otras. La crítica más exigente ha valorado la profundidad de su prosa y su tersa escritura, lo que la sitúa entre las voces narrativas de mayor proyección en el contexto de la más reciente literatura en lengua española.
La entrevisté en el bar La Biela, ubicado en el barrio de Recoleta,  a raíz de su novela La semilla de la ira - Máscaras de Vargas Vila. Además de hablar de la novela, Consuelo Triviño Anzola se explayó sobre diversos temas: la literatura, los escritores....

Entrevista

Araceli Otamendi: - ¿Cómo se te ocurre escribir esta novela La semilla de la ira?
Consuelo Triviño Anzola:- La verdad es que esta novela se me impuso en el momento cuando  menos lo esperaba, porque la época modernista la conocía como investigadora y también en la parte de docencia en el capítulo que yo enseñaba de la literatura hispanoamericana que es el que más me gustaba y por supuesto ha sido un campo de mi especialidad. Vargas Vila fue el tema de mi tesis doctoral, lo que pasa es que Vargas Vila para mi fue una figura bastante contradictoria en el sentido de que parte de lo que yo trabajé para la tesis, sus novelas, aunque en su época fueron novelas muy leídas, para mi fueron novelas bastante flojas y luego tenía el estigma de ser un panfletario que la izquierda había recuperado en los años 80 por su antiimperialismo. La parte que menos conocí de Vargas Vila y en la que menos trabajé es la parte más interesante que es la parte como crítico literario y la parte de sus epigramas,sus aforismos, entonces, claro, me encargaron a mí escribir un cuento sobre un escritor en París a finales del siglo XIX y entonces empecé a recordar que Vargas Vila había llegado a París en 1899, me sentí viviendo intensamente la belle époque y salió un cuento muy fluído que me gustó escribir  tanto, tanto que no pude parar y seguí escribiendo capítulos y más capítulos  y la novela se fue haciendo de manera muy fluída, después de veinte años de haber presentado mi tesis doctoral.
Pues yo ya no quería saber nada de Vargas Vila ni del modernismo y había empezado a trabajar otras líneas y a escribir sobre otras cosas,  pero la novela tal vez, a lo mejor hice la tesis doctoral porque probablemente en mi destino está en que iba a escribir una novela sobre la belle époque y sobre Vargas Vila y a lo mejor lo que hice es cumplir un mandato. Porque después de veinte años cuando ya no quería saber nada sobre el tema me surge  esta novela que me produjo muchísimo placer y me reivindicó a mi con algo que no había sentido como escritora porque yo me sentía parte de esas escritoras que padecen la escritura, que les cuesta muchísimo trabajo  llegar, que cuando terminan un libro se preguntan si ha merecido la pena tanto sufrimiento, tanta inseguridad y con este libro ha sido todo satisfactorio, fue plenitud, le agradezco a este libro darme esa oportunidad, que se puede sentir muchísimo placer de escribir.

A.O. - ¿Esta novela fue publicada primero en Colombia?

C.T.A.-: Sí, se publicó en Seix- Barral. En esta editorial que es del Grupo Planeta había un par de editores que tenían muy buen olfato para la literatura, sabían lo que era escribir bien y entonces las dos novelas que yo he publicado en Colombia, que son mis dos novelas más importantes: Prohibido salir a la calle y esta novela La semilla de la ira, las envié como cualquier persona que envía su original y recibieron un buen concepto y las publicaron. Estoy muy contenta de que las cosas se hayan dado de acuerdo a como yo pienso, que haya habido una valoración del libro y que me lo hayan publicado. Por La semilla de la ira me dieron unas regalías y un adelanto importantes, cosa que no suele ocurrir, pero el libro tuvo promoción cero.
Los seis primeros meses La semilla de la ira fue un libro muy vendido, en las editoriales ocupó el tercer lugar, pero eso no fue suficiente para que los editores hicieran una segunda edición ni que hicieran ninguna promoción, porque el tema del marketing lo manejan con otros criterios y no son los propios editores los que deciden. Entonces publicar este libro en España este año,  con el sello editorial Verbum es darle una segunda oportunidad al libro. Y además como se puede conseguir en e.book y  en diferentes formatos, pues ya no existe la barrera, las alambradas que separan a los países y que impiden la circulación de nuestros libros, ese problema ya no existe, cualquier persona se puede bajar el libro mediante pago desde cualquier lugar del mundo y eso es una ventaja.
A.O.: - ¿Vargas Vila estuvo en Buenos Aires?
C.T.A.: - Sí
A.O. -¿Qué pasó?
C.T.A.:- Sí, este viaje es maravilloso porque yo escribí sobre Buenos Aires sin conocerla, y entonces venir acá, el sitio donde él llegó, me va a costar mucho trabajo, ponerme en la piel de Vargas Vila, porque fue mal recibido por la prensa. Entonces el poeta Lugones dirigía la prensa, pues hubo un silencio bastante ofensivo que contrasta mucho con la cantidad de gente que lo fue a recibir a él al puerto. Hay una foto muy famosa de Vargas Vila en el puerto de Buenos Aires y parece ser que el hotel donde él se alojó estaba lleno de personas, ncluso gente que hizo trabajos, estudios y libros sobre la obra Vargas Vila aquí. Pero lo que fue la prensa oficial, los grupos de poder  literario de entonces hicieron silencio. Cuando vino Vargas Vila, si fue en el 23 ya Borges había publicado Fervor de Buenos Aires, con lo cual la estética y el gusto de la época había dejado atrás el modernismo, como algo que ya era algo del pasado. Probablemente los escritores más vanguardistas de la época estarían escribiendo bajo otro influjo y a Vargas Vila lo consideraban, pues, un autor demodée.
A.O. - ¿Qué repercusión tuvo la obra de Vargas Vila en Borges, por ejemplo?
C.T.A. - Con posterioridad a la Historia Universal de la Infamia, Borges le hizo un elogio muy importante a Vargas Vila, porque ha dicho "Vargas Vila es el autor de la injuria más brillante que conozco". Y es una injuria dedicada  a Santos Chocano que decía: "Los dioses no permitieron que Santos Chocano deshonrara el patíbulo muriendo en él. Ahí está vivo después de haber fatigado la infamia". Entonces dice Borges: que es la infamia más brillante de la literatura latinoamericana y probablemente de la literatura universal. Borges se ocupó de Vargas Vila y si escribió esas tres líneas era por algo, probablemente. Influencia sí que tuvo porque fue el autor más leído en lengua española. Tú sabes que tuvo mucho que ver el éxito de Vargas Vila con el auge de la industria editorial española a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, porque se crearon muchas colecciones populares que se distribuían en México y en Buenos Aires; pues era Barcelona- Madrid- México- Buenos Aires el circuito editorial. Y entonces, claro, por eso el modernismo pudo ser un movimiento internacional, además gracias a  la industria editorial española y a todas las filiales en América Latina. Por otro lado porque fue un momento muy importante porque ingresan al mercado del libro como lectores los obreros, las amas de casa, la clase trabajadora, los anarquistas, entonces hubo un aumento considerable del número de lectores y esa parte  también es como la infraestructura que posibilita el fenómeno de Vargas Vila, un fenómeno de lectura. Y de contagio porque muchos fueron los suicidios según se cuenta,  algunos podrían ser verdad, otros pertenecen más a la leyenda, de mujeres y de hombres que se suicidaron después de haber leído Ibis, esa novela de Vargas Vila donde un joven rapta una novicia, luego la pervierte y donde después está un maestro aleccionando sobre el peligro que representa la mujer. Y hay una página donde dice: "si la mujer te ha dominado o  no puedes vencerla, mátala o mátate". Unos agentes de policía de Panamá decían "las razones de nuestros  suicidios se encuentran en la página 266 del libro Ibis de Vargas Vila". Todo esto aumentaba la leyenda de Vargas Vila y por otro lado hay cosas de Vargas Vila que la gente ignora. Tuvo vinculaciones con la Logia masónica, tú sabes que Darío se hizo masónico, consiguió el apoyo de los masones, Martí también tuvo el apoyo de los masones. Había ahí una cosa subterránea internacional que contribuía también al éxito y a potenciar la influencia de las figuras que colaboraban en forma soterrada con los proyectos que ellos emprendían. En el caso de Martí fue la independencia de Cuba. En el caso de Rubén Darío era ayudarle a sobrevivir en medio de cierta cosa tanática que había en él porque el alcoholismo en él era feroz, pero un poco para mantenerle ahí y todo lo que fue la promoción de esa gente. A Vargas Vila no le faltó ese tipo de  apoyo pero él lo menospreció porque confiaba demasiado en que ya él ya no necesitaba eso porque él como escritor ya vivía de sus libros. El presumió siempre de eso pero eso fue verdadero. Y Vargas Vila estuvo muy metido en temas de la Unión Panamericana, definiendo los límites de Centroamérica con Nicaragua, lo consultaban muchísimo, Martí contaba mucho con él. Le pedían colaboración para arengar a los trabajadores, entre quienes  él conseguía dinero para la campaña de guerra. Fue muy amigo de Darío y Vargas Vila contribuyó para que a Darío le dieran cargos diplomáticos, cuando ya estaba él en una situación bastante difícil. Digamos que poder político podía tener cierta influencia en lo que eran los liberales radicales. Fue amigo de Montalvo, fue amigo de los más importantes. Rodó, lo apreciaba muchísimo, Manuel Ugarte también. Todos esos escritores que fueron los críticos del modernismo que recogieron y recrearon ese período nuestro de las letras, lo valoraban muchísimo. Lo que pasa es que en Colombia hubo una tendencia a menospreciarlo. La Iglesia lo demonizaba, y por otro lado la cultura oficial echó tierra sobre Vargas Vila, hizo burla de él y yo crecí bajo  esa influencia, ese menosprecio hacia Vargas Vila  ya que leer a Vargas Vila era considerado de mal gusto. Y hay todavía quien me dice a mi que escribo como Vargas Vila y yo no escribo como Vargas Vila. Yo escribo mejor que Vargas Vila y es verdad, realmente escribo mejor, novelas por supuesto que sí.  Ahora los rasgos de lucidez y la brillantez que tiene, pues no, El huerto de silencio, todos esos aforismos de él, no, porque eso es lo que hace que él sea único.
A.O. - Vamos a pasar a otro tema, cuál es tu feeling con otros  escritores, colombianos, por ejemplo García Márquez ¿cuál es tu opinión sobre su literatura?
C.T.A.: - Muy poco feeling con él, digamos que los cuentos de Ojos de perro azul me encantaron, me marcaron a mi, digamos que mis primeros cuentos que están recogidos en La casa imposible - porque no están todos ahí - sí están muy marcados por ese libro de García Márquez. Pero también por los cuentos de El jorobadito de Roberto Arlt, porque lo conocí afortunadamente en los años finales de los 70 y a principios de los 80 en la universidad. Cortázar obviamente marcó más a mi generación, nos tocó el boom y descubrimos lo mejor de la literatura latinoamericana y a mí Cien años de soledad no es un libro que me impacte demasiado y que yo hubiera querido seguir. La corriente del realismo mágico me resulta chocante, no me siento identificada, me siento mucho más identificada con Onetti, con Sabato. Eso que erróneamente llamamos literatura urbana.
A.O.: - Nombraste recién a Arlt, ¿cuál es la influencia de él en tu literatura?
C.T.A.: - Pues sus cuentos, los cuentos de Roberto Arlt. Cuando él incursiona en  la clase media y la muestra  con todos sus conflictos, todos los problemas de la clase media, los prejuicios, cómo él los va desmontando, esa ferocidad que él tiene.
A.O.:- Sí, Arlt tiene mucha ferocidad en lo que escribe.
C.T.A.: - Esa ferocidad que usa y que va como despellejando, él lapida, va rompiendo todos esos mitos, eso influyó en muchos de mis cuentos. De García Márquez, Cien años de soledad no me impactó pero cuando celebraron los 25 años de Cien años de soledad tuve que leer como muchos escritores algunos trozos de la novela y sí que reconocí que había una musicalidad y había una maestría y hay algo en él que es más poético que otra cosa. Lo que pasa es el manejo que hace de los personajes García Márquez me parece tan superficial comparado con lo que pueden llegar ser los personajes de Onetti, la complejidad de los de Onetti,  pero es una cuestión de gustos.
A.O.: - Onetti es un gran escritor y todos los que has nombrado son grandes escritores, para mí, esa es mi opinión.
C.T.A.: - Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez, me parece brillante. En cambio las últimos libros que ha escrito García Márquez me parecen muy pobres. Yo creo que tal vez  no debería haber escrito Memorias de mis putas tristes, me parece un libro muy malo. Lo comparan con Kawabata y eso me parece un insulto porque yo he leído a Kawabata y no tiene nada que ver con ese libro. Más importante para mí fue El perseguidor de Julio Cortázar. Y más importante para mí fue El túnel, de Ernesto Sabato. Y es más yo inicio a mis alumnos en la literatura latinoamericana con El túnel, me gusta mucho para leer cuando tienes 14 o 15 años.
A.O.: - Esos personajes digamos obsesivos, conflictuados de Sabato...
C.T.A.:- El túnel me gusta mucho para leer cuando tienes 14 o 15 años, igual que El lobo estepario. Esas eran mis lecturas en la universidad, las que me llevaron a escribir. Empiezas a escribir porque lees...cuando dices al leer: creo que esto es como si yo lo hubiera escrito, entonces cuado un escritor te hace sentir eso es maravilloso.
A.O.:- Pasando a otro tema ¿en qué año fuiste a vivir a Madrid?
C.T.A.: - En 1982, me matriculé en la Universidad Complutense para hacer estudios de doctorado. Desafortunadamente y afortunadamente tuve la beca del Ministerio de  Asuntos exteriores que me permitía quedarme hasta que terminara la tesis. Yo iba para quedarme un año y terminé quedándome más de 5 años. Entonces cuando volví a Colombia ya me costó muchísimo adaptarme, aunque trabajé en la universidad dando clases durante 3 años en las universidades, no vi un momento para escribir. Entonces decidí volver a Madrid con la única intención de  encontrar un lugar donde yo pudiera escribir. Y pude escribir porque tengo un trabajo que me da la autonomía económica que me lo permite.
A.O. : - El trabajo en el Instituto Cervantes...
C.T.A.: - Sí, yo trabajo ahí, afortunadamente-
A.O.: - ¿Cuál es tu trabajo ahí?
C.T.A.:- Me ocupo de divulgación y recojo y envío información relacionada con el mundo académico, todo lo que tiene que ver con el hispanismo internacional, desde una unidad que se llama Unidad del Hispanismo.
A.O. : - Ese es el trabajo que te permite vivir y escribir.
C.T.A.: - Sí, antes trabajé en el Centro Virtual, yo formaba parte de la gente que creó ese centro y que aportó todos los contenidos que hay. Puedo decir con orgullo que toda la parte de la cultura latinoamericana, tuve bastante que ver con eso,  lo hicimos con mucho cariño, en una época era posible llevar a cabo todos nuestros proyectos. Esa fue una época muy bonita, pero me cambié de esa área y trabajo más con temas de hispanismo.
A.O.: - Otro tema: ¿de qué lugar de Colombia sos?
C.T.A.: - De Bogotá, estudié en la Universidad Nacional, que es una universidad del estado, estudiar ahí te hace diferente y a ella debo toda mi formación. Cuando yo llegué a España con 24, 25 años yo ya estaba hecha, consolidada como persona, con un equipaje intelectual que es con el que seguí, ya tenía una formación sólida, humana e intelectual que de educación formal. He tenido muchos vacíos también, pero he aprendido muchas cosas en España. Esa estructura de mi mente, y la forma como que yo asumo, veo, la orientación crítica que yo tengo  ya la llevaba de la universidad.
A.O.: - ¿Viajás seguido a Colombia?
C.T.A.: - Sí, voy todos los años porque tengo familia. Tengo a mi madre muy mayor, y ella también va a Madrid. Pero ya está muy mayor y hay que ir a visitarla.
A.O.:- ¿Esta es tu primera visita a Buenos Aires?
C.T.A.:- Sí, era una asignatura pendiente, hace muchos años que tendría que haber venido. Lo que pasa es que tengo que decidir entre ir a ver a mi madre a Colombia  o ir a otro lugar. Una parte la dedico a ella y otra a hacer este tipo de viajes.
A.O.: - ¿Hay algo más que quieras decir?
C.T.A.: - Para mí llegar a Buenos Aires es una ciudad que conocí en la literatura como conocí a Nueva York en el cine.
A.O.: - Conocés mucho nuestra literatura...
C.T.A.:- Claro, tengo la literatura adentro, me faltaba venir y pisar su suelo, pero ya tenía a Buenos Aires en la cabeza.
A.O.: - ¿Qué relación tenés entre lo que has leído de nuestra literatura  y lo que estás viendo?
C.T.A.: - Le encuentro más parecido a Madrid y a otros sitios de Europa que a otra cosa, si llegas aquí es una ciudad que no te resulta ajena, de alguna manera te recuerda trozos de lo que hay en Europa. Me impresiona sí la parte espacial, las proporciones, tú te sientes aquí en esas avenidas tan grandes, con esos árboles enormes, me habían hablado del gomero, es una especie de ficus enorme,  (en la plazoleta de la Biela), aunque como yo soy latinoamericana hay cosas de la vegetación que no me impresionan, me impresionan más las proporciones de la ciudad, es que Bogotá es una aldea al lado de esto.
A.O.: - Buenos Aires es una megaciudad, después de San Pablo, en América del Sur, es la ciudad más grande.
C.T.A.: - Muy grande, pero no sólo porque sea grande, porque Bogotá es también grande, sino el urbanismo lo que impresiona.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur