Héctor Borda y Javier Claure C. (de izq. a der.) |
el poeta Héctor Borda |
(Estocolmo) Javier Claure C.
Héctor Borda Leaño falleció, a los 95 años a la una de la madrugada del día miércoles 26 de enero, en la ciudad de Malmö (Suecia). Sin ningún género de dudas, Borda Leaño ha sido uno de los grandes poetas de Bolivia y un orgullo para Oruro, la ciudad que lo vio nacer. Fue miembro del movimiento poético “Gesta Bárbara”. Ha publicado varios poemarios y ha obtenido dos veces el “Premio de Poesía Franz Tamayo”. Primero en 1967 por su poemario “La Ch’alla” y en 1970 por su poemario “Con rabiosa alegría”. En 2010 el Estado Plurinacional de Bolivia, le otorgó la medalla al mérito cultural Marina Núñez del Prado. Ha participado, junto a Homero Carvalho y Alberto Guerra (†), en el Encuentro de Poetas y Narradores en Estocolmo (Suecia, 1991).
De izquierda a
derecha: Ruth Cárdenas, Luis Vélez, Ángel Ontiveros, Nora Zapata Prill, una
amiga, Alberto Guerra, Javier Claure y Héctor Borda - foto (c) Homero Carvalho
El vate orureño también fue político, diputado y senador del Partido Socialista
junto a Marcelo Quiroga (†). Tras el golpe de
Estado perpetrado por el general Hugo Banzer, en 1971, tuvo que exiliarse en
Argentina. Cinco años más tarde, vino el golpe militar liderado por Jorge
Videla. Y nuevamente tuvo que salir al exilio, esta vez a Suecia. También
estuvo exiliado en Brasil. Con el retorno de la democracia, en 1982, volvió a
Bolivia y fue senador por el Partido Socialista (1982-1985).
El poeta de la tierra de Sebastián Pagador, indagó sobre el misterio de la vida
humana y las interrogantes acerca del sujeto en una sociedad. El poema para él era una fusión entre el
mundo y la realidad. A veces una realidad que no se ve y que, en muchos casos,
es intolerable para el espíritu del poeta. Por lo tanto, la búsqueda de un
horizonte social se hizo más amplio y certero. Y para denunciar los atropellos contra
los valores humanos encuentra nuevos formatos, nuevas metáforas y mensajes que
tocan las fibras más profundas del lector.
Borda Leaño trabajó,
como makipura (trabajador temporal), en la mina San José de Oruro. Y observó de
cerca las injusticias sociales, la desigualdad hiriente, la
triste realidad del proletariado minero y siente un dolor metafísico. Entonces,
desde sus entrañas, nace la poesía social y su lenguaje poético va registrando
la pulsación que obedece a un tiempo y espacio determinado. Esa respiración que
transcurre entre la vida, las condiciones, los sufrimientos, las alegrías, las
muertes y los carnavales de Oruro, es
caldeada en el horno de volatilización de la Fundición de Estaño de
Oruro. De ahí toma cuerpo su poesía contestataria. Y, por consiguiente, su conciencia
social se expandió mucho más allá que un mero acto intelectual. En muchos de
sus poemas hay una voluntad de proyectarse hacia “el otro”, hacia el más débil
y necesitado.
La presente
entrevista se realizó hace diez años.
Javier Claure: Escribir poesía puede ser un acto de hacer frente
a la miseria humana.
¿Cómo defines tu poesía?
Héctor Borda: Durante mi juventud me dediqué a la política en
Bolivia. Las grandes injusticias sociales me marcaron mucho. Y esto lo expreso
en mi poesía. Por mis propias circunstancias me acerqué a las minas, y como
trabajador conocí a fondo el proletariado minero. La vida del minero toca las
fibras más hondas de mi ser, y mi poesía va tomando cuerpo en ese sentido. No
sé si es una forma de hacer frente a la miseria humana, pero es para mí una
forma de decir mis verdades y mi sentir.
JC: Sé que pertenecías al movimiento poético Gesta Bárbara de Oruro. Hablando
con Alberto Guerra (†) me contó que
fuiste tú, quién lo invitaste para que formara parte de ese movimiento.
¿Cuéntame algo de esa época?
HB: Primero que nada, los muertos siempre tienen más razón que los vivos. Así
que no vale la pena refutar las afirmaciones de mi querido amigo Alberto. Pero
si de algo sirve, te diré que en ese tiempo existían dos Gestas Bárbaras. Una
que vio la luz en Potosí con Enrique Viaña, y otra fundada en La Paz por
Gustavo Medinaceli a su regreso de Europa. Yo no pertenecía a ninguna de ellas,
era simplemente un observador, un colado. Aquí quiero acotar que los vivos
pueden equivocarse, los muertos ya no se equivocan.
JC: Tu último poemario lleva como título “Poemas Desbandados”. ¿Podrías
contarme algo sobre los poemas incluidos en ese libro?. ¿En qué te inspiraste?
HB: Los poemas de ese libro están inspirados en personajes reales recogidos de
todos los rincones de Bolivia. Poemas desbandados es una antología de otros
libros anteriores.
J.C: ¿De qué manera ha influido en tu poesía, el hecho de haber vivido exiliado
en Suecia?
HB: Mi producción poética de mayor intensidad se da mucho antes de llegar a
Suecia. No creo que el exilio en Suecia haya influido mucho en mi poesía. Es un
exilio de estómago lleno. En Suecia yo me entrego a la lectura totalmente, y
estoy como parado frente a un semáforo en rojo esperando el momento para pasar.
Sin embargo, otros exilios en otros países de América Latina influyen en mi
poesía, especialmente cuando vivía exiliado en Argentina. No solo por las
circunstancias políticas que me tocó vivir allí, sino también porque me
involucro justamente en esas circunstancias. Conocí a gente con ideas
progresistas y empecé a compartir mi poesía con poetas y escritores
comprometidos con su país. La necesidad de escribir se hizo más intensa.
JC: Por último, ¿Cómo poeta qué opinas de la muerte?
HB: Cuando uno tiene la edad que yo tengo, ahora 85 años, no se pregunta eso.
Pero puedes leer mi poema "ch’alla de la muerte", y así sabrás lo que
opino de la muerte en términos de la poesía.
Hasta siempre querido amigo Héctor Borda Leaño. Nunca me llamaste con mi nombre, recuerdo con cariño cuando me decías “Claurecito”. Tus consejos los llevo en mi universo interior.
(c) Javier Claure C.
Estocolmo
* Javier Claure Covarrubias es uno
de los organizadores del Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en
Estocolmo (Suecia, 1991).
Javier Claure Covarrubias es un escritor y sociólogo de origen boliviano radicado en Suecia
texto y fotos enviadas por Javier Claure C. para su publicación en la revista Archivos del Sur
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente esta nota