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viernes, 8 de marzo de 2024

Entrevista a Christopher Fasoli artista multifacético


Christopher Fasoli 


(Buenos Aires) Araceli Otamendi 

 Christopher Fasoli es un artista multifacético, se dedica a las artes plásticas, a la curaduría de arte, a la música, la literatura, y también a la comunicación.

Actualmente  es el Coordinador general del Museo de Arte Contemporáneo de La Boca MARCO, y el Jefe de Comunicación de este museo y también del museo  Campo  de la Fundación Tres Pinos ubicado en Cañuelas.

Recientemente viajó a la Antártida para realizar un video que combina música y artes plásticas. En ese continente misterioso y durante el viaje registró imágenes visuales y sonoras.

Está dedicado a las políticas culturales y a hacer accesible el arte al público en general,  a los niños y estudiantes de escuelas y en el caso del museo MARCO donde se realiza la entrevista, facilitar el acercamiento de los vecinos del barrio al museo, objetivo que se logró.

También trabajó en el área de Derechos Humanos en la Provincia de Buenos Aires, y a través de ese trabajo visitó a personas en situación de encierro en cárceles e institutos psiquiátricos. Esta experiencia lo inspiró además para hacer arte.

Atento a las palabras que pueden provenir de frases escuchadas por casualidad como  de un grafitti  o cartel en la calle, Christopher Fasoli las registra para apropiárselas y convertirlas en arte.

La entrevista se puede ver en el siguiente enlace:

https://youtu.be/ZMYYmJZlSQk?si=d7l3WivsSJtF3L3C

 

 Otras entrevistas se pueden ver en:

https://www.youtube.com/watch?v=fTFQTpIBY5E

https://www.youtube.com/@revistaarchivosdelsur7121

https://www.youtube.com/@revistaarchivossur1819/featured

https://www.youtube.com/watch?v=09ko19rSa30

https://www.youtube.com/watch?v=vVFGb9a4ee4


jueves, 25 de junio de 2015

Entrevista al escritor José Viñuela

 

(Buenos Aires)

 
José Viñuela Mondín nació en Resistencia, Chaco, en 1965. Hijo de Adolfo Viñuela, locutor y periodista de vasta trayectoria -locutor del ISER, trabajó en LT5 Radio Chaco y también en Radio Nacional - Resistencia  y canal 9 de la Provincia del Chaco - y de Adolfina Mondín, poeta y y primera mujer periodista de la Provincia del Chaco - detenida durante la última dictadura militar y obligada después a vivir lejos del lugar donde vivía, tenía su familia y trabajaba - José Viñuela pronto se inclina por los medios de comunicación como su profesión.
En 1984 inicia su carrera como locutor en LRA 26, Radio Nacional. En 1993 produce y conduce los programas Chicos y chicas y VETEVE en el canal 9 de la televisión de Resistencia. Entre 2009 y 2011 se desempeña como docente titular de Práctica Integral de Radio en la filial Chaco de ETER (Escuela Terciaria de Enseñanza Radiofónica). A lo largo de su carrera obtuvo ocho nominaciones de APTRA y tres premios Martín Fierro, además del premio FUND-TV por el contenido educativo de sus programas. Actualmente conduce Palabra por palabra en Radio Libertad, es director de G4 CREARE S.A. y gerente de Relaciones Públicas de GHIGGERI EMPRESAS. El pacto publicado por Emecé es su primer libro.
El libro es una historia de amor entre una abuela y su nieto, y también un pacto entre esos dos seres que cobra sentido después de la muerte de la mujer. Es también una historia real, una búsqueda del amor y de la felicidad.
Más cerca de los sueños y de las emociones que de los hábitos y obligaciones insatisfactorias, el libro cuenta una historia real, hecha de renuncias, desarraigos, encuentros, despedidas, odios y amores.

¿Es la libertad la puerta a la felicidad? ¿Hay otro destino que el amor? ¿Tiene sentido atarse a relaciones, hábitos y obligaciones insatisfactorias? ¿Qué pasaría si dejáramos atrás lo que no nos hace felices y fuéramos detrás de nuestros sueños? son las preguntas a responder en esta historia.


Estas son algunas de las cosas que dijo José Viñuela en la entrevista:

"Vengo de una familia de intelectuales"

"Cuando más intelectual es una persona menos espiritual es y más problemas tiene en la vida "

"A la casa de mi vieja iba Borges, a él no lo conocí. Me invitaron al cumpleaños 90 de Borges, Borges ya había muerto, en el café literario de Sánchez de Bustamente y French, estuve con María Kodama, estaba Graciela Borges, un montón de gente, les puedo decir con seguridad que no conocí a ninguno que sea feliz, no conocí a ningún intelectual feliz"

"Es la búsqueda del amor"

"Es una gran historia de amor, es una gran aventura, es una manera digna de vivir la vida"
ver entrevista en YouTube:
 
 https://youtu.be/ZAzWpn7AD3Y

 
 
 

lunes, 5 de agosto de 2013

Entrevista al escritor Fernando López

Fernando López


(Buenos Aires)

Fernando López nació en San Francisco, Córdoba. Ha escrito varias novelas y relatos con temática policiales: Un corazón en la planta del pie; El mejor enemigo (premio latinoamericano de narrativa de la Universidad de Colima, México, en 1984); Odisea del cangrejo (primera finalista del premio Planeta argentina 2004) y su continuación Áspero cielo, ambas publicadas en Cuba; Bilis negra y El enigma del ángel. Le fue otorgado el premio Casa de las Américas en 1985 por su novela Arde aún sobre los años, publicada también en Cuba y Alemania. Varios de sus cuentos fueron incluidos en antologías, diarios, revistas y suplementos de Argentina, Chile, Cuba, México, España, Suecia, EE.UU e Israel. Además de escritor, Fernando López es abogado y se desempeñó como juez. Presentó recientemente en Buenos Aires su última novela policial No te rías si me muero, editada por Raíz de dos, junto con los escritores Leonardo Oyola y Horacio  Convertini. 
Conocí a Fernando López personalmente en 2012, en la Feria Patagónica del Libro y Provincial del Chubut realizada en Gaiman. Junto con él y Leonardo Oyola participé de una mesa donde hablamos de literatura policial. 

Entrevista a Fernando López

Araceli Otamendi:-¿Cuándo y cómo nace tu interés por la literatura? ¿cuándo empezás a interesarte por la literatura policial?

Fernando López:- Mi interés por la novela policial nace simultáneamente con el interés por la lectura, a partir de los 12 años. Mi padrino me regaló el primer libro que leí fuera de los textos escolares y desató mi voracidad. Los primeros autores que cayeron en mis manos fueron Salgari, Verne, Stevenson, y enseguida Poe. Más adelante Dashiell Hammet, Mac Coy, Walsh, Patricia Highsmith, luego Borges, Agatha Christie, Simenon, en fin, varios centenares de autores que modelaron mi gusto por la lectura del género.

A.O.: -¿Qué autores del género policial preferís leer? ¿por qué? ¿y autores que escriban acerca de otros temas? ¿qué autores te inspiran más?

F.L.:- Además de los que ya nombré hay muchísimos otros autores de novela negra o de temática policial. Los hay en todos los países, sería interminable hacer una lista que por otro lado sería incompleta. Me gustan mucho las novelas con detectives. Claro que leo a otros autores, me intereso por los jóvenes y los latinoamericanos. Y un autor que fue determinante en mi decisión de escribir fue Onetti.

A.O.:- ¿Cómo nace el detective Philip Lecoq? ¿por qué lleva ese nombre? ¿es un detective atípico? Philipe Lecoq tiene pareja estable y familia, está dentro de un sistema, ¿es un detective de novela negra o de enigma, o de misterio?  

F.L.:- Es un personaje utópico: un detective nacido en los suburbios de una gran ciudad cuyo nombre es Felipe Gallo y adopta el afrancesado por sugerencia de su mujer, la Yési, una ex prostituta adolescente (ella 16, él 22 en la primera novela) que abandona el oficio cuando Felipe abandona la delincuencia menor. La Yési lo convence de que con ese nombre tendrá una clientela más importante, lo que por cierto también es ilusorio. Y decide ser detective porque no sabe hacer otra cosa, entusiasmado por una publicidad que ve en la basura en una revista de comics.

A.O.:-¿Quiénes son los ex-convictos de Esperanza sin muros que aparecen mencionados en la novela No te rías si me muero?

F.L.:-En realidad aparecen desde el comienzo de la saga, en Falsa rubia con tacones y seguirán apareciendo en la mayoría de los episodios, que en principio serán 10 si todo va bien, y eventual- mente pueden ser más. La cooperativa de ese nombre existe y podés encontrar su página en Facebook, claro que las historias que cuento y los lugares son todos imaginados, en una Córdoba que tampoco es fácil de reconocer.

A.O.:-¿Por qué en esa novela hay un personaje, un escritor que escribe la historia de Philip Lecoq? El narrador está en primera persona ¿pero no es Lecoq? ¿quién narra?

F.L.:- Hay un escritor fantasma porque Philip no sabe cómo se escribe una novela. Apenas sabe leer. Cuando CQ, otro ex convicto que trabaja como “ave negra”, le recomienda la lectura de novelas con detectives y le presta varios títulos (ver Falsa rubia…), prefiere ver películas y series de televisión. Así va aprendiendo el oficio. Y es por sugerencia de CQ (apócope de Cara Quemada, un homenaje al Isidro Parodi de Borges y Bioy) que Philip contrata al escritor y le va contando las historias que considera más importantes: aquellas después de las cuales la Yési engendró a alguno de sus hijos.

A.O.: -Con tu experiencia de abogado y ex-juez ¿aplicás algo de los conocimientos del mundo policial, de las leyes y de la cárcel en las novelas que escribís?

F.L.: -Sí sí, por supuesto, pero además me informo sobre todo lo relativo a las tramas puntuales y a los personajes que aparecen. Cada novela implica una ardua investigación pero también hay mucho trabajo basado en la intuición. Cito una curiosidad: en el 5to. episodio (inédito aún) de Philip Lecoq, la trama transcurre casi toda en el penal de máxima seguridad de Bower, que hasta el momento en que lo escribí no conocía. Un amigo que tiene un familiar detenido leyó el borrador y me asegura que la descripción es exacta. Esto puede parecer extraño, pero no lo es: la ficción es un territorio creado por la imaginación y puede sorprendernos. Emilio Salgari describió maravillosamente las selvas de la Malasia y jamás salió de Italia.

A.O.: - ¿Cuánto hay de realidad y cuánto hay de ficción en tus novelas? ¿te inspirás en personas reales?

F.L.:- Jeje, 10 % de realidad, 90 % de ficción. Me inspiro en mi propia experiencia y a veces tomo caracteres de personas reales para convertirlas en personajes, como ocurre con los ex convictos de Esperanza Sin Muros. Algunos (pésimos) lectores han creído encontrarse en alguna de mis novelas (por ejemplo en Odisea del cangrejo). Eso me divierte mucho.

A.O.: -¿Qué dificultades y qué ventajas encontrás en escribir novelas policiales?


F.L.:- Ninguna en especial, encuentro las de cualquier escritor que escribe cualquier género.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur

martes, 23 de julio de 2013

Entrevista a Iván Manuel Gazzo

Iván Manuel Gazzo

(Buenos Aires)

Iván Manuel Gazzo (Junín, Provincia de Buenos Aires, 1990) es escritor y cineasta, egresado de la Universidad de la Punta, San Luis. Actualmente y desde el año 2002 vive en la Villa de Merlo, Provincia de San Luis. Ganó recientemente el concurso Todos los juegos organizado por la revista Archivos del Sur con el cuento Te lo prometo, en la categoría menores de 30 años.
Está ejerciendo su profesión hace ya un año con cortometrajes y proyectos audiovisuales comunitarios. Escritor de cuentos, poesías y relatos; por terminar su primer libro de literatura "Radiante amanecer del Virus". Actualmente Finalista del certamen internacional y nacional "Mis escritos" con dos obras, una de poesía y cuento respectivamente.
Para leer el cuento en el blog de narrativa, entrar en el siguiente enlace:
http://archivosdelsurnarrativa.blogspot.com.ar/2013/07/te-lo-prometo-ivan-manuel-gazzo.html

Entrevista

Araceli Otamendi:-  ¿Cómo surgió tu interés por la literatura? ¿y por el cine?

Iván Manuel Gazzo:- Mi interés por la literatura surgió desde muy joven, más bien pequeño. En mis comienzos del colegio pedía en la biblioteca libros de poesía, leía, me interesaban muchísimo; sabía que era una lectura diferente y me transportaba. Le hecho de que en mi casa había revistas, libros, música desde Chopin hasta Rock Nacional, siempre fue el trasladar la lectura, los inventos, la historia universal, el camino del hombre y de la humanidad es un rastro que me coloca en escribir. Y por el cine surgió luego, más allá de que veía películas de animación, había películas que veía en mi adolescencia que surgieron como inspiración tales como “Cinema Paradiso” “The Wall” “Apocalypse Now”, Etc. Trabajó mi mente como para abrir mis puntos de vista, y así generar una revolución.

AO.:- Además de escribir también estudiaste cine y trabajás en cine, ¿cómo conjugás la literatura y el cine? ¿escribís los guiones también?

IMG:-También estudié para cine y estoy trabajando sobre ello, sí. Soy guionista y narrador audiovisual y escribo para Cine. Justamente, trabajar en las dos áreas diferentes y en dos lenguajes artísticos, ocasionó que busque la fusión. Como se verá, la literatura que escribo tiene estructura por momentos de Guión, tales como el formato, o diálogos, etc. Entonces, me imaginé que quizás sea una evolución de un lenguaje por descubrir, amo el misterio así que creo que está inscripto e impregnado en mí. Ya he escrito siete cortometrajes, dos mediometrajes y un largometraje durante la academia de la Universidad, mientras que ahora he producido y escrito tres cortometrajes más.

AO.:- ¿Qué escritores argentinos y de otros países te influyeron? ¿a quienes te gusta leer?

IMG.:-Escritores argentinos…, el que más me ha influido es Cortázar; seguido de la ironía de Fontanarrosa, y lo fabuloso y racional de Borges. Es una mezcla. Creo que me apasionan en ya tocar las primeras palabras, en los mundos que crean a través de lo cotidiano. De otros países recuerdo que el que más me gustaba leer era Julio Verne, y no sólo por lo que escribía sino también por su historia personal. He leído a Shakespeare, García Márquez, Benedetti, etc. Una mezcla importante, creo que es mi ideal “la fusión de las ideas”. Me gusta la literatura Latinoamericana.

AO.:- ¿Cuál es el género que más te gusta escribir: poesía, cuento, novela? ¿por qué?

IMG.:-Las tres, justamente porque intento mezclar estructuras, formatos y géneros que condicionan a cada uno; creando algo diferente, atractivo y poético. No es mi intención escribir obras extensas, mi idea es que el joven adolescente pueda interesarse por obras pequeñas, ya que de a poco hay que incluirlo y hacerlo llevar minuciosamente a un mundo diferente, infinito y que de pronto termine. Cosa de que luego siga buscando.

AO.:-Y en cine ¿qué directores te gustan más? ¿quiénes te influyeron?

IMG.:-Los directores que más me gustan son Godard, Orson Welles, Coppola, Fritz Lang, Hitchcock, Fellini, y muchísimos más. Me influyeron sobre todo los directores de la época dorada del cine Hollywoodense, años 60’. Dónde la Industria ya convenía a masas y se hacía excelente cine. Tales filmes como “Vértigo” de Hitchcock. Últimamente el cine de Hollywood vive, a mi modo de ver, una falta de originalidad en la estructura clásica, dejando de innovar en el qué se quiere decir y no tanto en el cómo decirlo.

AO.:¿Cómo ves el panorama literario actual?

IMG.:-Lo veo tratando de resurgir, hay muchos escritores argentinos intentando escribir y buscando la forma de publicarlo y así seguir creciendo y evolucionando. Es mi caso.

AO.:-¿Y el panorama del cine? ¿te preparás para competir en festivales?

IMG.:-El panorama de cine es muy interesante, muchos jóvenes buscan aprender de cine y crear. Quizás no hay mucha originalidad, pero se intenta de a poco. Mi idea es, pronto, empezar a dirigir y escribir cine para Festivales sí. El año que viene además de ya haber terminado mi primer libro, la idea es comenzar con el primer largometraje.

AO.:- El lugar donde naciste, Junín y el lugar donde vivís actualmente, Villa de Merlo, ¿Influye en lo que escribís o filmás?

IMG.:-Si, y muchísimo. Son mi pasado y presente respectivamente. Mi imaginación vuela en los dos caminos, en los dos paisajes. Hay muchas miradas, muchos viajes entre medio. Historias de gente que he escuchado, mientras la fusión de las dos ciudades existe en los cuentos. 

AO.:-Qué otras actividades desarrollás además del cine y la literatura

IMG.:-Otras actividades que desarrollo es la música, soy cantante y armoniquista de Rock & Blues hace ya 6 años, he tenido diferentes y variadas bandas de tributos y estilos propios. He ejercitado la actuación en Teatro, la cual me gusta mucho, la interpretación y representación. Además ayudo, hoy día, a mi padre en su arte que es tallar a mano raíces autóctonas de los árboles de las sierras Comechingones, logrando el tallado de aves de la zona. En el caso de él, es un artista y merece ser visto de la mejor manera a nivel nacional. Quizás el tener que vivir el día a día en un mundo que te come si no sacás el dinero para comer, no deja que hagas obras de arte, las cuales se han hecho y se harían muchas más, pero se han vendido para vivir; obras únicas e irrepetibles. Y la actividad que practico día a día es disfrutar cada momento, mi filosofía de vida. Aprender del sabio, caminar y respirar. Escribir mi imaginación y filmar mis ilusiones.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur





jueves, 27 de junio de 2013

Entrevista a Darío Cortés

Darío Cortés 



(Buenos Aires)

Darío Cortés (Quilmes, 1978) es actor, dramaturgo, director y docente de teatro. Se formó en actuación con Helena Tritek y Norma Aleandro. Actuación y dramaturgia con Javier Daulte y en guión de Tv y Cine con Gustavo Malajovich. Técnicas audiovisuales de actuación en La Central de Cine de Madrid y con el director de cine Eduardo Milewics.
Como actor trabaja en programas de Tv y publicidades de España y Argentina.
En 2007 en España crea la compañía Le Frick Teatro, presentándose en el teatro off madrileño como actor, dramaturgo y director con sus obras “Discotheque” y “Desmesura” premiada en el Festival de Teatro San Juan Evangelista 2010 y seleccionada en varios festivales europeos. En el festival de teatro LGTB 2010 presenta “La Estrategia del Escarabajo” y ese mismo año “Encadenados”.
Obras destacadas en Argentina: “Cachondos” (su primera obra) que se mantuvo en cartel diez años, “Pechito Argentino”, “La bella Durmiente POP”, “Fuera de Quicio” y “Desmesura” Nominada a los Premios Estrella de Mar 2012 – Mejor Obra Off”. En 2012 dirigió “SMS” (basada en “Off Corrientes”, escrita por Campanella y Castets).
“Alfonsina” y “Oliverio” fueron estrenadas en Mar del Plata en los años 2012 y 2013 respectivamente con notable éxito de público y crítica, valiéndole a Cortés sendas nominaciones a los Premios Estrellas de Mar y el Premio Mundo T como Mejor Autor Teatral por “Alfonsina”, presentada en varios puntos de Argentina y seleccionada por el Ministerio de Educación de la Nación.
Actualmente reside en Buenos Aires donde trabaja como actor, dicta clases de actuación y dramaturgia, y dirige los proyectos de su compañía Le Frick Teatro.

En el mes de Julio estrenará su obra Oliverio en el Teatro SHA.


 Entrevista a Darío Cortés por Araceli Otamendi 

Araceli Otamendi:- ¿Cómo se inicia tu interés por el teatro? primero actuación y después dramaturgia y dirección? Empezaste a estudiar en la Escuela de Bellas Artes Carlos Morel en la ciudad de Quilmes, y después ¿cómo seguiste? ¿Qué maestros, autores te inspiraron?

Darío Cortés:- Yo recuerdo un flechazo, una primera vez con el teatro en donde quedé capturado por él. Era muy chiquito, no estaba preparado para conocer un amor tan grande. Recuerdo que tenía unos 6 años y unos vecinos que tenían entradas en el teatro Colón para una opereta infantil basada en Hansel y Gretel no pudieron ir y les dieron las entradas a mis padres y fuimos con mis hermanos, no era muy común ir al teatro en mi familia, soy de una familia de trabajadores y obreros, pero eso fue algo único para mí, me acuerdo que quede fascinado, los personajes por efectos especiales volaban, cantaban, decían hechizantes palabras, cuando terminó no me quería ir del teatro y desde ese día no paraba de hablar de eso, hasta que mi hermana a los 10 años me inscribió en la escuela de Bellas Artes de Quilmes, ahí además de estudiar una especie de conservatorio para niños con varias materias, debuté enseguida en el elenco oficial municipal con una obra de Manuel González Gil, necesitaban un actor gordito y gracioso y justo caí yo. Primero el deseo por actuar, luego escribir y después dirigir mis propias obras. La escritura apareció de tanto leer, me la pasaba leyendo autores dramáticos, Tennessee Williams, Lorca, Shakespeare, de acá Storni, Girondo,  entre otros y empecé a escribir, ahí apareció la inspiración. No paraba de mirar películas clásicas y escribir textos de poesía, teatro y novelas. Quedé fascinado con Marlon Brando, Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Billy Wilder, John Huston, Alfred Hitchcock.
Más tarde me mudé a Capital estudié con Norma Aleandro, Raúl Serrano, algunos seminarios y más tarde con Javier Daulte, mi maestro de dramaturgia y actuación. Actualmente entreno mi actor con Helena Tritek. En los últimos años me inspiraron mucho Sarah Kane, Mike Bartlett, Steven Berkoff, Tony Kushner y los japoneses Murakami y Mishima.


A.O.:-Una parte de tu carrera la desarrollaste viviendo en España, ¿cómo fue la experiencia allá?   ,

D.C.: -Muy enriquecedora, me permitió ver otras formas de hacer teatro, trabajé con actores con los que pude transitar una búsqueda muy profunda en las formas, en el enfoque de la interpretación, en la búsqueda de la verdad y la investigación, en general el actor europeo está acostumbrado a trabajar el despliegue, los recursos de producción y la eficacia o lo clásico en un sentido algo conservador, por supuesto hay excepciones y vi maravillosos y revolucionarios trabajos. Yo llevé a mis actores y alumnos por un camino de búsqueda y experimentación, persiguiendo un resultado pero muy atento al proceso, a la verdad, a la profundidad, al trabajo, a la insistencia, acá estamos más curtidos con la tenacidad.
Viví y trabajé 5 años allá, fue una gran experiencia para mí. Mi primera obra fue “DISCOTHEQUE” que es mi obra mas violenta y agresiva, no tiene nada que ver con la sensibilidad que plantean las otras, además fue mi presentación al público madrileño ya que actuaba, dirigía y la escribí, trabajé el acento neutro para mezclarme con esa particular idiosincrasia española, después estrené “DESMESURA” que fue una obra que no hizo más que regalarme alegrías y buenos momentos en festivales y en las temporadas que realizamos. Di clases, tomé clases, hice una pequeña gira por el interior de España con una de mis obras y fue todo maravilloso. Hay menos teatro que en Buenos Aires, pero vi cosas muy interesantes en varias ciudades europeas, dentro del circuito comercial y del off.


A.O.:-En la Argentina nuevamente, ¿qué fue lo que te interesó como director y actor llevar a la escena?

D.C.: -Volví a mi país cuando recién se aprobaba la ley de matrimonio igualitario, pienso que eso generó un gran revuelo y un avance en algunos sentidos para nuestra sociedad, y por eso decidí retomar mi teatro aquí estrenando “DESMESURA” porque además de las pasiones sin medida, la obra habla del teatro y del deseo… y me dije: qué mejor forma de volver a hacer teatro acá y hablar de todo esto. También me interesaba seguir investigando en ese espacio de experimentación único y sorprendente que es el teatro independiente. Vinieron proyectos como “ALFONSINA”; “SMS” de Campanella y Castets que un grupo de actores me ofreció dirigir y después “OLIVERIO”. Y cumplí  un sueño que era editar mis textos de teatro en formato libro. Además de todo estoy más cerca de la gente que quiero y después de haber extrañado tanto también me doy cuenta que Buenos Aires es el mejor lugar del mundo para hacer teatro.

A.O.:- ¿Cómo ves la movida teatral actual con tantas obras que se estrenan en Buenos Aires?

D.C.:-Desde que tengo uso de razón siempre hubo mucho teatro en esta ciudad. Es increíble la cantidad de obras que se estrenan constantemente y las largas temporadas que realizan algunas, en algunos casos sigo viendo más interesante el trabajo de creadores independientes que del circuito comercial, pero también es una alegría enorme saber que muchos colegas se forjaron en el off y hoy están a cargo de grandes espectáculos de primera línea comercial, me gusta esa convivencia, me sigue pareciendo única la cartelera de teatro aquí. Me preocupa un poco la ausencia de dramas y tragedias, y que las temáticas ya no giren en torno a los trabajadores y a los obreros, a las problemáticas sociales, a los contenidos y a las ideas, pienso que no puede faltar un Chejov en cartel nunca, ni un Brecht. Me preocupa cuando el teatro se vuelve “show solamente”, prefiero el teatro de ideas, el de las no franquicias. Y que siga siendo un fenómeno único nuestro teatro.


A.O.:-Próximamente estrenarás Oliverio en el teatro SHA ¿en qué te inspirás para esta obra? textos de Oliverio Girondo, música de The Cure, cine de Tim Burton ¿qué tienen en común con tu personaje? ¿cuál es la oscuridad de esos autores y artistas que reúne Oliverio?

D.C.:-Yo pienso que Girondo era extraordinario, un adelantado, un arriesgado, un avanzado, un niño de alta sociedad que se favoreció de ello para viajar, formarse, leer todos los libros que quería, editar su primer libro a los 20 años, hacer presentaciones de sus obras vestido de espantapájaros, un artista distinto, lleno de humor, profundidad, locura, oscuridad, te estoy hablando de muchos años atrás, por eso me parece admirable. Yo cada vez que escucho su voz en el CD de “EN LA MASMEDULA” me da la sensación de escuchar un Vincent Price nuestro, una especie de Cristopher Lee porteño y todo eso me lleva a Tim Burton, que conocía todo este universo y lo manifestaba en su cine, hay algo de todo esto que quedó en mi imaginación, estos referentes me divierten y tenia ganas de hacer un espectáculo solo, experimentar en este desafío, de puro riesgo, desafiarme a mi, transitar un camino mas histriónico, mas exigido y heterogéneo interpretativamente, utilizar los cruces estilísticos y literarios, en pocas palabras quería llevar a escena todas las cosas que me gustan, y creo que eso es lo mas noble y honesto que podemos hacer: divertirnos primero nosotros, que nos guste la idea porque es importante hacer lo que a uno le gusta, nunca salen bien las cosas en donde uno hace lo que esperan los demás. Es una obra divertida, pero llena de ideas, de capas, de intelectualidades y de realidad coloquial. Creo que algo de eso tiene la vida, por eso es una comedia con realismo mágico.


A.O.:-En tu obra Alfonsina, que recrea el personaje de la poeta, se mezclan también proyecciones de cine, música, poesía. En Oliverio ¿apuntás a un espectáculo que combine todo eso?

D.C.:-No apunto a un efecto, no me interesa la eficacia en el teatro, busco mi verdad, busco ser fiel con el universo que estoy evocando, y si se trata de un artista que además admiro trato de indagar en su mundo y proponer una impronta que sea mía,  no especulo con lo que me parece mejor para provocar algo. En realidad esos géneros que mencionás son los que siempre me alucinaron, pero los combino y los pongo sobre la mesa de la obra en cuestión si creo que va por ahí la cosa o enriquece la búsqueda.  Yo creo que mis obras no se parecen entre si, cada una transita caminos distintos, singularidades distintas y recursos distintos. Con “OLIVERIO” todo fue auténticamente lúdico, cada elección tiene que ver con las cosas con las que yo quería jugar en escena, con lo que podía hacer más rico e interesante mi juego. Con esta obra yo me siento como los nenes que sacan todos sus juguetes de una caja para compartir con sus mejores amigos, que en este caso es el público, un gran cómplice en cada función. Yo me divierto, ojalá todos los que vengan la pasen así de bien y si no para mi vale la pena jugar de esta manera con los juguetes que más me gustan al juego que más me gusta.



A.O.:-¿Por qué elegiste interpretar vos mismo el personaje en esta obra, al escribirla lo pensaste desde el principio en protagonizarla? ¿Es más difícil o más fácil interpretar una obra escrita por uno mismo?

D.C.:-Yo al escribir no pensé en las dificultades y los beneficios que tendría que yo la interprete, sino la escritura se vuelve condicionada por las circunstancias, yo escribí la historia de este pequeño hombrecito que vive en un mundo chiquito, encerrado, que no puede enfrentar el afuera y queda atrapado por los fantasmas del pasado y su gran enemigo: él mismo. Después dije “que bueno, esto lo quiero actuar yo, este universo es mi adolescencia, nadie lo puede jugar como yo y no pasa por hacerlo bien o mal. El teatro está conectado con el deseo, yo sentí deseo de actuar esto, de enfrentar este desafío y estar solo en el escenario no es nada fácil. Pero el teatro también se trata del vértigo y me encanta eso.



A.O.:-¿Escribís mucho teatro o también otras cosas?

D.C.:- Me gusta más escribir teatro. Es lo que más tengo escrito, me gusta el género novela y ensayo. Es maravilloso lo que puede generar en otros un texto escrito, sin embargo está parido desde una intimidad, una soledad, una singularidad tan profunda. Escribo porque leí bastante, creo que hay que leer y versionando la frase de Pina Bausch, pienso que: “hay que leer, leamos porque sino estamos perdidos”.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur 

jueves, 30 de mayo de 2013

Entrevista a Gonzalo Garcés


Gonzalo Garcés


"...Hay, de todas maneras, un problema que es inherente a la ficción, sea escrita por hombres o por mujeres, y es éste: uno de los temas fundamentales, si no el fundamental, es el sexo. Y el sexo no tiene nada que ver con la igualdad entre los sexos. Con el sexo estamos otra vez en las cavernas. Estamos otra vez en un estado primal, anterior al intercambio intelectual, anterior a la relación civilizada, anterior incluso a la idea de amistad o de camaradería. ..."

(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Gonzalo Garcés (Buenos Aires, 1974) es uno de los escritores argentinos más reconocidos internacionalmente. Recibió el premio Biblioteca Breve en el año 2000 por su  novela Los impacientes. Publicó también las novelas Diciembre (1997) y El Futuro (2003). Ha publicado numerosos ensayos y artículos en medios como Ñ, Babelia, Reforma, Brecha, Qué Pasa, La Tercera, El Mercurio, La Nación (Chile), Abitare, Ecos, Nueva Sociedad y Orsai. Artículos y cuentos suyos han sido publicados en inglés, francés, italiano, alemán y chino. Fue profesor de escritura creativa en la Universidad Católica de Santiago de Chile, donde ideó y desarrolló el programa cultural La ciudad y las palabras, que en 2011 recibió el Premio Ciudad. En 2007, el suplemento ADN de La Nación lo señaló como el autor más destacado de su generación. El mismo año fue incluido, por el jurado de Bogotá 39, entre los mejores escritores jóvenes latinoamericanos. En 2010 fue seleccionado por el prestigioso International Writers Program para ser escritor residente en Iowa City. Ha vivido en Buenos Aires, París, Gerona y Santiago de Chile. El miedo, su cuarta novela, fue publicado en abril 2012 por la Editorial Random House Mondadori.
Actualmente vive en la ciudad de Buenos Aires.
Entrevisté a Gonzalo Garcés vía internet. Le envié las preguntas y él las contestó, se incluye en esta entrevista un fragmento de una novela que está escribiendo.


Pregunta: - ¿En qué momento de tu vida decidís ser un escritor? ¿hubo influencias de tu familia, eran lectores, escribían?

Respuesta:- Eran gente de profesiones liberales, con bastante cultura literaria. En general me parece que todos los escritores empiezan a escribir por una de dos razones: o para recuperar una familia que nunca tuvieron, o para alejarse de la familia que tienen. Luis Mey, por ejemplo, es de los segundos. Yo soy de los primeros.

P.:-Has vivido en varios países, Chile, España, Francia, actualmente ¿estás viviendo en Argentina?

R.:-Sí. Es que hace un tiempo me di cuenta de que escribía en argentino. Así que ¿para qué seguir vivIendo afuera? Además, mi mujer es argentina y no podría sacarla de su barrio.

P.:-¿Cuáles fueron tus experiencias de escritor en cada uno de esos países, cómo manejás la lengua al escribir? ¿cambia el español en el que estás escribiendo al vivir en otro país, influyen otros vocablos y modismos? ¿Cómo influyó en tu escritura haber  estudiado en París?

R.: - Me hizo recuperar el idioma argentino, la entonación argentina para escribir. En Francia hay un problema de lenguaje, el lenguaje literario sigue siendo diferente del lenguaje oral, y cuando los escritores franceses tratan de reproducir el habla en sus libros en general resultan forzados, no encuentran el tono. Eso es porque llevan ya demasiados siglos de divorcio entre el beau style y el habla de la calle, quizá ya es tarde en Francia para salvar ese foso. En cambio eso no pasa con dos lenguas que conozco: el inglés norteamericano y el castellano rioplatense. Nosotros podemos combinar con naturalidad la riqueza enorme del habla coloquial y los grandes arcos y ojivas del lenguaje escrito.

P.:-¿Qué escritores argentinos y de otros países influyeron e influyen en tu obra? ¿con  qué escritores sentís más afinidad?

R.:-Sé qué escritores influyeron en la obra de Borges (la respuesta correcta es: Gibbon y Lafcadio Hearn, aunque él dijera siempre Chesterton y Stevenson). Pero decir quiénes me influyeron a mí es muy aburrido. Lo que puedo hacer, si te parece, es copiar acá mismo el primer capítulo de una novela que estoy escribiendo, y el lector puede tratar de deschavar por quién o quiénes estoy influido. La novela empieza así:

“En esa época yo estaba medio loco, o por lo menos me sentía medio loco. Había llegado a Barcelona solo, después de separarme de mi mujer, y vivía de pensión en pensión. Había cumplido treinta y ocho años. Se suponía que vivir en esa ciudad me iba a permitir trabajar y visitar seguido a mis hijos, que estaban con su madre, a trescientos kilómentros, en el sur de Francia. Pero lo que hacía en Barcelona era otra cosa. ¿Qué cosa? No estoy seguro, pero la sensación era parecida a mantener un circo en ruinas o un teatro que se viene abajo. El telón está sucio, los bastidores se caen a pedazos, y sin embargo todo mi ingenio lo dedico a no cambiar de domicilio, a seguir viviendo entre estos fantasmas.
De día salía a caminar y atravesaba la ciudad de punta a punta, desde la pensión, que estaba en la parte alta, cerca del Tibidabo, hasta el puerto. Caminaba como un loco, fumando y aguantando las ganas de ponerme a llorar o de pedir socorro. De noche me metía en la cama y miraba videos en internet hasta que el cansancio me ganaba.
Una noche que no podía dormir me vestí y volví a salir. En un cine, creo que en la calle Balmes, me crucé con unas chicas. Venían saliendo del cine y comentaban la peli. Las seguí. Se sentaron en la terraza de un bar. Empezamos a charlar de mesa a mesa. Al rato hablábamos de los males de amor de una de las chicas. Había un muchacho que la tenía loca, me explicaron, pero que la hacía sufrir mucho, ya que cada vez que ella se tentaba y se acostaba con él y se volvía a enamorar, él desaparecía. Yo le hice bromas sobre su amor malsano y le expliqué cuáles eran los riesgos de querer lo que no se puede tener. “Mi mujer ahora dice que nunca me quiso”, conté, para que todas se rieran. “Eso explica por qué estuvimos juntos nueve años.” Las chicas aplaudían y pedían más. Una, me acuerdo, me tocó el brazo y me dio las gracias por alegrarles la noche. Remarcó mucho mi nombre: “Gracias, Gonzalo”, me dijo.
Pero entonces, o un poco después, me subió una especie de náusea y me disculpé con apuro y me fui. La verdad era que no aguantaba otro minuto más. Al personaje que había representado durante la última hora y media lo sentía todavía sobre la cara. Era una cosa fría y pesada y blanda, como una máscara hecha de carne. Me vi en una vitrina: mi cara parecía flotar en el aire. Era repugnante y también era algo más. Si yo hubiera sido una persona religiosa, habría dicho que eso, esas máscaras que flotaban en la oscuridad, ese teatro donde un actor con el cráneo trepanado recitaba pedazos de una comedia y después otra, todo eso era el pecado. Pero yo no era religioso y cuando metí la llave en la puerta sólo me preocupaba administrar, hasta que alguien viniera a rescatarme, mi reserva de Rivotril.”

P.:-En una entrevista que te hicieron leí que hay personajes femeninos en la literatura argentina, como La Maga, de Rayuela, que te pareció siempre "una ignorante que se guía por la intuición", y también hablás de otros personajes de autores argentinos que tratan a las mujeres como taradas. También está Elsa, la mujer de Erdosain,  personajes de Roberto Arlt,  que es una mujer sometida y débil, que hace la valija para irse con un hombre ¿crees que estos personajes están respondiendo a los estereotipos de mujeres que se instalan según cada época? ¿y que también hay cierto machismo en la literatura argentina que no ha sido desterrado y hay miedo a las mujeres inteligentes y complejas?

R.:-No hay que reducir todo al machismo, porque es una etiqueta muy vaga y así no explicamos nada. Arlt, por ejemplo, no consideraba inferiores a las mujeres: quiso establecer una lazo de colaboración intelectual con Carmen, su primera mujer, pero no le salió, y lo consiguió un poco más con la última. Pero Erdosain, su personaje, es un hombre abandonado, lastimado en su masculinidad, y vive en una suerte de delirio compensatorio, donde las mujeres son demonios a someter, so pena de ser destruido por ellas. Decir que esto es machismo es una tontería. No es una propuesta de ley para el congreso, es el análisis de una patología. Cortázar ya sí que me parece más culpable de machismo, era un hombre más dado a generalizar, y la Maga aparece como ideal. ¡Pero qué ideal! Es el mito del buen salvaje con minifalda. Hace años que no se puede elogiar a Sabato, pero el personaje de Alejandra es mucho más interesante que la Maga. Todos se acuerdan de Alejandra por el incesto, pero si uno se fija, Alejandra tiene una mirada ácida sobre la sociedad y la gente, la ira que lleva adentro le sirve para desenmascarar imposturas, y eso es muy interesante. Hay, de todas maneras, un problema que es inherente a la ficción, sea escrita por hombres o por mujeres, y es éste: uno de los temas fundamentales, si no el fundamental, es el sexo. Y el sexo no tiene nada que ver con la igualdad entre los sexos. Con el sexo estamos otra vez en las cavernas. Estamos otra vez en un estado primal, anterior al intercambio intelectual, anterior a la relación civilizada, anterior incluso a la idea de amistad o de camaradería. Así que para hablar de sexo, para hablar de verdad de sexo, tenemos que hablar del otro, sea hombre o mujer, como objeto de deseo, como objeto de conquista, como receptáculo de nuestro esperma o proveedor de esperma para nuestra matriz. En las mejores ficciones hechas por mujeres heterosexuales sobre el sexo, los hombres son objetos, son objetos de deseo reducidos a funciones primarias y sus derivados de orden fantasmal: proveedor, violador, defensor, procreador, padre. Y está bien que así sea. Después podemos mostrar también toda la hermosa, valiosa filigrana que la cultura teje en torno a esto, podemos ponernos Jane Austen y decir “it is a truth universally acknowledged that a man in posession of a fortune must be in search for a wife”, cosa que, dicho sea de paso, ahora que la cito, es bastante brutal y primaria en su pragmatismo, podemos mostrar también cómo la inteligencia, la gracia, la nobleza, la generosidad, son cualidades que celebramos una vez que elegimos a un macho o una hembra deseables. Pero si perdemos de vista ese núcleo animal, no estamos hablando realmente de sexo.


P.:-En cuanto a la literatura de la Provincia de Buenos Aires, Ricardo Piglia me dijo una vez que había que ocuparse de esta literatura, porque es distinta a la de la ciudad de Buenos Aires y a la de las literaturas de otras regiones de la Argentina. Vos rescatás a Washington Cucurto y a Fabián Casas, y entiendo que los considerás auténticos, más fidedignos al lugar que están narrando. ¿Y qué escritores de esa tradición literaria rescatarías? te nombro a Ricardo Güiraldes, a Eduardo Gutiérrez, a Benito Lynch, por ejemplo.

R.:-Don Segundo Sombra no me gusta. Me aburre. Me parece una literatura tosca. Gutiérrez también, aunque con más vitalidad. A Lynch no lo leí. Me gusta Juan Diego Incardona. Y  Claudia Piñeiro, que habla de la otra provincia, la de los countries, me parece muy buena, aunque también me da un poco ganas de suicidarme, como todas las novelas costumbristas. Me parece que Piglia se engolosina demasiado con esa idea, que aplica también en sentido temporal, de las fronteras en la literatura. Es como cuando dice que Borges es el último escritor del siglo XIX. Suena bien, pero no significa nada. Porque en realidad no cambió la literatura cuando cambió el siglo, no hay un corte epistemológico el 1º de enero de 1900, como sabe cualquiera que no sea una señora gorda, y Piglia no es una señora gorda. Y tampoco hay un corte epistemológico en la General Paz.

P.:-También decís que hay en la literatura argentina un "querer ser lo que no se es", Borges quiere ser un orillero, Cortázar se va a París, Puig también se escapa a veces. Y que también hay como una obsesión por escribir como alguien de clase baja cuando en realidad se pertenece a otra clase social. En esto, Eduardo Galeano es claro, porque dice que si se escribe como alguien de clase baja queriendo darle voz a personajes de una clase social más baja que la del escritor, es estar mirando al personaje desde arriba y no está bien. ¿Te parece que es algo que ocurre más en la literatura argentina o se da en la literatura de otros países también?

R.:-Se da en todas partes, porque en todas partes hay escritores que nunca trabajaron con las manos, o directamente que nunca tuvieron que trabajar para ganarse la vida, y por eso tienen mala conciencia y complejo de culpa con la clase baja. Yo al escritor que escribe sobre un personaje pobre, le preguntaría: ¿esto viene de la experiencia? Pero no lo haría para pedirle credenciales de hombre del pueblo. Es que escribir sobre una cosa que no se conoce por mala conciencia genera mala literatura. Antes lo mencioné a Luis Mey. Bueno, su libro Las garras del niño inútil habla de una familia de clase media baja. Es un gran libro. Está escrito desde adentro y desde la rabia. El personaje del padre es tremendo, un hombre complejo, malo y desamparado, malo y a su manera leal, pero sobre todo malo.

P.:-En cuanto a la escritura autobiográfica, estuviste dando un taller en el Malba, ¿considerás que hay un miedo a escribir sobre experiencias propias? Y sin embargo los teóricos de la literatura y del arte dicen que los escritores se nutren de su vida y de sus experiencias, aunque elaboren  ficciones. En cambio los pintores y artistas visuales pueden nutrirse de otros universos.¿Está mal visto en algunos círculos académicos esta literatura del yo?

R.:-Lo que está mal visto en la academia es la idea de que hay una relación entre experiencia y literatura, porque la facultad de letras, igual que pasa con otras humanidades, como psicología, filosofía, historia o economía, tiene un complejo grave con las ciencias duras,  hay un deseo ardiente pero imposible en la carrera de letras, que es el deseo de ser científicos. Es imposible porque la realidad subyacente en la materia que tratan no está normada ni regularizada como la realidad subyacente en la astronomía o la química. Entonces la academia procura negar o ridiculizar el papel de la experiencia en la literatura, porque es el obstáculo más visible para convertir a la crítica literaria en una ciencia.

P.:-En tu última novela El miedo, hablás del miedo al amor o a perseguir el amor, un amor ideal, completo. Hay un ideal del amor y hay un amor más terrenal. Y a veces no coinciden. ¿No será que la literatura instala una idea del amor que es muy difícil que exista?

R.:-La cultura, en conjunto, instala una idea imposible del amor. El ideal de amor ardiente y eterno que inventaron los trovadores hace imposible el amor. La cultura de supermercado, que presiona todos los días para comprar el nuevo modelo, vuelve imposible el amor. Hasta nuestra longevidad vuelve imposible el amor, que biológicamente está mejor adaptado a individuos que se enamoren a los veinte años, procreen hasta los veinticinco y mueran a los veintinueve. Que a pesar de todo eso el amor ocurra habla bastante bien de nosotros, o de nuestra terquedad.

P.:-Leí que te casaste hace muy poco tiempo, con una escritora, ¿cómo es la relación entre dos escritores? ¿se comentan lo que escriben o cada uno se guarda lo suyo?

R.:-Agostina no es escritora, ni quiere serlo. Es una buenísima lectora, y también una buenísima cinéfila y una buenísima televidente y una buenísima aficionada al teatro y una buenísima localizadora de buenos restaurantes y de pasajes de avión a buen precio. Así que nuestra vida es muchísimo mejor que si fuéramos dos escritores.

(c)Araceli Otamendi - Archivos del Sur


sábado, 15 de diciembre de 2012

Entrevista a Sergio "Maravilla" Martínez, boxeador y escritor


Sergio "Maravilla" Martínez

Sergio "Maravilla" Martínez presentó su libro Corazón de Rey en Buenos Aires.

"Ni la falta de un plato de comida me quitó las ganas de luchar"

(Buenos Aires) Araceli Otamendi

El campeón del mundo de la categoría medianos Sergio "Maravilla" Martínez vino a Buenos Aires en el mes de octubre a presentar su libro Corazón de Rey, editado por Hojas del Sur. Sergio "Maravilla" Martínez nació en la ciudad de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, hace 37 años.
En una conferencia de prensa en el Hotel Caesar, ubicado en el barrio de Recoleta, Sergio contestó atento y emocionado las preguntas de los periodistas de medios gráficos, radiales, televisivos e internet.  Archivos del Sur estuvo ahí en la conferencia.
Su vida fue un continuo esfuerzo, desde chico y con el apoyo de su familia logró entrenarse y llegar a ser campeón. Le gusta leer, en los ratos libres, dice, escribo o leo. Prefiere el libro La conjura de los necios de John Kennedy Toole. También dice haberse inspirado en "Cuarteles de invierno" de Osvaldo Soriano.

Estas fueron algunas de las cosas que dijo:



Acerca de la educación:

- La mejor educación es la que me dieron mis padres. El ABC de la vida me la dieron mis padres, después supe poner un pie delante del otro para crecer. La lectura y escribir, pasa por uno mismo. Uno tiene que luchar por lo que desea. Desde que leí "Cuarteles de invierno" de Osvaldo Soriano sabía que iba a escribir sobre boxeo.

Acerca de los sueños


- Pregunta: - ¿Qué sueño te faltaría cumplir?

- SMM:- Como boxeador venir a la Argentina a pelear en la Argentina el próximo combate. Después, en la vida, intento ser feliz. Si uno busca la felicidad, todo pasa por el corazón. Soy afortunado, encontré mi propia identidad, lo que buscaba es lo que soy, más allá de ser Sergio Martínez. Para por ese lado, hay que ser feliz nada más.

- Pregunta: - Sos ahora campeón mundial, escribiste un libro ¿para cuándo plantarás un árbol y tendrás un hijo?

- SMM:- No tengo pensado tener un hijo, si quiero ser padre voy a intentar ser el mejor, como soy el mejor boxeador. Hoy en día ¿qué vida le puedo brindar a mi hijo? No tengo tiempo, vivo entre aeropuertos.
- Pregunta:- Este paso de tres días, se acerca al combate que vas a hacer en la Argentina

- SMM: - Tal vez en el mes de marzo, va a ser muy difícil en un sitio abierto. El combate se va a organizar, no sé si va a ser en River.*

Acerca de escribir y de los libros

- Pregunta: -¿Qué temas buscás en los libros?

- SMM:- Leí La conjura de los necios de John Kennedy Toole, creo que es un cachetazo a la vida, un libro excepcional . En mis ratos libres escribo o leo. Cuando no escribo estoy leyendo.

-Pregunta: -¿Tenés alguna rutina para escribir?

- SMM:- A la noche me siento delante del ordenador y muchas veces las ideas no aparecen. Por ahí me pasa que me acuesto a dormir y me despierto media hora después, me pongo a escribir y salen relatos.

- Pregunta: - ¿Cómo aparece Quilmes - tu ciudad- referenciada en lo que lo que contestás, en lo que escribís?

- SMM:- A Quilmes la llevo en el corazón, gran parte de mi vida está en Quilmes, hago siempre mención de mi ciudad. Si no hubiera nacido en Quilmes no sería la persona que soy. Creo que Quilmes es parte de mi soporte.

La tecnología

-Pregunta: - ¿Cómo te llevás con la tecnología?

- SMM:- Me llevo bastante bien con la tecnología, las redes sociales acercan a quienes están lejos y alejan a quienes están cerca.

Los apoyos, la familia
- Pregunta: - Hablaste del apoyo que te brindó tu familia. En un momento hablaste de tu padre, que no te dio todo el apoyo que hubieras necesitado y también de personas que te tiraban para atrás.

- SMM:- Si te digo mil veces que me dijeron "no vas a poder" me quedo corto. Pasa por el corazón y la mente que tengo. Tenía las ideas y también tenía condiciones y capacidad para ser lo que soy. Ni la falta de un plato de comida me quitó las ganas de luchar. "Yo quiero una oportunidad, porque yo hago el resto", decía. "No tenés dinero, cómo querés ser campeón  del mundo" me decían. Mi familia puso un granito de arena, era gente que lo hacía con el corazón. Fuí siete años monaguillo, aprendí eso del amor al prójimo. La libertad no es hacer lo que uno desea. Hay gente que desea matar gente. Si yo tengo una persona enfrente y puedo hacerlo sonreir, eso me  hace muy feliz.

Sergio Maravilla Martínez terminó la conferencia y leyó emocionado un fragmento de su libro Corazón de Rey.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur

*según informaciones publicadas en distintos medios posteriormente, la pelea en la Argentina se realizará en el mes de abril de 2013.



martes, 30 de octubre de 2012

Entrevista a Manuel Soriano

Manuel Soriano

Manuel Soriano nació en Buenos Aires en 1977, es abogado y escritor,vive en Montevideo desde 2005. Ha publicado el libro de cuentos La caricia como método de tortura (2007), la novela Rugby (2010), Las aventuras de Jirafa y Perrito – Premio Concursable del Ministerio de Cultura, (Uruguay) ,2011 y el libro de cuentos Variaciones de Koch, que obtuvo el Premio Nacional de Narradores de la Banda Oriental (2011) y que ha sido publicado recientemente por la editorial Alfaguara.
En el año 2011, el cuento de Manuel Soriano La vida y la muerte de Lärs Kinsky resultó finalista en el concurso Historias de inmigrantes organizado por la revista Archivos del Sur.
Entrevisté a Manuel Soriano vía correo electrónico, desde Buenos Aires.

Entrevista a Manuel Soriano

"...Por supuesto que tengo el control sobre la narración, pero hay que estar dispuesto a perderlo en los momentos en que aparece algo parecido a la inspiración..." 

(Buenos Aires/Montevideo)

Araceli Otamendi:- ¿Cómo se gestó la escritura de los cuentos de Variaciones de Koch? Empezó por el personaje, Koch, por una situación, ¿o pensó el libro en general, antes de escribir cada cuento? ¿qué fue lo que le inspiró escribir este libro?
Manuel Soriano:- Tenía tres cuentos escritos cuando me di cuenta de que el protagonista tenía algo en común. A pesar de vivir en circunstancias distintas –familia, pareja, país, profesión- el personaje central tenía un espíritu y un patrón de conducta similar. Recién en ese momento se me ocurrió hacer un libro de cuentos con variaciones de un mismo personaje. Así nació Koch, aunque el nombre apareció más tarde. Después vino el premio de Banda Oriental y la publicación.


A.O.: - Quisiera saber si la lectura de algunos escritores norteamericanos lo han influenciado, para escribir estos cuentos de "Variaciones de Koch, y también qué otros escritores lo han influenciado en su obra, en general.

M.S.:- Sin duda. Los cuentos de Carver, Cheever o Salinger, por nombrar tres. Todos ellos tienen una voz que unifica a los cuentos, transformándolos en una obra interconectada y compleja. También me deslumbró un escritor menos conocido llamado Cristopher Coake, un libro de cuentos llamado “Estamos en problemas”. Y el noruego Askildsen, otro que te deja con la boca abierta.

A.O.: -Ya que menciona a Carver, Salinger y a Askildsen, autores que he leído, ¿con la escritura de cuál de ellos se siente más identificado? ¿qué es lo que le interesa de cada uno?

M.S.:-: Obligado a elegir, diría que "Nueve cuentos" de Salinger en con el que más me identifico, pero mañana podría decir otra cosa. De los tres admiro la precisión, el lenguaje sin adornos, la atmósfera, los finales sin trucos o golpes de efecto, los personajes que fuman y toman y no dicen lo que piensan.

Específicamente:

De Salinger: el manejo del diálogo.

De Carver: la atmósfera, el humor muy pegado a la tristeza.

De Askildsen: la forma de hacer avanzar la narración, las relaciones familiares, el mundo interno y privado de cada personaje.


A.O.:- Koch es un personaje que vive apurado, me pareció, muy de esta época y que a veces se arriesga a vivir situaciones como las del cuento "Doble cabina". ¿Cómo hizo para escribir cuentos con este personaje, sintió cuando escribía que el personaje tenía vida propia o el narrador siempre tenía el control?

M.S.:- Al escribir los cuentos, sentía que el protagonista tenía un pulso propio. A veces lo dejaba encerrado en medio de un problema para luego ver su reacción. Lo que los hermanos Cohen llaman “pintarse contra una esquina”. Por lo general Koch es más propenso a la acción mental que a la física. Por supuesto que tengo el control sobre la narración, pero hay que estar dispuesto a perderlo en los momentos en que aparece algo parecido a la inspiración.

A.O.:- A veces los cuentos del libro se ambientan en Montevideo, otras en Buenos Aires, ¿lo pensó premeditamente antes de escribirlos o se le presentaba el paisaje mientras escribía? ¿Esto tiene relación con que actualmente vive en el Uruguay?

M.S.:- Sí, hace siete años que vivo en Montevideo, por lo que es natural que los cuentos pasen en Buenos Aires y en Montevideo. Y también en una zona intermedia que en el libro no tiene nombre. Incluso los cuentos que se van a otros país, como “Doble Cabina” o “London Archer”, siguen teniendo una pata en el Río de la Plata.

A.O.:- Aparecen en los cuentos muchos problemas de las relaciones entre hombres y mujeres en la actualidad, esto se refleja en el personaje Koch y también en las mujeres que lo acompañan, en distintas situaciones. ¿Cree que el personaje vive con cierta extrañeza, incomodidad los cambios que se han producido en estas relaciones?

M.S.:- Me parece que Koch es un personaje que vive todo con cierta extrañeza, como si las cosas le estuvieran pasando a otro. Ya desde el nombre se intuye lo extranjero. La falta de comunicación es una constante que atraviesa los cuentos, en especial en las relaciones de pareja. Los autores que mencionaba antes son maestros en eso. Uno puede leer una página de diálogo en la que los personajes no se dicen absolutamente nada, y sin embargo el lector entiende todo, lo que están pensando, lo que en realidad quieren decir, lo que callan. ¿Cuánto se muestra y cuánto se esconde? Antón Chejov tenía la respuesta.

A.O.:- Cuando terminó de escribir estos cuentos ¿se despidió de los personajes o tal vez estén en otra obra, una novela, otros cuentos?

M.S.:- No creo que pueda despedirme tan fácil. Es probable que los escritores, a final de cuentas, tengan una sola cosa para decir, y en ese sentido, todo lo que escribo resulta, más o menos, una variación de Koch.

A.O.:- ¿Tiene algún método para escribir? ¿alguna rutina?¿cantidad de horas por día? ¿corrige mucho?

M.S.:- Me gusta escribir de mañana, en silencio, sin música, con un mate. La computadora con torre y teclado grande. Mi ideal sería levantarme, nadar dos kilómetros, y ponerme a escribir. Pero, por supuesto, eso lo puede hacer muy de vez en cuando, porque hay que trabajar y vivir. No tengo una cantidad de horas fijas, puedo pasar una semana sin tocar el teclado, rumiando cosas en la cabeza, y cuando la idea está madura me arremango y le meto sin parar. Paso mucho tiempo corrigiendo, a veces demasiado. Leo lo que escribo en voz alta, cambio algunas cosas: comas, puntos, nombres, adjetivos.
Disfruto mucho la etapa de corrección.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur
















viernes, 10 de febrero de 2012

Entrevista a Luis Gregorich* por Araceli Otamendi (archivo)



(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Luis Gregorich es escritor y periodista. Ha tenido una extensa actuación en el ámbito editorial y en la función pública. Entre sus libros hay que mencionar: "Cómo leer un libro", "El Cordobazo", "Tierra de nadie", "Literatura y homosexualidad", "Escritores del futuro", "La utopía democrática", ensayos sobre estado, política y literatura. Recientemente ha publicado "La excentricidad de Borges y Perón", que reúne notas sobre política, literatura y música. Escribió el guión del largometraje documental "La república perdida". Tradujo y adaptó Hamlet y Rey Lear de Shakespeare y Danza macabra de Strindberg representados por el elenco del Teatro San Martín de Buenos Aires. Ha ejercido la crítica por largos años en diarios y revistas de la Argentina y del exterior. Como periodista fue director del Suplemento Cultural del diario La Opinión, editorialista del diario Clarín, director del Semanario Argumento político, y columnista de las revistas Medios & Comunicación y Vigencia y Humor. Dirigió colecciones de libros y fascículos en el Centro Editor y fue Director Gerente General de Eudeba - Editorial Universitaria de Buenos Aires-. En 1988 ocupó la Subsecretaría de Cultura de la Nación, fue Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Escritores e integró el Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.



Araceli Otamendi:-¿Cuándo empieza tu vocación por la literatura?

Una vez te escuché decir, cuando te condecoraron en la Embajada de Croacia, que habías perdido tu biblioteca, la de tu infancia. Quisiera saber cómo influyó esta pérdida en tu relación con la lectura y la escritura.

Luis Gregorich:- Lo que empezó muy temprano fue mi vocación de lector. Aprendí a leer a los cuatro años (mi madre decía que a los tres, pero creo que exageraba un poco), en parte por iniciativa e interés propios, y en parte por estímulo materno. Pronto leer –y leer libros- se convirtió en mi afición principal, aun bastante antes de ir a la escuela. Por supuesto que lo primero fueron colecciones juveniles, obras de divulgación sobre mitología y ciencias naturales (curioso contraste temático), y especialmente versiones abreviadas o adaptadas de la literatura universal, de Cervantes y Shakespeare a Dickens y Alejandro Dumas. Debo aclarar que vivíamos en Zagreb, la capital de Croacia, mi ciudad natal, y que estábamos en plena Segunda Guerra Mundial, y que yo me preocupaba mucho más por mi biblioteca que por las bombas que caían, las sirenas de alarma y las huellas de la guerra (como ejecuciones públicas) en las calles. Al fin de la guerra yo tenía 6 años, y aunque no había ido a la escuela me había convertido en una especie de loro sabio que había memorizado una gran cantidad de datos y conocimientos (en su mayoría inútiles), y había desarrollado un gusto por la ficción (empezando por la narrativa de aventuras y siguiendo por el folletín social) que seguramente me dejó sus marcas. En 1947 mis padres, por diversos motivos –principalmente económicos-, decidieron emigrar de Croacia. Hubo que salir prácticamente con lo puesto, y yo tuve que dejar mi biblioteca, de 400 ó 500 ejemplares. Fue la primera gran sensación de pérdida que experimenté, y es probable que, de una forma u otra, haya tratado de reparar ese desgarramiento en toda mi vida posterior. En 1948 llegamos a la Argentina, donde empezó una nueva vida, entreverada y ardua. Me fui reinstalando en la nueva lengua, que terminó convirtiéndose en mi residencia definitiva. Y mi vocación literaria, ya más madura y consciente, se reafirmó a mediados de la escuela secundaria, a los 12 ó 13 años, con mis primeros escritos y con mi gradual descubrimiento de la poesía y la narrativa de los siglos XIX y XX. Debo reconocer, sin embargo, que no he podido revivir todavía, al menos no con plenitud, aquellos momentos de serenidad y perfección de la infancia (que para mí es lo mismo que decir mi biblioteca) en que hojeaba textos e imágenes con los personajes shakespearianos, o bien descubría coloridos cuadros de pájaros o insectos en colecciones populares de ornitología o en las obras entomológicas de Fabre.



A.O.:- En tu último libro que reúne ensayos, mencionás al escritor chileno Roberto Bolaño y al guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, como notables ejemplos de escritores latinoamericanos. ¿Por qué elegiste precisamente a ellos dos?

En cuanto a Rodrigo Rey Rosa, decís: "Ojalá las mesas de las librerías le perdonen su difícil destino de escritor latinoamericano, incómodo compatriota y nos permitan encontrarlo en el primer recorrido".

Parecería que esta frase se estuviera refiriendo a un karma: ser un escritor latinoamericano. ¿En caso de ser así, qué reside exactamente este karma?



L.G.:- No es que sean los únicos. La lengua española (en sus diversas variantes, desde Castilla hasta el Río de la Plata, desde Andalucía hasta Colombia o México) es una maravillosa cantera de talentos literarios, que hoy por hoy, según me parece, no tiene rivales, por cantidad y calidad, en ningún otro idioma del mundo. Pero quise mencionar a dos de una generación claramente posterior al "boom", y que a la vez son diferentes entre sí, tanto por su estilo como por las características de su recepción. Mientras Bolaño, prematuramente desaparecido, ya ha superado largamente la categoría de escritor de "culto", Rey Rosa, en plena actividad, todavía no la ha podido abandonar, y sufre las consecuencias del relativo aislamiento e incomunicación de muchos creadores latinoamericanos. Pero ninguna de las dos formas de clasificarlos importa más que su compartida calidad literaria. Simplemente, en este libro de notas y ensayos, quise ocuparme más de Rey Rosa porque –en nuestro país- es menos conocido y menos difundido, y en esto sí hay una especie de karma, que ni siquiera las excelentes cátedras especializadas de nuestras facultades de Letras pueden mitigar El mercado, es decir, las grandes editoriales transnacionales, dictamina acerca de qué hay que leer (y no digo que siempre se equivoque, porque a menudo promueve a muy buenos escritores), y tiene une enorme capacidad de ninguneo y ocultamiento. Por mi parte –y seguramente en esto desconozco más de lo que conozco- me gustaría mencionar también a otros escritores ya que no pude hacerlo en mi libro: por ejemplo, el colombiano Fernando Vallejo, o el mexicano Juan Villoro, o el chileno Pedro Lemebel, o el hondureño/salvadoreño Horacio Castellanos Moya. Y permítaseme también la mención de dos nombres argentinos, pertenecientes a nuestra notabilísima literatura escrita por mujeres: Hebe Uhart y María Moreno.



A.O.:- Al leer el mismo libro, cuando hablás del debate acerca de la literatura hispanoamericana que ha girado en torno a las crisis y las transformaciones del realismo, de los desplazamientos del canon, de las reivindicaciones generales del postboom y de los conflictos entre academia y mercado, más que de la pugna – más tácita que nunca -del compromiso político con la independencia estética-, hacés alusiones a las "mafias universitarias transnacionales, que escudadas en periodistas y críticos comprensivos, usaron tácticas de autodefensa e inventaron prestigios impensados".

¿Podrías aclararlo un poco más?



L.G.:- Hablo de mafias no con una significación delictiva, sino en el sentido de grupos de autoprotección, con lealtades endógenas y rechazo instintivo de los que les es ajeno. A veces los impulsos de la crítica universitaria, sostenida también por comentaristas de los suplementos literarios y las revistas culturales, contienen tanta arbitrariedad como las imposiciones del mercado. Pero es comprensible. Muy pocas veces el éxito de venta coincide con el succès d’estime. García Márquez hay pocos. El resultado es una compartimentación de la literatura en la que, por un lado (desde el mercado), vemos auspiciar meros objetos de consumo sin interés formal, y por el otro (desde la Universidad), sufrimos la exaltación de productos de seudovanguardia, vacíos de contenido.

A.O.:- Siguiendo con el tema, también decís que hay algo de rigidez en el deslizamiento entre mercado y universidad y que falta la capacidad de parodiarse a sí mismo. ¿Este último sería el caso del escritor chileno Roberto Bolaño? Él utilizaba el humor para referirse al mundo de los escritores, al mismo mundo al que él pertenecía.

L.G.:- Esa es, efectivamente, una de las carencias que advierto en el rico panorama literario hispanoamericano, incluyendo a la Argentina: la dificultad para tomarse a sí mismo (es decir, al mundo de los escritores e intelectuales, con sus prejuicios y endiosamientos) no demasiado en serio, visión crítica que ha ejercido notoriamente la narrativa inglesa. Y desde ese punto de vista, es efectivamente Roberto Bolaño quien más se ha arriesgado en una visión poco piadosa de sus congéneres (y con ello, tácitamente, de sí mismo).

A.O.:- Entre los escritores latinoamericanos destacás a Roberto Bolaño y a Rodrigo Rey Rosa. Creo que la escritura de cada uno de ellos es muy distinta. Se dice que Bolaño es un heredero de Borges, en cambio Rey Rosa, creo que tiene un lenguaje más independiente y más ligado en los temas a su país de origen, Guatemala. ¿De quien sería heredero Rey Rosa?

L.G.:- Rey Rosa, además de ser un escritor con un tono propio, es heredero también de Borges y, por lo mismo, de la narrativa y el ensayo de lengua inglesa, con su búsqueda de concisión, precisión y falta de sentimentalismo.

A.O.:- Pasando a otro tema del libro, la música, ¿qué ocurre con los espectáculos musicales después de John Cage y 4´33´´? ¿John Cage caerá en el olvido y Mozart se seguirá escuchando dentro de doscientos años?

L.G.:- En realidad, una de las tesis centrales de mi último libro, visible o escondida en muchas de sus páginas, es que la cultura humana –y dentro de ella, la literatura- obra por acumulación y no por exclusión. De tal modo, las obras de Mozart se seguirán escuchando, pero también el silencio que propone Cage en 4´33´´. Somos omnicreadores y omniconsumidores. A lo sumo podrá haber, como lo hubo siempre, arte de mayorías y arte de minorías. Pero aun este último conservará su aspiración a expandirse, y aun el arte de mayorías reivindicará sus ingredientes aristocráticos.

A.O.:- También mencionás a Rimbaud, "muere sin saber que era Rimbaud", según afirma Alain Borer. ¿Crees que esto era realmente así? ¿O Rimbaud eligió otra vida, para olvidarse de que era Rimbaud?

L.G..- Rimbaud, como les ocurre a tantos otros chicos con sospechas de vocación literaria, me hizo descubrir, como en una iluminación, el sentido de la lengua poética. Por eso es uno de mis invulnerables modelos, aunque creo que él mismo no se habría interesado en un papel así. En este último libro mío que vos comentás aparecen también otras lenguas, otras voces -fácilmente discernibles-, que fui incorporando a lo largo de los años, y que me enriquecieron y dieron placer, además de mejorar –tengo la esperanza- mi percepción del mundo y de los otros. Por eso suelo decir a los amigos que se trata de un libro que, pese a su dispersión y variedad algo confusa, me representa acabadamente. Y si te contesto así, indirectamente, la pregunta acerca de Rimbaud, es porque creo que muy pocos, a excepción de unos pocos elegidos que lo saben desde un comienzo, sabemos lo que somos realmente, y creo que Rimbaud no lo supo o no lo quiso saber. Lo mismo da.


*Entrevista originalmente publicada en la revista Archivos del Sur
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