jueves, 10 de enero de 2013

Entrevista a William C. Gordon

foto: William C. Gordon (c) Marcelo Lombardi


(Buenos Aires) Araceli Otamendi


Conocí al escritor norteamericano  William C. Gordon en Buenos Aires hace unos años cuando vino a raíz de la publicación de una novela policial: Duelo en Chinatown. Luego, cuando salió publicada su segunda novela, El rey de los bajos fondos,  lo entrevisté vía correo electrónico también para la revista Archivos del Sur. Posteriormente, presenté junto a William C. Gordon y el editor Alberto Troisi, de Ediciones Océano, esa novela policial en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. En diciembre de 2012, el escritor vino a Buenos Aires con motivo de la publicación de otra novela policial: El enano. Acerca de este personaje, el enano que da título al libro, William C. Gordon había escrito una primera novela que mantuvo guardada en un baúl, aconsejado por su esposa, la escritora Isabel Allende. Pero el personaje de Dusty Schwartz, el enano, no dejaba tranquilo al autor, quien se decidió finalmente a sacarlo a la luz en una nueva novela. En esta nueva entrevista, William C. Gordon cuenta qué fue lo que lo motivó a escribir la novela y la conexión del personaje del enano con la figura de su padre.


Entrevista a William C. Gordon 

Pregunta:-  ¿Qué lo motivó a escribir la novela El enano? ¿por qué puso como personaje a Dusty Schwartz, el enano?

Respuesta:- Cuando escribí mi primera novela, hace más de diez años, el enano era uno de los personajes. No sé por qué escribí sobre un enano en ese momento, pero así salió. Cuando Isabel, mi esposa, leyó la novela, me dijo que niguna mujer en su sano juicio iba querer acostarse con ese personaje, que no le gustaba el libro y que mejor sería que me dedicara a escribir novelas policiales, ya que soy abogado y sé bastante de leyes, delitos, investigación forénse, etc. Entonces me convenció de guardar esa primera novela en el baúl de nuestro dormitorio y seguí su consejo de dedicarme al género policial. Pero no puede dejar de pensar en el enano. El personaje se me quedó adentro.

Pregunta:- Nuevamente, como en otras de sus novelas policiales, aparecen  Samuel Hamilton el periodista, Melba la dueña del bar y el escenario de China Basin de San Francisco, ¿por qué elige ambientar la novela en el mismo lugar y usar personajes ya conocidos?

Respuesta:-  Porque San Francisco es una cuidad encantadora y misteriosa, muy conveniente para la literatura. Es pequeña, tiene historia, hay gran diversidad, cuenta con todos los elementos que yo necesito para ambientar a mis personajes. Quiero que mis posibles lectores se familiaricen con la ciudad y con mis personajes. Como dijo Thomas Wolfe, el escritor puede escribir muchos libros,  pero siempre cuenta una sola historia.  Mi personaje Samuel Hamilton comienza como un vendedor de avisos en un periódico y en cada libro se va desarrollando como ser humano. Melba, en cambio, es siempre la misma, no crece de libro a libro.

Pregunta:-¿Cuánto hay de realidad y cuánto de fantasía en su novela y en sus personajes?

Respuesta:- A Melba no tuve que inventarla. Ella y yo fuimos dueños de un bar por 25 años, era tal cual aparece en mis libros, no tuve que cambiarle ni un pelo.  Otros personajes se basan en personas reales, pero casi siempre los cambio un poco. Las descripciones de San Francisco se ajustan lo más posible a la realidad.

Pregunta:- ¿Qué conexión hay entre el personaje Dusty Schwartz y su padre?

Respuesta:- Metafóricamente Dusty es mi padre. El era un predicador carismático y brillante, pero torturado.  Descubrí que por eso no podía descartar al pobre enano de mi primera novela: me recordaba a mi padre.

Pregunta:- La novela transcurre en los años `60 en San Francisco, ambientada en el interior de  las comunidades beatnik y gay, ¿cómo sería una novela policial que transcurriera en la época actual en ese lugar, qué habría de distinto?

Respuesta:-Recuerdo perfectamente los años 60 en San Francisco, no me cuesta nada describir la ciudad como si estuviera paseando por ella en esa época. Por supuesto que era un ambiente muy distinto al de ahora, pero siempre fue de vanguardia, liberal, un poco extravagante. Hay muchos escritores que cuentan esa época en San Francisco, por ejemplo Jack Kerouac y Tennessee Williams y entre muchos otros.

Pregunta:- El personaje del enano estuvo guardado durante años, sin publicarlo, por sugerencia de su esposa, la escritora Isabel Allende. ¿Qué dijo ella cuando usted le dijo que quería publicar un libro con ese personaje?

Respuesta:-  Lo echó a la broma. Isabel sabe que al final siempre me salgo con la mía.  No le hice caso con el enano y ella entendió que para mí era como una obsesión. Tantos chistes hace Isabel en público sobre mi enano, que al final ha sido muy buena publicidad, porque algunos lectores comenzaron a esperarlo. Confío en la fuerza de mi personaje. Cuando publiqué Duelo en Chinatown en 2006 la gente me preguntaba si era mi primer libro y yo explicaba que era el segundo, que en un baúl de mi casa había otro sobre un enano pervertido, entonces todos querían saber más de él.

Pregunta:-  ¿Hay algún escritor norteamericano contemporáneo  o de otro país que lo esté influenciando para sus novelas?

Respuesta:- Yo diré que no. Los escritores que me influyen son del pasado. Por exemplo William Sommerset Maughm, Earl Stanley Gardener, Dashell Hammett, Raymond Chandler, Conan Doyle.

Pregunta:- Y el cine ¿qué influencia tiene en sus obras?

Respuesta:- Antes creía que el cine no era importante en mi escritura, pero pensándolo bien, me doy cuenta de que las películas en blanco y negro, especialmente el Cinema Noir, han sido una poderosa influencia.

Pregunta:- La inmigración  es un tema recurrente en sus libros, ya que como abogado trabajó con los inmigrantes defendiéndolos, ¿cree que sigue siendo un tema muy de actualidad? ¿incide eso a la hora de escribir?

Respuesta:-  Era importante en los años sesenta y es más importante en la actualidad, porque el número de inmigrantes hispanos ha aumentado mucho, las condiciones han cambiado poco. El trabajador ilegal es la mano de obra barata que esta sociedad necesita, pero es tratado como basura, ésa es la realidad. Cuando hay crisis económica, como ahora, lo tratan diez veces peor. Los empleadores están muy satisfechos cuando llegan los inmigrantes en busca de trabajo, porque les conviene, les pagan menos que a cualquier americano, pero cuando falla la economía les echan la culpa de todo y quieren deportarlos.  Asi pasa en todo el mundo. Es una vergüenza. 

 (c)Araceli Otamendi - Archivos del Sur

crédito de la fotografía: Marcelo Lombardi - gentileza: William C. Gordon